Si ustedes fueran lectores atentos y pacientes, sabrían de sobras que no es la primera vez que "Cortinas", the movie, asoma por este blog. Sin embargo, seguro que padecen la misma enfermedad que el 99,9% de los cibernautas cuando se detienen ante un texto, ven pero no leen, ergo se les olvida a velocidad de pez. Por todo eso, les recordaré que fue en nuestra fantástica sección de caratuleo chungo, capítulo 34, en la que, obvio es, estudiábamos la hermosamente horrible caratula que la película lucía en los estantes de nuestros video-clubs cortesía de "General Video".
Hubiese sido muy fácil para mi copiar lo que escribí entonces y pegarlo aquí, porque básicamente voy a decir lo mismo. Pero no, no seré tan ruin. Finjamos pues que es la primera vez que hablo de "Cortinas" porque, en cierto modo, lo es. Es decir, cuando hice aquel análisis, no la había consumido. Ahora sí, y para rizar el rizo, la edición que vi hace un par de días es exactamente la de "General Video". Pero por aquello de seguir evitando el repetirse (y porque, insisto, aquella caratula era más poco agraciada que la bajoespalda de Paula Davies tras una mala noche), elijo otra imagen distinta para ilustrar la reseña.
Un director de teatro y cine la mar de exigente y cabrón, de esos que gozan humillando a sus actrices, tiene en cartera rodar un melodrama pantagruélico sobre una muchacha ficticia. Su mujer es la que se encargará de dar vida al personaje y, por aquello de conocer de primera mano las más intensas experiencias de la vida, finge estar loca para que la ingresen en un manicomio. Un mal día, su esposo, el dire, deja de visitarla. Lo siguiente de lo que se entera nuestra aguerrida aspirante a demente es que el mamón ha comenzado a preparar la película de marras y está buscando OTRA actriz, más joven y hermosa. Así que, mientras él reúne a cinco o seis aspirantes en su caserón para someterlas a un duro casting, ella escapa del encierro dispuesta a reclamar su trono, justo cuando aparece una misteriosa figura enmascarada que comienza a asesinar a las jóvenes actrices. ¿Es la mujer del director enfadada que busca venganza, es una de las muchachas deseosa de borrar toda competencia o es alguien que pasaba por allí?. Descubrir el misterio y disfrutar de la masacre, es tarea nuestra.
Bien, "Cortinas" la produjo Peter R. Simpson, productor también del clásico "slasher" "Prom Night" (y sus secuelas bastardas). Y lo hizo en pleno auge del subgénero. En concreto 1980. El tio quería salirse un poco de las tendencias imperantes, de la dependencia que esta clase de cine sufría con la platea joven, impaciente, superficial y descerebrada, por lo que enfocó "Cortinas" desde un punto de vista más adulto, más maduro. Más ¿sofisticado?. Sí, habrían adolescentes de buen ver y un asesino enmascarado que las matara one by one (y además, muy cool, luciendo un look bastante aterrador), pero todo se desarrollaría en un caserón medio-gótico y los auténticos impulsores del buque serían los personajes mayores de edad... bastante mayores... cargados de conflictos internos e interpretados por actores de peso como John Vernon y Samantha Eggar. A él lo has visto en un porrón de títulos bien reconocidos y pretigiosos como "Harry el sucio", "Desmadre a la americana" o "Topaz". Ella en los inicios de su carrera hizo cosas de mucho peso (era el objeto del deseo de Terence Stamp en "El coleccionista"), pero yo la asocio a películas como "Cromosoma 3" o "El exterminador". Soy así de inculto.
Desafortunadamente, "Cortinas" sufrió toda clase de problemas y no se dio por terminada hasta 1983. Cuando se estrenó, entre que iba más en serio de lo habitual y el "slasher" ya no tiraba tanto, fue un fracaso. Y es una pena, no porque se trate de un peliculón, ni mucho menos. Ni porque esté por encima del resto de sus iguales. Pero sí por la intención. Esta gente trató de hacer algo un poco diferente, con más clase, más estilizado, incluso un poco más próximo al "giallo" o los trabajos del buen Dario Argento, que a "Viernes 13" o alguna de su misma calaña. "Cortinas" no es demasiado truculenta, ni demasiado intensa, y tampoco chorrea suspense, pero sí momentos inspirados como, sobre todo, el asesinato en el lago helado, con el extraño criminal de la máscara de vieja pasa y su hoz patinando a cámara lenta en dirección a una aterrorizada víctima. O esa feísima muñeca que deja en cada pre-crimen, a modo de señal/aviso. Tampoco puedo pasar por alto que la banda sonora incluye, en algunos momentos específicos, música y/o efectos directamente extraídos de ese mítico archivo de la BBC que tantos cortometrajistas caseros de inicios de los 90 deben (o deberían) conocer (y del que hemos hablado con anterioridad).
Otro aspecto curioso del film lo encontramos en el casting de las actrices aspirantes que, por lógicos designios de la época, habían aparecido -o lo terminarían haciendo- en tantos otros "slashers" de orden más clásico, como Lynne Griffin en "Navidades negras", Sandee Currie en "El tren del terror" o Lesleh Donaldson en "Cumpleaños mortal". Sin salirnos del apartado "reparto", merece la pena mencionar que William Marshall, también conocido como "Drácula negro", se marca un escueto papel y que Maury Chaykin, habitual segundón en un porrón de películas que los habituales de este puto blog pueden reconocer como "The Vindicator", "Turk 182 El rebelde", "Juegos de guerra" o "Los albóndigas 3: Trabajo de verano", también (inquietantemente, otra de las actrices que se reservan roles minúsculos, Kate Lynch, luego participó en "Los incorregibles albóndigas".... muchas albóndigas para tan pocas cortinas).
El guionista, Robert Guza Jr., estuvo también ligado a "Prom Night", pero únicamente como responsable de la "story" y el director, que en realidad se llama Richard Ciupka y abandonó el rodaje cuando aún no había concluido, prefirió, antes que firmar con el habitual "Alan Smithee", hacerlo como "Jonathan Stryker", que es el nombre del personaje que interpreta John Vernon. ¡Que gracioso es todo!.
Visiblepotable.