Que tiempos aquellos en los que las respectivas carreras de Tobe Hooper y Stephen King estaban en pleno apogeo y a algún tio listo se le ocurrió que ya era hora de que uniesen fuerzas. Hooper aún arrastraba su "Matanza de Texas" (de la que únicamente habían pasado cinco años) y King iba a ser adaptado por segunda vez tras la estupenda "Carrie". Les hablo de 1979 y de "Salem´s Lot" o "El misterio de Salem´s Lot" o el infame "Phantasma 2" que, tratándose de un producto destinado a la caja tonta, y sin ser ni mucho menos la repolla, sí cumplía unos mínimos (incluso para alguien tan poco amigo de los vampiros como yo). A mediados de los temibles 90, con el terror sufriendo una de sus peores épocas, a otro tío -no tan- listo se le ocurrió que sería buena idea reunir de nuevo a Hooper y King en los roles de adaptador/adaptado tras tantos años desde aquel lejano "momento de gloria" (vale, en "Sonámbulos" habían vuelto a coincidir, pero sin lengua). Claro que entonces las carreras de ambos estaban ya bastante tocadas. El cineasta había rodado la infame "Combustión espontánea" y unos cuantos productos televisivos de menor calado, y el escritor pues puede que no pasara un momento TAN bajo, pero las adaptaciones que más triunfaban en aquellos tiempos eran las ajenas al terror, como "Eclipse total" o la estupenda "Cadena perpetua". El género de nuesos amores había quedado relegado a productos de segunda, simpáticos como "The Langoliers", sí, pero bien distantes del brillo de la mejor etapa de King-en-la-pantalla. Por todo eso, poco podíamos esperar de este "The Mangler" (que rula por ahí como "Alianza macabra", título -creo que- argentino).
En una lavandería de esas industriales, una enorme planchadora cobra vida tras probar la sangre y comienza a papearse a todo el que se aproxima demasiado. La cosa ya viene de lejos, de un pacto de origen diabólico tras el que se esconde el dueño del lugar, un anciano de lo más repulsivo. El inevitable poli protagonista, en inevitable crisis personal, será el encargado de descubrir el lío con la ayuda de un cuñado conocedor de toda clase de ciencias ocultas.
Vale, siempre he dicho que jugar con la idea de un objeto muerto que cobra vida para asesinar, no solo es terreno trillado, también muy delicado, porque resulta harto sencillo caer en el más absoluto y profundo de los ridículos. Da igual que Stephen King sea un especialista en el tema, sigue siendo un concepto que da pié a mucha caca y penuria (el relato del que parte la peli pertenece a su antología "El umbral de la noche", de donde también surgió "Maximum Overdrive", el debut en la dirección del escritor con una panda de camiones asesinos y un hostión en taquilla). Consciente de ello, Tobe Hooper opta por enfocar su película desde el humor, pero uno que surge de cierto tono irreal, semi-grotesco e incluso un pelín surrealista. El cineasta carga las tintas estéticamente, un poco en la línea de dos expertos en el barroquismo -y el agobio- como Tim Burton o Terry Gilliam (pero al estilo Hooper, quien no era nuevo en esas lides, basta repasar sus trabajos para la "Cannon"). Robert Englund, protagonista de la función, tomó buena nota de ello e interpreta al malvado dueño de la lavandería echando mano de unos cuantos histrionismos. Ted Levine (el famoso "Buffalo Bill" de "El silencio de los corderos") da vida al alucinado policía y, también, se suma al carro de la demencia, sobreactuando y encargándose de soltar los previsibles diálogos con fin apaciguador: "¿Una planchadora poseída por un demonio?, sí claro!". Y, justamente, ésta misma, la máquina que da nombre al film (a la que se bautiza como "la trituradora", que es lo que significa "The mangler"), es la que gasta el mayor de todo los excesos estilísticos, a base de unas formas pantagruélicas y un tamaño mas bien descomunal. Claro, todo esto está muy bien, quiero decir, es un buen intento por parte de Tobe Hooper de sacar algo potable de una serie de ideas tan estúpidas y absurdas... pero no lo consigue. Por un lado carga mucho (aunque a mi ya me suelen agobiar esta clase de excesos, así que no soy objetivo) y por otro, no logra que "The mangler" nos deje de parecer una chorrada. La parte final, con la máquina totalmente liberada, arrastrándose cual gusano y echando fuego cual dragón, es ya el cachondeo total y absoluto y, directamente, epitafio para la peli.
Sin embargo, tal vez estoy siendo injusto y la culpa no es totalmente del director de "La masacre de Toolbox", ya que, según fuentes (es decir, según Imdb), este solo rodó una parte de la peli, largándose del plató cuando aún no había terminado y otorgando las riendas al productor. Claro que yo no noto diferencia alguna.......
En la parte buena cabe destacar el elemento gore, bastante generoso, bastante gráfico y bastante bien facturado. Sí, queridos, podréis gozar todos viendo cómo la planchadora atrapa, aplasta, revienta y retuerce los cuerpos de sus agónicas víctimas, sin disimulos. De hecho, cuando el cadáver de la primera es descubierto por la policía, de entrada te lo muestran en rápidos flashes, tal y como Hooper hiciera al principio de "La matanza de Texas" con el mítico cadáver putrefacto, pero luego, planteándote tirar ya de pause para verlo bien, te lo enseñan perfectamente en un plano abierto e iluminado. Gracias a dios!.
Junto a Hooper, King, Englund y Levine, encontramos al legendario Harry Alan Towers en producciones ejecutivas, lo que explica la presencia de Sudáfrica como país co-productor.
El caso es que "The Mangler" debió funcionar bien de alguna manera, ya que en el 2002 hubo un "The Mangler 2" y en el 2005 un "The Mangler Reborn". ¡Que me lopliquen!.
Claro que no hacía falta soltar semejante parrafada para hablar de las poco honrosas mediocridades de la peli (sí, lo sé, demasiado tarde... lo siento), bastaba con decir aquello de "Es una producción del 1995" y todo quedaba claro desde buen principio. Como dicen en no recuerdo qué película: "Sí amigo, aquel no fue un buen año..." yo diría más, aquella no fue una buena década.