sábado, 9 de agosto de 2025

LA PRISIÓN DE LOS CHIFLADOS

El marco durante el que en su día consumí "La prisión de los chiflados" no puede ser más "retro-cool". Les hablo de una sesión doble del desaparecido cine "Texas" en Barcelona, repleto hasta la bandera, compartiendo pantalla nada menos que con una copia troceada de "Delta Force". Desde entonces andaba loco por revisarla y, sobre todo, reseñarla. No es que le reservase un afecto especial ni nada de eso. En realidad solo se trataba de pura y dura curiosidad, porque lo cierto es que en mi archivo mental únicamente conservaba un gag de todo el largometraje, así que, hasta cierto punto, el resto me iba a resultar medianamente novedoso. Costó localizarla, pero al final fue el compañero Enorm quien, una vez más, obró el milagro.
"La prisión de los chiflados", título significativamente patrio -propio de su época- para el "Doin´Time" original (traducible a un muy carcelario "Cumpliendo condena", pero también como "Pasando el tiempo", que pal caso sería un rato adecuado), viene fechada en 1985 y, permítanme recurrir a un cliché que nos viene a huevo: No podría ser más ochentera en su género. Se ajusta como un guante a lo que era la comedia populachera yanki entonces. Con inevitables ecos a otras de su misma calaña como las "Loca academia de policía" o los "Porky´s". Digamos que, espiritualmente, son casi hermanas, con todas las salidas narrativas y los estereotipos que demandaba el personal dispuesto a amoquinar por verlas. Un humor tirando a golfo, con altas dosis de enredo y ciertas licencias de puro "spoof" que no casan demasiado bien, aunque molan. Mogollón de chistes picantes, machismo por un tubo, además de tantas otras zarandajas políticamente incorrectas (incluidos unos pocos chistes de drogas). El protagonista es el típico caradura simpático que se tira a la cachonda esposa del gobernador quien, lógicamente rabioso, le manda encarcelar en un centro penitenciario con un alcaide demasiado laxo y de ideas progresistas al que detesta. En cuanto puede, lo echa y enchufa a su cuñado, todo un cabronazo de tendencias paramilitares dispuesto a hacer la vida imposible a los reclusos. Estos, que vendrían a ser los buenos de la historia (por supuesto en ningún momento se habla de los motivos por los que están entre rejas), deciden darle su merecido recurriendo a una salida muy propia de las comedias de entonces, convencen a una golfa para que se lo tire mientras retransmiten el "espectáculo" tele mediante a nivel nacional. La clásica lucha de poderes entre los inadaptados y la autoridad, también muy de las de risa del periodo. Ello se desarrollará a la par que un previsible combate de boxeo en la cárcel, dando pie a unas cuantas coñetas a costa de "Rocky" y el cameo del mismísimo Muhammad Ali (razón por la que, a día de hoy, la película sobresale unos centímetros de la media).
En realidad la trama de "La prisión de los chiflados" es más fina y menos consistente que el cordel de un támpax, una mera excusa para acumular gags y más gags, de esos con "remate final" que, luego, guardan cero lógica con el desarrollo de lo que se supone están contando. Claro que poco importa porque, como digo, prima la gilipollez, una buscada y aceptada sin remordimiento alguno. No te partes de risa, con suerte sonríes a ratos y, en general, la sensación es más de estar escuchando los malos chistes vomitados por el borracho de la cantina. Suerte que todo el pifostio no llega a los 80 minutos, así que, entre una cosa y otra, y la inevitable dosis de nostalgia aplicada, pues termina resultando medio-entretenida... por los pelos.
Dirige, co-escribe y co-produce George Mendeluk, nacido en Alemania y emigrado para hacer las américas, en su filmografía localizamos otras de esas que habíamos visto en los estantes de nuestros vídeo-clubs mil veces pero rara vez alquilábamos, como "Flash Mortal" o "Albóndigas 3: Los chicos están calientes" y luego muchísima televisión, pero muchísima, hasta nuestros días.
