Vivía convencido de que mi gusto por el punk rock se había detenido en los noventa. Y que ninguna banda del ramo actual era capaz de interesarme. Hasta que un día me da por rumiarlo detenidamente y resulta que sí, las hay. Contadas con los dedos de la mano de un manco, pero las hay. Mientras decido si los australianos "Private Function" molan tanto como parece, me centraré en aquellos que ya se han ganado mis atenciones y respetos, los yankis "The Spits", "Los escupitajos" traducido al castellano. Sí, ya, ¿¿hay algo más "cliché punk" que un escupitajo??. Seguramente no. Sin embargo, voy a evitar meterme ahora a debatir autenticidades tan afines al punkismo. Me da una pereza horrorosa. Tampoco creo que uno pueda tomarse demasiado en serio a los "Spits", no como para entrar en esa clase de dilemas. Y, ¡¡cuidado!!, que lo digo como una virtud. Estoy convencido que ellos son los primeros en no tomarse en serio (cosa que denota, entre otras muchas razones, su gusto por subir al escenario portando atuendos ridículos).
"The Spits" se formaron originalmente el año 1993 en algún sucio rincón de los USA por cortesía de los hermanos Sean y Erin Wood. Almas de la banda. No obstante, no llegaron a "existir oficialmente" hasta el 2000, que es cuando comenzaron a destacar entre la ingente cantidad de grupos punk, aunque el suyo sea más afín a la vertiente garajera, rockanrolera propia de un "Crypt Records" para entendernos, referencia nada desenfocada si consideramos que tuve consciencia de ellos gracias a su presencia en la portada del libro "We Never Learn, the grunk punk undergut, 1988-2001" dedicado, justo, a profundizar en el característico sonido de esos combos afiliados al "otro punk", "Crypt Record" y el respectivo periodo (por obra de Eric Davidson, cantante de una de las más destacadas de aquellas bandas, "The New Bomb Turks"). Fue verlos, maravillado por lo absurdo de la instantánea, y pensar "¿Pero quién demonios son?".
En el caso específico de los “Spits”, su sonido se caracteriza por una manera de componer voluntariamente básica, sencilla, elemental, inevitablemente "Ramoniana", pero siempre eficaz. Dando como resultado canciones que por esos lares llaman "catchy", pegadizas con estribillos adictivos. Y cortas, por supuesto. Todas esas virtudes vienen coronadas por letras algo gruesas, en ocasiones escatológicas, aunque siempre plagadas de muchísimo humor. No hay mensaje, no hay pretensión alguna, no hay profundidad casi como parte de su misma actitud, sencillamente "rockanroleemos y pasémoslo de putifa". A todo ello, sumen la reconocible voz de Sean Wood, casi atonal, como si le pesaran las palabras, y la utilización ocasional de un teclado rollo "Casio" con cutre-ritmos pregrabados que los aproximan sutilmente al llamado "synthpunk".
Así las cosas, han conseguido despuntar de entre la interminable amalgama de grupos afines manteniendo su esencia semi-oscura. Y sin complicárselo demasiado a sus seguidores. A ver, es verdad que por ahí disponen de alguna grabación un pelo más arriesgada y rompedora, como "Haunted Fang Castle", un audio-libro para críos en plan de guasa, donde cuentos de brujas, duendes y trasgos vienen acompañados por guitarras disonantes -con resultados, laméntolo mucho, muy coñazo-, pero, en general, los "Spits" se han mantenido fieles a su fórmula, dando al público lo que espera de ellos. Sin evoluciones, sin aspiraciones artísticas de otra índole. Así es más "fácil" mantener a los fieles a tu vera.
Hablar de la discografía de estos señores, centrándose en sus LP´s, se convierte en un ejercicio bastante lioso porque, salvo excepciones específicas, gustaban de bautizarlos a todos igual, con su nombre. Así, cuando toca revisarla, se recurre a una numeración del tipo volumen tal y volumen cual. Bien, yo tiraré por una táctica distinta, describir sus llamativas portadas y, de paso, mentar cuales son mis canciones favoritas en cada cual, por si quieren meterse un chute de "The Spits" vía mandanga rica. Su canción más chula y representativa es "Tonight", disponible en el Vol.IV o "el anuario escolar con fotos de críos extremadamente feos" -y al final del tocho-. Esos mismos surcos ocultan otra de las buenas, "Police". Siguiendo con los discos sin nombre, ahora tocaría "el parapléjico en su silla portando un skate", de donde rescato "She don´t kare". Ponemos punto y final con otros dos LPs, y estos sí llevan título, "Kill the cool" (+ el tema "Autobahn") y "19 Million AC" (+ el tema "Shitty World").