lunes, 16 de marzo de 2020

TARZ & JANE & BOY & CHEETA

Tarz y Jane viven plácidamente en la jungla junto a Boy, un señor de unos cuarenta años, cuando en uno de tantos días de asueto Jane empieza a cuestionarse la virilidad de Tarz tras una encarnizada pelea que este mantiene con el gorila Cheeta. Como este pierde, la fémina comienza a plantearse si está, o no, amariconao. Para colmo de males, en una contienda con un caimán, Tarz pierde la polla (no se sabe muy bien si porque se la arranca el cocodrilo de un bocado o porque se la apuñala creyendo que clava su cuchillo al reptil), por lo que ella se queda sin  sexo. Se tiene que consolar con Boy, pero este no rinde en la cama. Sin embargo, pronto emprenderán un viaje a través de la jungla con el fin de encontrarse con una tribu cuya magia puede devolverle la virilidad a Tarz, pero tendrán que enfrentarse a innumerables peligros.
“Tarz & Jane & Boy & Cheeta” es una estúpida comedieta porno que cuenta con dos versiones, la hard y, esta que he visto yo,  la soft, que es sin duda la versión más popular de las que pululan por ahí, por no decir que la única que se preserva.
Prevalece la comedia ante el folleteo (en esta versión hay mucha mamada simulada y, aunque se ven los penes reales de los tíos, los únicos que están en erección son de goma) y para ello se sirve de espantosos numeritos de slapstick  combinados con gags propios del spoof y siempre con un elemento cómico de tipo sexual para rematar los chistes. Los de cuestionar la hombría de los personajes masculinos son los que más abundan y toda la película está aderezada con momentos de auténtica sal gruesa y mal gusto. A carcajadas he podido reírme durante una escena en la que con el fin de tener sexo con una amazona, nuestro tullido Tarz, al no poder disponer de su pene, decide penetrar a la moza con una mazorca de maíz, y claro, como la chica está tan caliente, al cabo de un rato esta escupe palomitas de maíz por el coño, que el bueno de Tarz deglute sin inmutarse.
La película es tan tonta e inofensiva que acaba resultando hasta simpática y, cómo solo dura una hora, la verdad es que uno, que ya ha visto de todo, no puede más que esbozar una sonrisilla y darle su beneplácito a una película que es tan mala que causa hasta rubor enfrentarse a ella durante los primeros minutos. Sin embargo, cae bien por lo que sea y, sobre todo, porque no es especialmente aburrida. Las pollas de goma, los trajes de gorila y esa ambientación tan cutre (Tarz, no usa lianas, sino, escaleras metálicas) ayudan a entretenernos. Por lo demás, una morralla más de tantas.
El film datado  en 1975, se estrenó asimismo en 1976 y, aprovechando que se había estrenado el “King Kong” de John Guillermin, para explotar ese filón, se estrenó como parodia porno de esta, exhibiéndose bajo el título de “Ping Pong” y destacando en el póster el gorila que en realidad es Cheeta. A eso le llamo yo tener una cara muy dura. Por otro lado, el personaje principal que claramente es Tarzán, se llamó aquí solamente Tarz para  subsanar un problema tan obvio como es el no tener que pagar derechos de autor.
Protagoniza la cinta Patrick Wright, cuyo mayor mérito actoral consiste en hacer un secundario en “Maniac”, pero que fue una presencia habitual en películas de serie B donde trabajó a las ordenes de Roger Corman y Russ Meyer, entre otros, apareciendo en películas como “Cuidado con Porky’s”, “El día de graduación” o “Maniac Cop”, así como apareció en innumerables series de televisión. Su intervención en esta película la firma con el pseudónimo de Elmo Brix. También tenemos Georgina Spelvin, actriz porno que se hizo muy popular con “El diablo en la seorita Jones” de Gerard Damiano y que aquí da vida a una exploradora que se pega un festival de frotage. El resto del reparto lo componen nombres tan desternillantes como los de Silver Foxx, San Clemente Richard, Uncle Tom o, al loro, Five Fingers Eddie.
Del equipo técnico poco se sabe, tan solo que la dirigió un tal Hans Johnson que para la ocasión firmó la película con el pseudónimo de Itza Fine, aunque también se cuenta que la película es una estrategia comercial de una serie de directores de porno duro que, visto el éxito de “Flesh Gordon”, intentaron repetir la jugada con una película de similares características. No lo consiguieron. No obstante, se llegó a anunciar una secuela que se iba a titular “Tarz and The Bordello King” que nunca llegó a rodarse.
“Tarz & Jane & Boy & Cheeta” apareció en DVD gracias a la gente de Something Weird Video, que la rescató del más absoluto olvido.
Se puede ver, de verdad. Si tiene tragaderas esta les entrará como un fresco vaso de coca-cola… eso sí, de la marca del DÍA.