“5 Locos”, sin embargo, no disponen de nada más allá de la
video cámara, la pobreza, su entusiasmo y una concepción pura a la hora de
hacer cine. Y valentía. Mucha. Por eso les dedico esta reseña.
Valentía porque en estos tiempos que corren, en los que
cualquiera puede agarrar una video cámara y hacer una película, unos amantes de
la comedia como ellos, han decidido que su último largometraje huya de todos
los tópicos inherentes al cine “underground” y en vez de buscar las agradecidas
risas del posible público, han preferido ponerse a prueba ellos mismos y grabar
un desgarrador drama, muy consciente de su condición y jugárselo todo a una
sola carta. Si esto no es valentía, que venga dios y lo vea.
La película, con fuertes tintes de neorrealismo – los
actores son los propios vecinos de ese pueblo de Saladillo donde está rodada-, cuenta, basándose en un relato de la tal Marina Maison, en la que
un hombre de pueblo se tira la vida siendo maltatrado por su hermana, medio
bruja y timadora, y el hijo de esta hasta limites infrahumanos. Llegados a este
punto, las cosas desembocarán como han de hacerlo.
Medios con los que han contado aparte, e independientemente
del ritmo, que es lento, y que quizás no sea un tipo de película
que a mí me llegue a entusiasmar (drama rural al estilo de “Los Santos
Inocentes"), los cojones de esta gente son cuadrados, y si bien técnicamente posee muchas, muchas carencias, al final resuelven la papeleta con
solvencia, saber hacer y si la película estuviera firmada por un Arturo
Ripstein (por poner un ejemplo) en lugar de por Javier Nadares, voluntarioso
director de de “Biografía de un esclavo”, dirían que se trata de una película vanguardista.
La absoluta seriedad con la que se enfrentan al material que
abordan y el que se salen de la norma de
los establecido (por estupidez general) dentro del """cine underground""", hacen de
esta película algo distinto y a tener en cuenta.
Yo no puedo decir que me haya gustado, por momentos incluso
me he aburrido, pero porque no es mi tipo de película. Sin embargo, nada tiene
que envidiar a esos dramas rurales producidos con millones que de vez en cuando
llegan a nuestros cines dirigidos por directores de renombre. Esto no ha
costado casi dinero… y el resultado es casi el mismo.