
En fin, después de secarme las lagrimillas, déjenme que me centre en la peli. Pues sí, secuela de ese clásico imborrable de los 80 en el que, una vez más, se nos presentan varias historias deudoras del espíritu E.C.Comics. A diferencia de la primera entrega, aquí solo son tres (originalmente iban a ser cinco también, pero el escueto presupuesto no dio para más. Una de ellas era "El gato infernal", que acabaría luego siendo parte de la versión cinematográfica de la serie "Tales from the Darkside" -de hecho, era la mejor historia- y dándole título en nuestras tierras). La que hace uno va de un indio de madera que venga el asesinato de sus propietarios. La segunda, y más lograda -opinión esta generalizada-, narra la epopeya de unos chavales que se quedan atrapados en medio de una balsa rodeados por una extraña mancha rugosa que se los quiere comer. Y la última, flojica, la de un autoestopista que muere atropellado y que, por mucho que lo revienten, vuelve una y otra vez para atormentar a su asesina. Entre medio, y en formato dibujo animado (muy cartoon), las desventuras de un chaval fan/lector del comic "Creepshow" al que unos matones quieren dar una paliza (y para quienes tiene preparada una bonita sorpresa).
Vale, digámoslo ya, "Creepshow 2" no llega a la suela del zapato de su predecesora, pero aún así sigue siendo un film jodidamente disfrutable y entretenido. En esta ocasión George A. Romero se quedó en tareas de guión (adaptando historias de Stephen King, algunas publicadas y otras inéditas, quien se marca un cameo interpretando a un camionero tarugo), dándole las riendas a su habitual director de fotografía Michael Gornick (en principio de ello se iba a encargar Tom Savini, que al final se limitó a interpretar al narrador de las historias, que a diferencia de la primera parte, aquí guarda un look y unas maneras mucho más deudoras de "Creepy"/Warren que de la E.C.). Lo triste de Gornick es que detestaba los recursos estéticos/visuales propios de comic presentes en la peli de origen (las luces de colores, los encuadres raros, hojas que pasan, recuadros con texto, etc... justamente, todo aquello que a mi me fascina/ba de "Creepshow 1"), supongo que, habiendo sido dire de foto en aquella, debieron darle mucho dolor de cabeza, así que decidió ignorarlos para su secuela -aunque la dirección de fotografía recayera en otros mindundis-, lo que acabó otorgándole un aspecto mucho más estándar, más común, y desprendiéndola de su aura especial y mágica (y comiquera, por cierto). Tampoco la banda sonora era tan cojonuda como la de John Harrison para the first one, pero hay algunos temas estupendos (sobre todo el de los créditos iniciales. La música está atribuida a Les Reed, aunque por ahí rula Rick Wakeman, quien también compuso el genial soundtrack de "La Quema"). El gore no abunda (de hecho, en esta secuela es incluso menor a su predecesora, reservándose para detalles muy específicos) y el humor sigue siendo genuinamente negro y sutil, sin astracanadas cantosas. El reparto es entrañable, destacando George Kennedy, Dorothy Lamour, Lois Chiles y el mentado Savini en su imitación de "Tío Creepy" (llamado "The Creep"). Del resto, podemos mentar a David Holbrook (hijo del respetado Hal Holbrook, que salía en "Creepshow 1". Ambos intervinieron a la par en ese seudo-slasher de tercera titulado "Creando el terror"), Don Harvey (especializado en papeles de tipo asqueroso, como un par de año después demostraría con "Corazones de hierro"), el guaperas Paul Satterfield (su cara de héroe de comic le llevaría a protagonizar "Arena (el ring de las galaxias)") y la preciosa Jeremy Green -a la que vemos en tetas. Por entonces era la novia del célebre Greg Nicotero, otro de los responsables de los efectos especiales y quien, años después, convertiría "Creepshow" en una serie de tv regulera-, cuya carrera no prosperó.
Un detalle que, aún siendo obvio y chorra, encuentro adorable: La portada del comic de "Creepshow 2" es la que cerraba "Creepshow 1" (es decir, el niño haciéndole vudú a su padre), en un auténtico modelo de secuela con lógica. La pena es que "Creepshow 2" no termina mostrándonos la portada de la tercera parte... algo que quizás explique que esta, finalmente parida con 2 euros por gente ajena al universo Romero y Cía, fuese una cagarruta. Simpática, sí, pero cagarruta a fin de cuentas.
Lo dicho, "Creepshow 2" no es la obra maestra que era la peli-madre, pero sí un plato la mar de rico y jugoso que merece ser devorado, y más de una ocasión.
Y como regalo, un curioso y poco difundido poster alternativo: