viernes, 29 de marzo de 2019

NOSOTROS

Me sorprendió mucho, hace ahora un par de años, en debut como director del comediante negro Jordan Peele con “Déjame salir” que arrastra las pasiones y los odios del respetable por igual, situándome yo en el lado de los que adoran esa película. Me pareció original, sorprendente y desasosegante, me gustó mucho esa película y cuando me enteré de la existencia de “Nosotros” la esperé con candeletas. Sin embargo, y como suele pasar con  los directores debutantes, corría el riesgo de que todo lo bueno de su ópera prima se convirtiera en un espejismo y que esta “nosotros” corriera el riesgo de  no ser los suficientemente buena. Y eso es justo lo que ha pasado.
Todos los ingredientes a priori son cuanto menos sugerentes; un “home invasión” con dopplegängers malvados acosando a una familia negra en una casa playera. Y el como lidian con ellos es el grueso de la película. Pues a pesar de las críticas positivas que ha recibido y de haber resultado un taquillazo en su primer fin de semana, clasíficandose “Nosotros” como el más rentable estreno de una película de terror en mucho tiempo —hechos estos que no tienen por qué interferir en la calidad de la película en modo alguno— he de decir, con todo mi pesar —porque tenía muchas esperanzas puestas en Jordan Peele— que “Nosotros” es un rollo patatero, largo, tedioso, un muermazo, que para mayor desastre muestra una incapacidad absoluta para crear una atmósfera o algo parecido al miedo. A eso no ayuda la modernez que supone, por un lado, componer una banda sonora que no es más que la deconstrucción de un viejo hit de Hip-hop de los 90 (el “I got 5 on it” de los Luniz) o que en momentos de máxima tensión el director se las apañe para que suene el “Fuck The Police” de N.W.A. a toda pastilla, consiguiendo así, más que un efecto narrativo o estilístico, una distracción para el espectador. Por lo demás, falla más que una escopeta de feria. Y es que el principal problema de esta película radica en que Peele tiene muy presente su primera película (de hecho, los mentideros de Internet especulan con la idea de que ambas películas transcurren en un mismo universo) y en lugar de querer hacer otra película distinta, pretende hacer la misma pero con otros ingredientes. Es como si a una pizza de peperoni le quitas el peperoni y en su lugar le pones judías verdes; el resultado, probablemente sea comestible porque la base es sólida, pero no necesariamente tiene que estar rico. Con lo cual, nos pasamos más de una hora deseando que la película se acabe.
Al margen de eso, y para seguir tendencias, al arranque que amenaza con buenas dosis de postmodernismo (que por suerte no llega a eclosionar) hay que destacarle extraños guiños ochenteros en forma de cintas de VHS que van desde “C.H.U.D” o “Un genio con dos cerebros” a obviedades como  “Los Goonies” y “Pesadilla en Elm Street”, así como el “Thriller” de Michael Jackson. Guiños, extraños o no, que puestos ahí concienzudamente, se quedan en la mera presencia de objetos en pantalla si tenemos en cuenta que, por otro lado, para poner en situación a sus actores, Peele les hizo ver, a  la Lupita Nyong’o y al Winston Duke, películas de terror como por ejemplo “Babadook”, “It Follows”o “Déjame entrar”, todas pretenciosas muestras del terror actual más sofisticado y repetable, por lo que, como autor de películas de terror, está claro que Jordan Peele no acaba de aclararse. Una pena. ¿Remontará con la siguiente? Y es que, aunque está claro que se siente la mar de a gusto en su rol de comediante reciclado a director de cine de terror, me temo que donde quizás podamos ver a un Jordan Peele en plena forma, sea en una comedia. A saber, que tan solo ha hecho dos películas.
Y si me permiten el apunte racista, en el cine de terror, en atmósferas oscuras, los negros quedan fatal: no se les ve.