Neal Israel, el hombre detrás del guion de “Loca academia depolicía” y director de “Despedida de soltero”, debuta para la gran pantalla dirigiendo, junto a
Brad Swirnoff, esta comedia de sketchs de corte satírico.
La película se aprovecha de la actualidad del momento, 1976,
con el inicio de la televisión por cable que vaticinaba una programación más
libre (y sin censura) que las televisiones nacionales de Estados Unidos. Intuyendo
esto la película de antemano, la historia nos traslada a un futuro no muy
lejano, 1985, en el que el senado está juzgando un canal de televisión llamado
“Tunnel Vision”, en el que la programación está libre de censura y, por lo
tanto, goza del beneplácito popular, cosa que a los entes bienpensantes de la
américa blanca no les parece nada bien. Según palabras del director del canal,
“Tunnel Vision es popular porque la libertad es popular”. Así, en la pantalla
del juzgado, se da paso a la programación de dicho canal, que a su vez, da paso
al espectador a lo que es la propia película. Entonces lo que vemos es un
batiburrillo de sketches, muy en la línea del “Made in USA” de John Landis + ZAZ,
pero con mucha menos gracia e inventiva que los que pudimos ver en aquella.
Así, la cosa se compone de trailers de ficticias películas, spots de productos
imposibles y concursos de televisión que parodian otros de gran calado en la
cultura popular USA, si bien, se hace chanza de todo el politiqueo yankee de la
época o se mofa de los estereotipos raciales con muy mala baba. Por lo demás,
tonterías como Wrestling de celebridades, un anuncio sobre una pistola que al
ser disparada anula la voluntad de la víctima —y que un padre de familia
utilizará contra su hijo pequeño primero, contra su mujer después— o parodias
de todo tipo social.
Lo bueno es que la cinta apenas dura una hora y diez
minutos, con lo cual, y al ser una sucesión de sketchs que por separado no
llegan a alcanzar los tres minutos de duración, la cosa se deja ver
perfectamente, si bien, apenas esbozamos una sonrisilla de vez en cuando. No
resulta muy graciosa, en parte también porque es un producto muy de su momento
que usa, como motivo de su comicidad, personajes relevantes de aquella época de
carácter muy localista, que es muy difícil que como espectadores españoles que somos lleguemos a conocer. Pero
tiene sus momentos lúcidos.
Por otro lado, la película cuenta en su cast con
innumerables estrellas del cine y la televisión, con el aliciente de que, todos
ellos, todavía no habían alcanzado la popularidad masiva con la que unos años
más tarde contaron, por lo que tenemos intervenciones de gente muy famosa,
incluso, en calidad de extra. Así, además de poder ver en pantalla en calidad
de actores al propio Neal Israel o a su compinche a la máquina de escribir Pat
Proft, vemos desfilar a gente de la talla de John Candy, Howard Hesseman, Chevy Chase, Roger Bowen, Ron Silver o Betty Thomas, todos ellos muy primerizos e
inexpertos.
Neal Israel tendría su década de esplendor en los 80 gracias
a las películas míticas que todos conocéis para en las décadas siguientes
hacerse fuerte en la televisión, mientras que su co director, Brad Swirnoff,
apenas escribió guiones para un par de cosillas más, sin importancia, y
dirigió, un año después de esta, otra película de similares características
titulada “American Rapsberry”.
“Tunnel Vision”, no deja de tener interés y curiosidad pese
a ser una cosita menor e intrascendente.