Y, como siempre, es identificando, numerando y catalogando al floridísimo reparto donde realmente está la diversión. Abróchense los cinturones porque la cosa es generosa. Tal vez, paradójicamente, el menos llamativo sea su protagonista, Jeff Altman. Venía de hacer mucha tele y alguna cosa curiosa (como "Wacko" o "Quien tiene una suegra tiene un tesoro") y, tras "La prisión de los chiflados" el panorama tampoco cambiaría demasiado, con más curiosidades ("Harvard: Movida americana", "Los inmortales 2", bastante doblaje de dibujos animados, destacando "The Real Ghostbusters" o "Bee Movie") y más televisión. Como ocurría con muchas de las comedias de aquellos entonces, se le busca una historia de amor "seria" en las clásicas escenas donde se rebaja el tono desmadrado. Su "partenaire" pal caso es Dey Young, quien debutaría en "Rock N´Roll High School" y se marcaría un insignificante rol de camarera en "Spaceballs, la loca historia de las galaxias" (menos insignificante que el posterior de "mujer con perro" para "Ant-Man y la Avispa: Quantumanía"), decorado donde coincidió con otra de las actrices de "La prisión de los chiflados", Rhonda Shear, futura carne de cañón del universo Donald G. Jackson.
Aunque en cuestiones femeninas la parte más tocha del pastel es para Colleen Camp y sus tetazas, esas mismas que viste en otras del palo como "El juego de la sospecha (Cluedo)", "Gran lío en la universidad", "La loca academia de los albóndigas" y, por supuesto, "Loca academia de policía 2 y 4". Ubres -muuuuuuy- destacables son igualmente las de Kitten Natividad, marcándose una aparición al fondo del plano, literalmente, y Judy Landers, quien anduvo posteriormente por "Armados y Peligrosos", "Escuela de Azafatas" pero, sobre todo, el "Dr. Alien" de David DeCoteau. Rematan el asunto femenino Melanie Chartoff (la directora encabritada del insti en "Parker Lewis nunca pierde") y Dona Speir (futura musa de Andy Sidaris).
Retomando el plantel masculino, tenemos a todo un John Vernon como recluso veterano y listillo. En la época me recordaba mucho al George Peppard de "El Equipo A". Cosa que cuadraba muy bien con el "Mr.T" albino que le acompaña a todas partes encarnado por Nicholas Worth, el eterno villano del cine de bajo (y eventualmente alto) presupuesto. Otros de sus socios son el cajatontista Ron Palillo (el tipo al que "Jason Voorhees" le arranca el corazón en la sexta de sus aventuras o el pirómano perseguido por "Snake Eater") y Mike Mazurki, de rostro nacido para interpretar a gángsters y/o matones de toda condición, cosa que hizo nada menos que en "Con faldas y a lo loco", "De espaldas a la justicia", "Dick Tracy" -la de los 40 y la de los 90- y su última aparición en pantalla dos meses previos a palmar, "Mob Boss" de Fred Olen Ray. Ya que hablamos del ínclito, también él dirigió a Pat McCormick -el alcaide bueno de "La prisión de los chiflados"- en "Beverly Hills Vamp".
Como villano principal todo un clásico en los suyo, Richard Mulligan, tan histriónico como nos tenía acostumbrados. Solía dejarse ver en películas de Blake Edwards: "S.O.B. (Sois honrados bandidos)", interpretando al "director de cine en crisis", "Tras la pista de la pantera rosa", ejerciendo de padre del "Inspector Clouseau" y "El gran enredo", que debería recuperar. Igualmente se prestaba a otra clase de comedias, ahí están "Los albóndigas atacan de nuevo", "Profesores de hoy" o "Chico Celestial" como prueba.
Del resto del reparto me quedo con el comediante negro Jimmie 'JJ' Walker (ni que sea por su papel en "Aterriza como puedas", de donde "La prisión de los chiflados" toma prestados esos comentarios graciosos vía megafonía) y Ron Zwang, así mismo co-guionista del film reseñado y cuya escueta carrera "actoril" incorpora dos marcianadas del calibre de "El ejército de las tinieblas" y ¡¡¿"Robot Ninja"?!!. ¿¿Nos lo creemos o estamos ante una mala di/gestión de "la secre"??.
En un momento dado, asistimos a un plano general de la cárcel idéntico a otro de "Crimewave (Ola de crímenes... ola de risas!!)" (al fin y al cabo, ambas películas vienen fechadas el mismo año). Ahí va una comparativa visual y la duda de si una recicló de la otra o, simplemente, compartieron escenario...