Hay muchas cosas a las que tengo alergia en este puto mundo. Una de ellas son las modas, las detesto. No me entra en la cabeza que la gente sea tan retrasada, tenga tan poco espíritu y tanta poca personalidad como para subirse a un carro únicamente porque este anda lleno. Si a eso sumamos la posibilidad de que dicha moda pertenezca a temas que se suponen encajan más entre minorías totalmente ajenas al "mainstream", a la normalidad (y es el "mainstream" y la normalidad el que crea modas), pues ya me hierve la sangre. Me supera.
Eso por un lado, por otro tenemos la película "Troll 2". Producida por Aristide Massaccesi y dirigida por el incapaz Claudio Fragasso (bajo el alias de Drake Floyd), se supone secuela -únicamente por título- de aquella cosita mediocre pero simpática producida por Charles Band y dirigida por John Carl Buechler. Bien, digámoslo claramente, "Troll 2" es una mierda infumable... insoportable.... aburrida.... desde mi punto de vista no tiene NADA de divertida, ni tan siquiera de modo involuntario. Es sencillamente CACA (como todo lo que hace Fragasso, esencialmente). A pesar de ello, me hizo gracia (y de hecho lo comenté en este blog en su momento) descubrir que semejante ñorda estaba adquiriendo un culto parecido al de "The Rocky horror picture show" en los siempre excéntricos Estados Unidos. La gente se reunía para ver la peli en piña y reírse sanamente de ella. Club de fans, camisetas, rituales absurdos, devoción desmedida.... un fenómeno inexplicable que fue creciendo desbordantemente. Tanto que, inevitablemente, su eco llegó hasta nuestra tierra de subnormales.
Lo irritante de toda esta moda fue que, sí, de pronto todo el puto mundo era experto en "Troll 2". Modernos, retrasados y paletos (y festivales oportunistas) que querían ir de "cool" cuando se hablaba de cine "trash" solo tenían un título que echarse a la boca-za, "Troll 2". Acabé hasta las pelotas de que la gente me la pidiera en la "Maratón de Cotxeres" y me fustigaba con rabia y cólera. ¿Cómo pueden ser todos TAN idiotas?.
Pero si por un lado las modas me dan nauseas, por otro lado tienen algo bueno: que se acaban. Y cuando se acaban, lo hacen sonoramente. Se van por el desagüe y se llevan toda la mierda con ellas. Eso es maravilloso, porque entonces te reafirmas en tus impresiones y ves quienes estaban ahí por genuino interés y quienes por simple capricho, porque estos últimos desaparecen antes que nadie. Hoy muy pocos se acuerdan del puto "Troll 2", y ya no me la piden. Esa es la prueba de que la peli de Fragasso era... chiste fácil, un fracaso... incluso en su condición de "mala pero divertida". Las de verdad superan el paso del tiempo... "Troll 2" no ha pasado esa prueba, ha sido solo una cosita pasajera que, como todas las cositas pasajeras, ha hecho mucho ruido, y muy rápido, para luego esfumarse. Y la verdadera culpa de todo ello la tuvo un documental, uno que retrataba todo el puñetero fenómeno, "Best Worst Movie". Que, a pesar de mis odios y cabreos, me moría por ver... y aunque he tardado, por fin pude hacerlo ayer noche.
