Un joven inmigrante polaco vive con su padre en Londres. Se pasa el día holgazaneando por ahí. Conocerá a otro chaval, que dejó atrás el pueblo para mudarse a la gran ciudad. Se hacen amigos y deciden holgazanear juntos.
Bien, como ven el argumento no tiene demasiadas florituras. Y eso es lo bueno, que no cuenta demasiado, y sin embargo seguimos con interés las, tampoco demasiado interesantes tropelías de los muchachos, y es porque Shane Meadows, máximo responsable, tiene un dominio del tempo absoluto, y hace que algo tan sencillo como dos chavales despotricando mientras se toman una botella de vino en un columpio, se convierta en una escena entretenida.
Claro que, en ese sentido, juega sobre seguro, ya que vuelve a contar con el no-actor protagonista de "This is England", Thomas Turgoose, que ante la cámara es un torrente de energía y su hiperactividad contagia al espectador.
También me gusta de la película su tono neo-realista, pero sin pasarse, es decir, el director no está tratando de concienciarnos de nada, no es un Ken Loach de pacotilla, y aunque la trama esté ambientada en suburbios, no nos da ni una pataleta ni un panfleto. Simplemente muestra la historia de esos dos personajes.
Sobretodo, técnicamente me ha cautivado: Rodada en vídeo (muy vídeo), blanco y negro y un maravilloso súper 8 en color para un momento concreto. La verdad es que, estéticamente, no se le puede pedir más. Me ha ganado por completo.
Y de duración, la más acertada posible: ¡¡60 minutos!! Muy maja.
Claro que, en ese sentido, juega sobre seguro, ya que vuelve a contar con el no-actor protagonista de "This is England", Thomas Turgoose, que ante la cámara es un torrente de energía y su hiperactividad contagia al espectador.
También me gusta de la película su tono neo-realista, pero sin pasarse, es decir, el director no está tratando de concienciarnos de nada, no es un Ken Loach de pacotilla, y aunque la trama esté ambientada en suburbios, no nos da ni una pataleta ni un panfleto. Simplemente muestra la historia de esos dos personajes.
Sobretodo, técnicamente me ha cautivado: Rodada en vídeo (muy vídeo), blanco y negro y un maravilloso súper 8 en color para un momento concreto. La verdad es que, estéticamente, no se le puede pedir más. Me ha ganado por completo.
Y de duración, la más acertada posible: ¡¡60 minutos!! Muy maja.