"Starship Troopers 2: Hero of the Federation" se parió siete años después de la original. Entonces todavía no estábamos muy acostumbrados a las secuelas directas para vídeo, así que cuando di con ella en mi vídeo-club habitual, me quedé a cuadros. La alquilé hasta las trancas de curiosidad. Lo primero que me llamó la atención fue su director, todo un astro de los efectos especiales, Phil Tippett, cuyo nombre aparece en una ristra de clásicos del calibre de la trilogía original de "Star Wars", algunas de Steven Spielberg, o las mismas "Robocop" y "Starship Troopers 1" Lo segundo, el evidente "look" de vídeo de la película. Era la época en la que este comenzaba a ser una herramienta cada vez más aceptada por el "mainstream", pero aún cantaba bastante, dotando a las imágenes de un tufo a baratucho, lo que hacía doblemente sorprendente la presencia de alguien como Tippett.
Aún contando en tareas de guionista con el mismo Ed Neumeier, la película se aparta total y conscientemente del film original. Obviamente, no asoman ninguno de sus personajes. Y el tono es casi opuesto, muy muy serio. Más oscuro. Y más próximo al horror que a la ciencia ficción. Se suele decir que con las dos primeras entregas de la franquicia ocurre lo opuesto a las de "Alien". Pal caso, "Starship Troopers 1", con toda su grandilocuencia, sería "Aliens, el regreso" Mientras "Starship Troopers 2", por su reducido escenario, tono y tal, encajaría mejor como hijo bastardo del "Alien, el 8º pasajero". Sin embargo, dicha comparativa se limita a lo expuesto, porque lo que es en calidad, ambas no pueden ser más diferentes.
"Starship Troopers 2" se desarrolla en una especie de base rodeada por los bichos en la que una serie de personajes sufrirán los horrores de ver cómo los alienígenas han creado una nueva arma: monstruos de aspecto humano que irán infectando poco a poco a los presentes. La ristra de mutaciones asquerosas es generosa (hay quien también echa mano de "La Cosa" en cuanto a comparaciones) y el gore notorio. Sin embargo, el problema es que todo tarda bastante en arrancar, y nos tragaremos mucho "bla,bla" previo. Dicho de otro modo, nos aburriremos. Tampoco es que Phil Tippett demuestre estar muy ducho en eso de la dirección. Hay algunos instantes un poco ridículos, sobre todo ciertas peleas no excesivamente creíbles y algo patosas. La otra sorpresa de la velada -Tippett y truculencias aparte- la tenemos con uno de los protagonistas, Lawrence Monoson, al que algunos reconocerán como "El último americano virgen" o el amigo listillo de Crispin Glover en el cuarto "Viernes 13". Curiosamente, y como en aquella, palma siendo atacado por detrás con arma blanca. Pobre hombre. El otro nombre curioso es el de Richard Burgi, un tipo con indudable aspecto de héroe de tebeo -por ello recae sobre sus espaldas ser el "idem de la federación" titular- al que vimos como uno de los aspirantes a asesino en la segunda parte de "Hostel".
Mañana mismo daremos el último muerdo al universo estarshiptruperiano con la tercera entrega.