Lo más divertido de "Best Worst Movie" es QUIÉN está detrás de ella, Michael Stephenson, el protagonista infantil de la peli original que, más crecido, decide investigar el putiferio y, en el camino, reencontrarse con viejos amigos y echarse unas buenas risas. Y lo hace bastante bien y con bastante gracia. Su aliado es George Hardy, verdadero protagonista del documental -y de la peli de Fragasso-, un dentista super-simpático y afable que cae bien a toda su comunidad y del que nunca sospecharías que fue protagonista de una serie Z . El arranque, centrado en él, es simplemente hilarante, cuando, tras repasar su modo de vida, totalmente idílico y perfecto, de postal americana, entra en juego su "pecado de juventud", su incursión en una dimensión tan absurda, extraña, bizarra y ajena a su rutina diaria... incursión a la que el dentista/actor se presta encantadísimo, disfrutándola a tope y haciendo gala de un estupendo sentido del humor. A partir de ahí, "Best Worst Movie" se centra en el fenómeno, a fondo, las exitosas proyecciones con las entradas agotadas, la exageradísima reacción de los fans (mucho retarded) que incluyen camisetas, disfraces, hasta tatuajes. Todo es éxito, buen rollo, diversión, interés del media.... una bola de nieve que va haciéndose grande y más grande... y cuanto más grande se hace, más veces te preguntas, "¿Y qué pensará Claudio Fragasso de todo esto?". Michael Stephenson, muy inteligentemente, reserva su entrada en el documental hasta pasado un buen cacho. Una vez has entendido y visto a fondo cómo funciona el asunto. Justo cuando todo se comenzaba a volver demasiado repetitivo.
Y, qué duda cabe, esta resulta ser la parte más interesante, divertida y triste del documental. Al menos para mí. Fragasso, asentado en su ciudad natal, ve todo el pitote desde la lejanía, y le encanta. Nos dice, muy convencido, que "Troll 2" es una peli seria que habla de temas serios e importantes, como la familia, la comunidad, la alimentación (??), etc. La guionista, su mujer, cuenta que concebió la historia como puya a sus amigos vegetarianos (?). Pero la perla se la lleva el montador, quien tiene la jeta de afirmar que "Troll 2" fue pionera de la "moda Harry Potter". Algo escandaloso no ya porque "Troll 2" sea la pedazo de mierda que es, ni porque sea algo totalmente falso, sino porque, de ser así, en realidad ese mérito pertenecería a la primera parte, la de John Carl Buechler, que incluso cuenta en papel protagónico con un personaje llamado, justamente, Harry Potter Jr. (en realidad son dos, porque también hay un Harry Potter Senior). Pero bueno, ya sabemos cómo es esta peña del cine zetoso, en cuanto pueden, se meten medallas que no les pertocan (como cuando Juan Piquer presumía del éxito de "Mil gritos tiene la noche" en los USA sin reconocer que los mismos distribuidores la vendían como "tan mala que te partes de risa" y el público asi reaccionaba). A diferencia de Fragasso y los suyos, tú sabes que el supuesto y tardío éxito de su película es, según se mire, negativo.... la gente no flipa con sus virtudes, lo hace con sus muchos defectos. Se ríe de ella. Y te preguntas ¿qué pasará cuando Fragasso vaya a los USA y presencie todo eso?... y te mueres de ganas de verlo. Y ocurre.
Es algo que se desarrolla en crescendo, con auténtico suspense. Fragasso alucina cuando ve el cine repleto hasta la bandera. Pregunta uno por uno a los espectadores su opinión de la peli. Le extraña y sorprende su reacción exageradamente absurda, pero le hace feliz. Ese momento es único, genial, pura tensión, porque tu sabes que la peña se toma a chota "Troll 2", pero su director no, cree que su peli ha sido descubierta tarde aunque merecidamente. Y, en fin, después de la proyección el hombre se siente confuso. "La gente se reía en las partes divertidas... pero también en las partes serias". No lo comprende. Es desconcertante. Poco a poco, comienza a ver la luz. Sí, Claudio, el público se ríe de tu película. Y con justicia. Y claro, a él, como italiano que es, orgulloso y melodramático ("No soporto a los italianos" llega a decir uno de los actores), se niega a aceptarlo y, en fin, que no se lo toma demasiado bien. Aquí entra en juego un tema muy interesante con respecto al valor real de una peli "trash", su honestidad. Fragasso puede ser muchas cosas malas, pero nadie discute que encaja en su rol de autor de cine "chusquero" cuando se toma tan en serio su peli, ahora que está terminada y mientras la hacía. Como se dice en el documental, el verdadero y genuino cine "trash" es aquel parido con cero cinismo y que se cree su propia mentira, nada de las moderneces y post-moderneces falseadas que tanto abundan hoy y ciegan a tanto integrante del "fandom" que no se entera y prefiere un producto "trash" prefabricado a la auténtica basura, porque el primero, dentro de lo malo, está concebido para entretener y divertir (y suele hacer gala de humor... ¡¡hola Troma!!), mientras el segundo es el genuino tocho. Ya digo yo, un país de subnormales.
