Telefilme de alto copete para
la televisión por cable en el que a parte de darle de comer al gran Andrew DiceClay, que para esta ocasión se quita el “Dice” ( significa “dado”) del nombre,
supongo que para darle más seriedad al asunto, intenta lanzarle en registros
más serios de los que nos tiene acostumbrados, y sin salirnos del cine de
acción, se le brinda la oportunidad de interpretar a un despiadado y sádico
terrorista que secuestra a las participantes de “Miss Galaxy” (una suerte de
Miss Mundo ficticio) y toma el hotel donde se celebra, poniendo como
condiciones que le traigan 5 millones de dólares en diamantes. Durante el periplo
se carga a un buen puñado de personas a base de bombas o de disparos con
cualquier tipo de armamento. En la parte positiva tenemos a Robert Davi
interpretando a un guardaespaldas ¡cojo y con garrota! que en un despiste se
separa se su cliente, una de las participantes del certamen, y tiene que
colaborar con la policía desde el exterior del hotel. Con lo que no cuenta
nuestro terrorista, es que la presentadora del certamen, a la que también tiene
secuestrada, es una importante artista marcial, una especie de Cinthya Rothrock
que hace películas de acción y que en consecuencia reparte leches como panes,
así que ella solita, prácticamente, se hará con el control de la situación.
La peli es lo que es, un
producto televisivo para hacer pasar al espectador medio un ratillo entretenido
con sus tiros, sus explosiones y su falta de pretensiones, que desde luego
consigue sus propósitos.
Ahora, que la heroína sea una
de las secuestradas… para matarlos. Máxime cuando ni siquiera se trata de una
actriz de acción, si no de una ya
talludita playmate llamada Shannon Tweed, que muestra el palmito que le queda y
que como no sabe pelear, en las escenas de lucha, que las hay y bastantes, la
señora queda bastante en ridículo, puesto que no sabe pegar, y la lentitud de
sus movimientos le delatan. Andrew Dice
Clay, que también pega un par de patadas, tampoco está muy ducho en las escenas
de pelea, la verdad.
También tenemos por ahí, como
esbirro del jefe de los terroristas a Rody Pipper “El Gaitero”, que resulta
curioso, también, el comprobar que un “Westler” como el, funciona en las
pantomimas dentro de un cuadrilatero, pero que delante de una cámara, es
también bastante torpe.
Pero quitando esas horrorosas
coreografías diseñadas, obviamente, por alguien poco acostumbrado a hacerlas,
la película se soporta de maravilla, a pesar de que Andrew Dice Clay, no suelte
sus estúpidos chascarrillos cada dos por tres.
En las labores de dirección
tenemos, mira tu que curioso, a Paul Lynch, cuyos trabajos más destacables
serían el clásico del “Slasher” “Prom Night” y “Humongous”, para luego basar
casi la totalidad de su carrera en trabajar para la televisión rodando episodios
sueltos de series tan variopintas como “Luz de luna, “Robocop”, “Mike Hammer” o
“Más allá de los limites de la realidad”.
Un par de años más tarde, se
rodó la secuela del telefilme “No contest II”, también por parte del señor
Lynch, que ya no llegó a nuestros video-clubs, y que solo cuenta con el
protagonismo de Shannon Tweed, por lo que el interés que genera la película es…
ninguno.
¡Ah! Y no confundir con
“Punto limite cero”.