La hija de una cantante opera que fue asesinada en el
pasado, se apunta a un grupo de teatro sito en el lugar dónde masacraron a su
señora madre. Allí, tendrá ensoñaciones y visiones de asesinatos,
mientras el payaso del título hace acto de presencia y va dando cuenta de todos
esos repelentes adolescentes.
Una película que se sirve de todos los tópicos y,
sobretodo, de su condición telefilmica
para permitirse un tempo mucho más lento del que es habitual en proyectos de
esta calaña destinados a salas. Más allá de eso, tampoco hay mucho que contar
aquí.
La gracia de esta película está en la galería de actores que
circulan por ella. Tenemos a Margot Kidder, en decadencia desde “Superman”, que
la gracia no está ya en ver lo avejentada que está, la gracia está en que por
la época en que se rodó la película, Kidder sufría un fuerte trastorno mental,
y creo que queda patente en la expresión de su rostro. Interpreta a una
profesora que pinta bastante poco por allí.
Por otro lado tenemos a Christopher Plummer, que de joven
tuvo una carrera decente y ahora es un oscarizado actor de prestigio, pero en
los noventa arrastraba cierta decadencia que le obligaba a dar con sus huesos
en productos como este. Eso si, su cara es de “¿Qué cojones hago yo haciendo
esta mierda?”.
Y por ultimo tenemos a Tatiana Aly, la “Ashley” de “El
principe de Bel Air”, que como todos los que aparecieron en esa serie, se vio
eclipsada por la fama del todopoderoso Will Smith y ya su carrera se redujo a
pasear su palmito por telefilmes del más variado pelaje. Claro que su talento
es limitado.
Y bueno, por estas presencias, “El payaso a medianoche” se
hace curiosa, pero por lo demás, nada del otro mundo ni nada que no hayamos
visto antes en producciones más ambiciosas y hábiles.
Dirige Jean Pellerin, habitual director de vídeo clips de
heavys como “Skid Row” y “Mötley Crüe” que luego se prodigó en alguna
producción pequeñita para el cine y un par de telefilmes.