De mientras, el documental sigue su labor de investigación. Más actores que reaparecen, de entre los que destacan los enanos que hacían de trolls/duendes, uno por entonces salido directamente del manicomio (y que no parece demasiado curado) y la mujer que interpretaba a la madre de la familia en "Troll 2". Este caso es especialmente deprimente ya que, como resulta evidente, la pobre no anda muy bien de la cabeza. Obligada a cuidar de su muy anciana madre, se atreve a decir, sin cinismo que valga, que "Troll 2" es maravillosa por sus formas, tan alejadas del pirotécnico cine moderno y tan cercanas al clásico. De hecho, mete en una misma cesta a "Casablanca" y la peli de Fragasso. Y se queda tan ancha. Y tan chalada.
Michael Stephenson reúne al cast original y a su director y se los lleva a la misma casa donde se rodó la peli, y se recrean pasajes de la misma, y vemos lo jodidamente mal director que es Claudio. A lo que hay que añadir la barrera idiomática, que influyó mucho en el desastre resultante. Sin embargo, a la vez que presenciamos todo eso, también vemos cómo la burbuja se va deshaciendo. Stephenson, Hardy y su troupe se han tomado demasiado a pecho el éxito de "Troll 2" y acuden a convenciones, donde fracasan estrepitosamente (por otro lado, estas quedan retratadas como algo triste y deprimente, patético incluso... ¿es así o es que se sentían frustrados?) y las siguientes fiestas y proyecciones ya no son tan multitudinarias, ni festivas. Hay menos gente, y su reacción es mucho menos apasionada. Sin embargo, aún nos queda tiempo para ver a Claudio Fragasso, ya totalmente consciente de lo que hay (y sin la compañía de su mujer que, imagino, no querría ser más parte del sarao), acudir a una de esas proyecciones y, desde la platea (¿por qué no está él en el escenario con los actores?), defender su película, acusar a su reparto de no entender nada y demostrar desprecio y desinterés por todo el fenómeno. De hecho, no se corta en llamar "perros" a los intérpretes de "Troll 2".
Y poco a poco, todo va volviendo a la normalidad, a la realidad. George Hardy regresa a su consulta, y nos cuenta lo muy feliz que es de llevar esa vida tan perfecta y harmoniosa. Aunque confiesa que le encantaría hacer "Troll 3"... sin saber (él y casi todo el mundo que aparece en el documental) que ya existe, solo que se llama "Crawlers" y es incluso PEOR que la segunda. El que sí lo sabe es Claudio Fragasso, que a pesar de desaprobar todo el lío, se sube al carro para facturar un "Troll 2: part 2" (más claro el agua, la segunda parte de la segunda parte... no la tercera) y es que, ya sabemos cómo son estos directores de serie Z, al final lo que tira es "la pela", aunque sea a cambio de desprecios, choteos y humillaciones (dicho proyecto nunca vio la luz... ¿alguien lo echa de menos?).
Finalmente, más que retratar un fenómeno atípico, por así llamarlo, lo que hace "Best Worst Movie" es radiografiar el auge y caída de una moda. De cómo esta crece hasta alcanzar el cielo y cómo, seguidamente, se deshincha por completo. Sin dejar rastro. Motivo por el cual se demuestra por enésima vez que "Troll 2" no merece entrar en el panteón de películas como "Fenómenos sangrientos", "Noche en el tren del terror" o "Agresión en la casa del terror".... solo fue un pedo que hizo más ruido de lo normal y el aire se llevó su hedor. FIN. Lo que no impide a "Best Worst Movie" de ser un documental hecho con mucho gracejo, con momentos de auténtica risa, otros genuinamente tristes, un poco de tensión y bastante entretenimiento. Recomendado.