sábado, 6 de julio de 2024

BIG LEGEND

Hace un tiempo comentaba mi última y perversa afición: Escuchar música tirando de películas con pinta mierdosa como acompañamiento visual, por aquello de sacrificar diálogos y sonidos sin sentirme culpable. Eventualmente continúo practicándola y, en general, sigue siendo un pasatiempo de lo más ameno. Pero el otro día, buscando un largometraje adecuado, ocurrió algo curioso. Elegí "Big Legend", producto "indie" del 2018 sobre un tipo al que el bigfoot le asesina la novia y, tras unos meses en el loquero, decide armarse y tomarse la revancha, con ayuda de un cazador furtivo. Estaba convencido que sería roña propia de la era digital, esa que tanto abunda por estos mundos plataformeros de dios. Sin embargo, los primeros minutos resultaron algo mejores de lo esperado: Una pareja de enamorados retoza alegremente por unos bosques muy bellos, y muy bien fotografiados. Llegada la noche y, metidos en su tienda de campaña, son acosados por el "monstro" de manera incluso levemente inquietante. Comencé a dejar de prestar atención a las canciones, detuve la música y decidí centrarme en la película.
Aunque resulte casi un chiste predecible, al final lo mejor de "Big Legend" está, justo, en esos primeros quince minutos. El resto consiste en abundante diálogo y momentos muertos de caminatas bosquiles. Suerte que estos, como decía, son muy bonitos de ver (especialmente esos árboles rebozados en musgo) y, sí, al responsable de la fotografía le sobra capacidad. Vale, un buen guion es siempre lo más importante. También contribuyen unos actores solventes (y nada que lamentar de los protagonistas del "film" reseñado). Pero el empaque visual, como ven, ayuda. Principio que siempre defendió John Carpenter, de ahí su encabezonamiento en destinar buena parte de los escasos cuartos disponibles en una cámara más que decente para inmortalizar  "La noche de Halloween". Obviamente, hablamos de cine comercial, con aspiraciones de atraer a cuanta más plebe, mejor.
En lo referente a elementos "exploitativos", "Big Legend" cojea. El bicho -de aspecto digno- sale poco, y la sangre no abunda. Resumiendo: es una película sosa, más bien plomiza, pero no ofende. Hay basura muchísimo peor ahí fuera.
Y como es toda una costumbre en esta clase de materia, se recurre al fichaje -en roles segundones- de nombres de cierta solera para el fandom. Una estrategia algo pestilente, pero que aceptas deportivamente. Hablamos de Amanda Wyss, la "Tina" del "Pesadilla en Elm Street" original, dando vida a una doctora. Adrienne Barbeau -que no necesita presentación- como madre del protagonista en una interpretación con mucha carga emocional. Siempre que veo a estos actores "condenados" ejercer un papel más "serio y dramático" de lo habitual, a base de diálogo, sin gritos, ni enfrentarse a bestias cavernosas, ni enseñar pechuga, no puedo evitar pensar lo mucho que estarán disfrutando -pudiendo, por fin, actuar de verdad- y, a la vez, sentir algo de pena por ello/as. Y, finalmente, el omnipresente Lance Henriksen en un desenlace que pretende asemejarse a lo que hacía "Marvel Studios" en 2018 (¡¡buenos tiempos!!) pero en plan ultra-humilde. Aparece encasquetado en una silla de ruedas, dando vida al jefazo de un clan de cazadores dispuestos a acabar con el bigfoot e intentando convencer al protagonista para que se una a la causa. Todo ello justo antes de anunciar una secuela que, de momento, no se ha materializado. ¿¿A caso Justin Lee, director y guionista, intentaba demostrar a los gerifaltes de "Marvel" que era bien capaz de introducirse en sus filas?? A saber. Lo único obvio aquí es su condición de "carne de cañón" de la era digital, con un puñadito de largometrajes en su haber de los que, así a rasgos generales, nadie ha tenido mucha noticia. Hay terror, sí, pero también western y algún drama. Entre el mogollón destaca una supuesta serie titulada "Resident Evil: Welcome to Raccoon City". Sin embargo, nada tiene que ver con la que produjo "Netflix". Tampoco con la película de Johannes Roberts. Además, únicamente existe un capítulo. ¿¿Intentaba Lee venderle la moto a alguna cadena?? ¿¿Producto "fan made"?? Ni puñetera idea, oiga.

