viernes, 29 de octubre de 2021

BAT PUSSY

La gente de Something Weird Video, que se dedicaban —y ahora, sus herederos continúan con la labor– a rescatar viejas películas eróticas y nudies de los años 60 y 70 para editarlas en DVD, acudió a mediados de los 90 al almacén de una vieja sala X de Memphis a comprar, por 1000 dólares, un lote de bobinas de películas de 16 y 8 mm y loops pornográficos que descansaba en el almacén del cine desde los años 70. Entre toda esa basura, con películas más o menos conocidas y otras no tanto, apareció una bobina que venía etiquetada bajo el título de “Bat Pussy”. Se trataba de una película porno sin títulos de crédito de dudosa procedencia y, al visionarla, los señores de  Something Weird Video se dieron cuenta de que estaban ante una de las piezas de cine porno más extrañas que existían sobre la faz de la tierra. Y, muy acertadamente,  la editaron en vídeo con su sello.
A raíz de esa edición, “Bat Pussy” se convirtió automáticamente en un film de culto, primero, porque no hay ninguna información al respecto de su producción, todo es oscuro, sucio y decadente, amén de estar protagonizada por una pareja de palurdos sin ningún atractivo físico. Es más, resultaban desagradables. Por otro lado, los historiadores del porno, tras adjudicarle un año de producción que oscila entre 1970 y 1973 gracias a una revista que lee uno de los protagonistas fechada en 1970, descubrieron que, posiblemente, esta fuera la primera parodia porno de la historia, cosa que ya en sí era un descubrimiento, además, se aventuraron a considerarla la peor película porno jamás realizada. Así comenzó, en los círculos de cinéfilos más finos, la “batpussymania”.
La película nos muestra a la pareja de palurdos metidos en una cama manteniendo sexo oral, y soltando por sus bocas, sin parar,  unos diálogos totalmente incongruentes donde abundan los insultos y los desprecios, sin que el redneck que lleva la batuta en la escena consiga una erección eficiente de ninguna manera. Diez minutos más tarde, cuando ya estamos hartos de ver a esos dos asquerosos chupándose los sexos sin pasión alguna, vemos a otra palurda en pelotas tumbada en un sofá, que suelta también sus soflamas en contra de la delincuencia y las películas porno. En consecuencia, se pone un traje de Batman y sale a la calle. Se intercalan las escenas de esta pánfila con las de la pareja chupándose e insultándose, y pronto vemos a la mamarracha vestida de Batman dando saltos con su pelota loca por el campo. Súbitamente, se topa con un individuo que intenta violar a una muchacha y evita la agresión dándole golpes al tío con la pelota… Y volvemos de nuevo a la pareja del principio, que sigue chupando y hablando sin parar. De pronto, en esa habitación irrumpe nuestra Batwoman de pacotilla, se monta un trío con los dos paletos, la meten un consolador por el coño, y fin. No hay penetraciones en la película, ni erección por parte del tío —pecoso y pelirrojo—,  ni más acto sexual que los que acabo de describir. Chupadas a una polla blanda. Por no haber, no hay ni títulos de crédito.
Al margen de eso, la película llama la atención porque, en su tosco montaje, podemos escuchar a alguien dando indicaciones a la pareja protagonista, a las que hacen caso omiso y, más inquietante todavía, alguien detrás de la cámara suelta un sonoro eructo durante el acto sexual que se está filmando, con el que no se inmuta nadie, salvo el espectador que tiene que echar un poco para atrás para comprobar que, efectivamente, el director o quien sea —porque no parece haber mucha más gente tras la cámara—, se echa un eructo mientras filma.
La verdad es que es una película muy curiosa para ver, porque apenas llega a una hora, y todo lo que nos muestra es tan extraño, decadente y bizarro, que bien merece el visionado. Si verdaderamente existen las películas snuff deben parecerse bastante a esto.
Tras muchos años de investigación, los estudiosos han llegado a conclusiones como el año de producción o lugar del rodaje, basándose en los acentos de los protagonistas (acentos sureños que ubican en Tennessee, lugar donde se encontró la película), pero no han sido capaces de descubrir los nombres de los actores, del director o de algún miembro del equipo técnico (en el caso de que lo hubiera), de los que no hay constancia de su existencia. Y, a día de hoy, todo esto es un misterio. Probablemente estén ya criando malvas, porque tampoco nadie ha reclamado la autoría de la cinta tras las muchas ediciones y remasterizaciones (la última en Blu Ray y 2K, tócate los cojones) a las que han sometido al celuloide la gente de Something Weird Video y el American Genre Film Archive -AGFA- (acompañada esta de una estupenda caratula ilustrada por el gran Johnny Ryan).
Y, sí, probablemente sea la película más desastrosa de la historia, no solo del porno. “Batpussy” es, verdaderamente, rara, misteriosa y desperada, ideal para visualizar estando amargado y lleno de manías.