Más cine de nuestra transición, esta vez, calificado con una “S” más grande que una casa.
Quizás como consecuencia del éxito que obtuvo la película LA ORGIA de Francesc Bellmunt, al año siguiente se rodó esta, entretenida a fin de cuentas, pero completamente estúpida, que viene a contar mas o menos lo mismo que la anteriormente mentada.
Un cineasta, invita a una serie de desprejuiciados jovencitos a una “Suaré” en su piso. Uno de ellos, habido de sensaciones nuevas, tiene una novia un tanto mojigata, que no quiere ir a esa fiesta. Tampoco quiere joder, así que tras despreciarla, el joven acude solo a la fiesta. Una vez allí, se da cuenta de que no le gustan las guarrerías que ve, pero justo en ese momento, llega su novia con el afán de despendolarse, y ya no hay quien la pare. Así pues, se despendolan todos y acaban introduciendo en sus gratuitas practicas sexuales a un cerdo, mientras gritan “Libertad”, con mucho libertinaje.
Una gilipolléz como un templo, que solo sirve para mostrar unas carnes un tanto secas y/o poco apetecibles (a excepción de la malograda Azucena Hernández, cuya belleza es mas que apreciable) y para hacer que estos mismos suelten proclamas políticas izquierdosas, en contra del clero y en pro de la libertad, para justificar tanta mamarrachada. El caso es, que finalmente, nos enfrentamos a una chorrada tan gorda, que resulta divertidísima. Su escueta duración, una hora y dieciocho minutos, ayuda a ello.
Sordida en todas y cada unas de las escenas referentes a la bacanal, durante toda la película, desde los mismos créditos, vemos como entre escena y escena, se intercalan escenas de dos motoristas que se dirigen a algún sitio, haciendo intuir al espectador, que algo malo va a suceder, cuando en realidad esa ¿Sub-trama? Acaba sin resolución alguna. Eso si que está ahí para rellenar metraje.
El por qué esta bacanal es en directo, es un misterio por resolver, al igual que la presencia de esos motoristas
En el reparto tenemos también a Víctor Petit (PERROS CALLEJEROS, TRAMPA SEXUAL o CAMBIO DE SEXO), que dejaría el cine poco después.
Empiezo a apreciar a su director, Miguel Madrid, responsable de la horrorosa NECROPHAGUS, y que completa la trilogía con EL ASESINO DE MUÑECAS, que caerá por aquí esta semana, y la cual Naxo me asegura, que su tremendismo es absoluto.
Lo de completar la trilogía, lo digo porque solo hizo tres películas.
Hay que decir, que mis progenitores entraron al cine a ver esta película conmigo en sus brazos con tres años, pensando estos que iban a ver una de romanos (¡). Obviamente, a los diez minutos de película, salieron del cine, abroncando al encargado por no avisarles del tipo de película que iban a visionar.
Entrañable anécdota, y entrañable película.