miércoles, 3 de julio de 2024

FESTIVAL DEL TUMOR


Tras una temporada únicamente disponible como DVD-R ultra-casero-DIY, "Festival del Tumor" da el salto al formato online, con la incorporación de un par de cortos más o menos inéditos ("Polkacore" y "Divine Act") Lo demás, idéntico, es decir, "Quincosis!", "Inocencio Perdida", "Flagrante Frustración", "Poder Imfimito", "Ortodoncia Letal", "Tontastaltuetano" y "Mis más preciadas posesiones (infernales)", todo tragicomedias extremadamente desquiciadas paridas entre 2019 y 2023, a su disposición en la TIENDA ONLINE a cambio de los 3 EUROS habituales.

A continuación, trailer y desglose de los cortos contenidos...



QUINCOSIS!
(2019)
Arturo se reúne con sus amigos para hacer un cortometraje. Promete ser un fin de semana chévere, repleto de diversión, hasta que entra en juego una crisis creativa destinada a terminar cual tragedia truculenta.


INOCENCIO PERDIDA
(2019)
La implacable pérdida de pertenencias trastocan completamente al hedonista Inocencio quien, a partir de ese momento, se divertirá martirizando telefónicamente a su querida novia.


DIVINE ACT
 (2020)
Dos bellas modelos mueren en un accidente y ascienden a los cielos. Pero antes de acceder a las puertas del paraíso, deberán pasar una criba en manos del mismísimo Jesuscristo.



FLAGRANTE FRUSTRACIÓN (2020)
Alfonsito quiere ser un gran escritor de novelas de terror, como su héroe Richard Laymon, pero la naturaleza no le ha bendecido con el necesario talento. ¿Cómo proceder, pues?


PODER IMFIMITO
(2020)
El protagonista de esta acalorada tragedia se convence de que dispone de poderes mentales, esos mismos que le convertirán en un ser vil y despreciable. ¿Pero los tiene, o son pamplinas suyas?


POLKACORE
(2021)
Una joven rebelde se pasa las horas escuchando polka. Su madre, desesperada, decide acabar con semejante afición de modo tajante y radical. ¿Lo conseguirá?


ORTODONCIA LETAL
  (2021)
No permitas que el dentista quede sumido en la más absoluta modorra. Podría ser extremadamente peligroso. Edgar Allan Poe dixit (¿o no?)


TONTASTALTUETANO
(2022)
Para Cristobal cada día del año es Halloween, inocua obsesión que contribuye a perturbar la paciencia de su intolerante e inquisitiva señora esposa.


MIS MÁS SAGRADAS POSESIONES (INFERNALES) (2023)
Al protagonista de esta epopeya le encanta ver películas. Día y noche. 
Tal devoción, inevitablemente, provocará que choque de frente con la cruda realidad y sea castigado por sus otrora llamados seres queridos.

