
Extraordinario biopic sobre Bob Krane, un actor que con la misma facilidad que alcanzó el éxito, cayó en el más profundo olvido, secundado por una violenta muerte de la cual a día de hoy no se sabe casi nada.
Cuenta como Krane asciende al estrellato con su serie "los héroes de Hogan" y todo su declive, centrándose sobre todo en su adicción al sexo y a grabarse en vídeo mientras cohabitaba con cientos de muchachitas. Adicción esta a la que fue arrastrado por culpa de su amistad con John Carpenter (no el director...), un representante que, con la excusa de venderle los novedosos reproductores y grabadores de vídeo, lo llevó a la mala vida, y vemos como un modelo del modo de vida americano, acaba convirtiéndose en un sucio y maloliente follador, que manda su vida al traste por culpa de los escándalos sexuales.
La película sugiere que su asesino fue el propio Carpenter, debido a que era homosexual, estaba enamorado de Krane y no le correspondía.
La película, dirigida por Paul Schrader, es altamente interesante, está magníficamente rodada y, lo mejor de todo, crea en el espectador una sensación de tensión y mal rollo que pocas películas consiguen.
Greg Kinnear, interpreta sobresalientemente a Bob Krane, provocando que caiga simpático cuando tiene que caer simpático, y dar grima cuando tiene que ser grimoso. Luego está, interpretando al misterioso Carpenter, Willem Dafoe a su extraño nivel habitual (y digo “extraño”, porque este hombre, independientemente de que me guste o no como lo hace, no se si es buen o mal actor...) A mí cualquier biopic me entusiasma y, con este, me he quedado bastante satisfecho. Además ese aire sereno que se gasta, me encanta.