viernes, 24 de febrero de 2023

THE DEVIL'S CARNIVAL

A Darryl Lynn Bousman, que venía de dirigir algunas de las secuelas de “Saw”, le salió medio rana un proyecto más o menos megalomaníaco titulado “Repo! The Genetic Opera”, extraño y grotesco musical en torno a un futuro distópico y una epidemia que, aunque no fue un éxito rotundo, sí hizo ganar al realizador algún que otro seguidor acérrimo a lo largo del mundo. Poco después puso todo su empeño en levantar una secuela de la franquicia “Leprechaun” de la cual era fan, tratando de llevar al duende al Oeste, pero no tuvo suerte rejuntando financiación y la idea se quedó ahí.
Sin embargo, le había tomado el gusto al cine musical raro y en 2012, con todo en su contra, decidió llevar a cabo la presente producción que, en la línea de “Repo! The Genetic Opera”, estaría especialmente diseñado para contentar a los fans de aquella. Decidió autofinanciarse esta cosa, “The Devil’s Carnival”, en la que reúne a prácticamente el mismo equipo, solo que reduciendo considerablemente los presupuestos. Demasiado de hecho, ya que se trataba de su pasta y la idea era abordar una serie de películas que se financiarían con los beneficios de la anterior. Y, por supuesto, su seguidores respondieron bien; irían a verla a los pases reducidos que el propio Bousman organizaría girando a lo largo y ancho del país, como si de un espectáculo de feria se tratase, y respondieron igualmente con la venta del Blu-Ray y la banda sonora, así el director se permitió rodar una segunda película con esos beneficios, que, a diferencia de esta que no alcanza la hora por los pelos, duraría 95 minutos y gozaría de una mayor producción… Se titularía “Alleluia! The Devil’s Carnival”, pero me la saltaré porque ya tuve bastante con la primera.
En este caso la película ambientaría su historia en un circo perteneciente al diablo en el que, inspirándose en las fábulas de Esopo, cada personaje narraría uno de los cuentos en esperpénticos numeritos musicales, mientras son observados por dios y el demonio.
El problema es que "The Devil´s Carnival" es tan pequeña, que tan solo se cuenta con una localización, una especie de pista central de circo donde, básicamente, transcurre todo, por lo que no veremos en ningún momento las escenificaciones de esas fábulas, únicamente las escucharemos narradas por boca de los actores que cantan, cantan y cantan, sin salir de la pista. Casi estaría mejor como obra de teatro que como película —en el caso de que esto estuviera bien de algún modo—.
En cuanto al lado técnico, solvente, con montaje, unos FX infográficos de mierda por culpa de manejar pocas perras y un diseño de producción pomposo y recargado que hace que le duelan a uno los ojos. Dicho dolor se extiende a los oídos gracias a canciones, horrorosas, sin garra, malas...
En definitiva, una fantochada que yo supongo los muy fans —que los hay— agradecerán sin duda, pero lo que es a mí no es que no me haya gustado, no es cuestión de gustos, es que considero “The Devil’s Carnival” una PUTA MIERDA. Con mayúsculas y todas las letras. Un exceso estético y nada más. Por suerte el suplicio, como decía, no alcanza la hora de metraje.
En el reparto, habituales de Bousman como el pobrecillo de Paul Sorvino haciendo de dios, Bill Moseley como mago extrañísimo —al que dice que interpretó basándose en ¡"Roger Rabbit"!— o Sean Patrick Flanery.
Un medianía, de lo peorcito que ha pasado por este blog.