martes, 2 de julio de 2024

THE RARE BLUE APES OF CANNIBAL ISLE

Extraña película malaya destinada al público infantil que, estrenada en cines angloparlantes (esto es, Estados Unidos, Inglaterra y Australia) a mediados de los 70, dejó un poso en todos esos niños que la vieron en su momento. Lo que pasa es que, quizás por el poco interés que en ese momento suponía preservar copias de lo que en realidad era una película barata y tercermundista, tras el estreno se destruyeron casi todas, por lo que desapareció de la faz de la tierra dejando a toda una generación huérfana de monos azules.
Con la era de internet comenzaron a aparecer publicaciones con recortes de prensa y un póster bastante artesanal de la película, que servían como única y no demasiado fehaciente prueba de su existencia, sin embargo eran unos cuantos los usuarios que en los foros aseguraron haberla visto en el cine en su momento y que, embargados por la nostalgia, intentaban volver a verla sin éxito. Además, había mucha confusión con respecto al título original porque unos recortes la anunciaban como “Cap’N Krock and  the Rare Blue Apes”, existía un póster que rezaba “Mr. Quack, Quack and the Rare Blue Ape”… cuando el título oficial parecía ser “Pirates in Cannibal Isle”. Un verdadero pifostio.
Como fuera, el caso es que la película se tiró cerca de 50 años perdida en algún lugar, hasta que los señores de AGFA dieron con una copia en 35 mm íntegra algo deteriorada. No dudaron en restaurarla para su posterior estreno en cines para sibaritas y, sobre todo, su lanzamiento en flamante Blu Ray, que tuvo a bien editar la gente de Vinegar Syndrome dentro de un pack con otras tantas películas perdidas (y ahora encontradas) bautizado “Lost Picture Show”.  El título con el que se oficializarían las fichas de las bases de datos sería “The Rare Blue Apes of Cannibal Isle”.
Se trata de un musical infantil de lo más grotesco y desasosegante, casi parece una pesadilla generada por una mente enferma, en la que predominan los señores disfrazados de criaturas antropomórficas, a lo Espinete y Don Pimpón, pero con un aspecto verdaderamente feista. Y hasta terrorífico.
Un niño que apenas habla vive con su familia y tiene como mascota un pato al que llama Mr. Quack, Quack. Están todos hasta los cojones del pato y planean echarlo a la olla para pegarse un festín y, a cambio, buscarle al niño un animal más adecuado como mascota. Por supuesto, él no está de acuerdo, por lo que decidirá escaparse de casa con el pato a cuestas, llegando a una extraña isla donde una serie de estrafalarios hombres-cocodrilo les hacen prisioneros. En la jaula en la que los meten, se encontrarán con un insólito simio de color azul que les contará su origen, y, después, juntos, tendrán que abandonar esa isla llena de cocodrilos deseosos de comérselos, y esquivar los innumerables peligros que les asolan en los parajes de Malasia.
A todo esto, decir que cada dos por tres la película cuenta con numeritos musicales que, mediante estridente teclado analógico como toda instrumentación, llega a poner de los nervios al espectador.
Realmente “The Rare Blue Apes of Cannibal Isle” es una experiencia abrumadora, con un montón de gente disfrazada en lo que podemos considerar el equivalente malayo (y lisérgico) a películas como “Dentro del laberinto” o “Cristal Oscuro”, con todos esos disfraces de gomaespuma, animatroneados o no según conveniencia (o presupuesto) y un mal rollo general que tira de espaldas (recordemos que es una película malaya y, por muy infantil que sea, el respeto por los animales no es algo que se tuviera contemplado, por lo que, sin llevarnos las manos a la cabeza, lo cierto es que el pato protagonista y un lagarto que formará parte de un guiso de los cocodrilos, no son tratados en pantalla todo lo bien que se debería).
Por lo demás, es una película que no para. Y aunque los angloparlantes estén que no cagan con ella, a mí me ha hecho gracia por aquello de la desmesura que se gasta, sobre todo por su condición de película perdida y a mí eso me chifla, pero no me ha impresionado ni lo más mínimo porque en España tenemos una idiosincrasia cinematográfica similar a la malaya y, en cuanto a musicales estridentes para niños, disponemos de la también casi perdida (porque solo quedan las copias en beta o vhs que no estén destruidas) “La canción de los niños”; y para locura lisérgica de crío huyendo con pato a cuestas está “Oscar, Kina y el laser”.
Por otro lado, la relación de “The Rare Blue Apes od Cannibal Isle” con estas películas españolas no se queda ahí. “La canción de los niños”, musical infantil igualmente desasosegante, fue dirigido por Ismael González que durante aquellos años se dedicaba a rodar títulos “S” tales como “Los pornoaficionados” o “Escuela de grandes putas”. El director de “The Rare Blue Apes…” es Donn Greer, quien interrumpía su carrera como "sexploiter" para ponerse a los mandos de aquella. Suyas serían “Alice in Acidland” o “Sweetcherooo!”. Tras la reseñada, no volvería a dirigir nada más.
Como les digo se trata de una auténtica anomalía, exótica y extraña gracias, más que a los personajes disfrazados, a esa insólita combinación de actores occidentales y asiáticos que le otorgan un aire enrarecido. Y, por supuesto, los monos azules, absolutamente horripilantes e insoportables... casi como la experiencia de ver el film completo.
Si buscan, podrán encontrar un ripeo del Blu Ray por ahí a disposición de los internautas. Y si buscan más todavía, encontrarán incluso los subtítulos en español, así que no es necesario comprarse el pack completo de Vinegar, a no ser que les sobren los 180 pavos que cuesta… Y ni por esas, porque mientras escribo esto hace ya unos días que se ha agotado.