sábado, 26 de julio de 2025

ICEBREAKER

Lo peor que podía pasar con "Icebraker" es que fuese el anodino producto plano y sin alma que parecía, a pesar de los suculentos elementos ahí dispuestos y que, inevitablemente, me llamaban con la misma insistencia que las sirenas a "Ulises": una imitación videoclubera de "La jungla de cristal" (y su secuela, por aquello de la nieve) en la que, A, Bruce Willis venía sustituido por Sean Astin, quince años después de "Los Goonies" y dos antes de ser rescatado por Peter Jackson para "El señor de los anillos", como poco convincente héroe y, B, el "Hans Gruber" de chichinabo lo encarnaba nada menos que un Bruce Campbell llamativamente rapado al cero. Arropados ambos por Stacy Keach como padre millonario y autoritario que se opone a que su hija pija se case con el personaje de Astin, un "loser" dispuesto a demostrar su valía (ya saben, un rollo muy yanki). Sustituyan al "Nakatomi Plaza" por una estación de esquí y, epa, ya la tenemos liada.
Lo que yo decía, ¡¡tentador!!. Y piqué, y la vi y... en fin, es un puto ascazo tener razón (casi) siempre pero, sí, "Icebreaker" ha resultado ser justo aquello que más temía, la peor forma de arte imaginable: una nadería. Cero. Papel mojado. Ni tan siquiera es útil como producto risible, a pesar de que los papanatas de "RiffTrax" la sometieran a uno de sus ejercicios de humillación arrogante. Deben ser buenos en lo suyo porque, de verdad, no sé qué se puede ridiculizar de esta película. Vale sí, algo hay, aunque sigue siendo demasiado poco. Entre ese poco quizás esté el extraño nombre del guionista... es decir, el que aparece en pantalla, Hasso Wolfe Wuerslin, porque según me informa mi servicio de espionaje (osea, "Imdb") el libreto lo firmó el mismo David Giancola que dirige la película. No sé, tal vez prefería ocultarse tras seudónimo... ¿por vergüenza? dudoso, porque entonces habría hecho lo mismo en su función de director y no es el caso. Ya que hablamos de él, remarcar que comenzó a despuntar en 1989 con el cortometraje "Will Eisner's the Spirit: Ten Minutes" basado en el famoso comic. Ganó premios y tal, pero la cosa no terminó de despegar pues acabaría a los mandos de películas como "Time Chasers" (ciencia ficción barata también ridiculizada a posteriori por "RiffTrax"), "El ojo de la ley" (una de acción con protagonismo de Burt -el "Robin" de los 60- Ward y Miles O'Keeffe según guion nada menos que de Brett Piper, todo un astro del cine de género porculero como verán si le dan al enlace respectivo), una de catástrofes a bajo coste, "Tormenta eléctrica" (con un Jesse Eisenberg aún verde) y la comedia a mayor gloria de Anna Nicole Smith y sus tetas gigantes "Illegal Aliens", cuyo desastroso rodaje dio para un documental-paja del propio David Giancola donde David Giancola nos explica lo jodido que fue para David Giancola hacerla, "Craptastic!" se llama (algo así como "Basurástico!"). ¿¿Una especie de respuesta / justificación por parte del cineasta a las continuas guasas a las que su labor era sometida por los de "RiffTrax"?? Todo es posible en américa.
Una avioneta que transporta plutonio para su venta al mercado negro cae en medio de un monte nevado. El terrorista que iba a adquirir la radioactiva chuche va en su busca. Para hacerlo más "interesante", secuestra al personal de la estación de esquí ahí dispuesta, salvo a uno de sus empleados, quien se encargará de salvar la papeleta, especialmente motivado porque su prometida -y su suegro- anda entre la peña retenida.
Pues eso. Alguna explosión, bastantes escenas de "snowboard" (supongo que era tendencia entonces), mucho tiroteo, una violencia bastante tamizada y escuetos intentos de comedia voluntaria de esos que dan vergüenza ajena. De la mayoría de ellos se encarga un tal John James como excéntrico y atolondrado "redneck" local. La cuestión es que la película tampoco es un cero absoluto en cuanto a elementos para entretenernos y emocionarnos, sin embargo, la sensación es la de estar viendo un drama telefílmico de domingo por la tarde. ¿Cómo es ello posible? Ni idea, pregúntenle a Hasso Wolfe Wuerslin, tal vez él lo sepa.