sábado, 30 de agosto de 2008

CAMINO

Acabo de ver, meses antes de que se estrene, la nueva película de Javier Fesser. Ante todo dejar claro que el director cuenta con mi simpatía, y su opera prima, "El milagro de P.Tinto", fue durante mucho tiempo una de mis películas favoritas.
¡Que panzada de llorar me he pegado con "Camino"!
Una niña del Opus comienza a tener síntomas de una extraña enfermedad que la deja paralítica. Es beata, beata, pero, a parte, la educación de la madre provoca que lo sea aun mas, y empiezan a ver la enfermedad, más que como tal, como una bendición del cielo. Con lo cual, todos asumen la muerte de la niña tal que si fuese un milagro. Pronto la iglesia se mete de lleno con la intención de santificarla.
En realidad se trata de un puñetazo en la cara a todos los fanáticos religiosos y, en especial, al Opus, mientras a la vez busca las lágrimas del espectador. La polémica, va a estar servida.
Bien, debo ser un sensiblero nato, pues como he dicho antes, me he pegado mi ración de lagrimones, aun habiéndome aburrido como una ostra 
con el visionado .
Es una película extremadamente triste y extremadamente larga, con la que Fesser se desmarca del humor que hasta ahora le ha acompañado, y se pasa al dramón con tintes fantásticos (hasta en una historia tan triste y sencilla como esta, tiene que hacer alarde de su fuerza visual y de los potentísimos efectos especiales... La niña sueña prácticamente durante toda la película, y ahí, se nos cuelan lo F/X), sin abandonar del todo el estilo propio (mamao de Jean-Pierre Jeunet...) y buscando premios a punta de pala, que diría alguno de sus personajes.
Quizás la culpa de que "Camino" sea un coñazo la tengan sus dos horas veinte de duración, durante los cuales las escenas se repiten, y repiten, y repiten....
Pero vamos, que le intuyo una vida comercial mas que encomiable a la cinta y el beneplácito de crítica y publico, así como Goyas por un tubo, que para eso la ha hecho.