
Un tipo se dedica a rajar en canal jovencitas. El poli que casi le captura comienza a tener visiones de las mismas u otras que van a estarlo y le llevarán tras la pista del asesino.
Un thriller sobrenatural que planea convertir a Richard Tyson en el psycho-killer videoclubero de moda, y lo que se van a comer es un cagarro. Pienso yo. Eso sí, las dos escenas en las que hay chicha, es chicha de la buena, pero nada mas. Es una cuestión moral advertir de estas cosas porque, realmente, no merece la pena un visionado. Si la ven, me darán la razón o me la quitarán.
Es lo que tienen la pelis de video-club. Hay que verlas todas, porque por lo general suelen estar visibles, pero de vez en cuando te encuentras con algo como esto, que no hay por donde sostenerlo.
El dire, un tal Kevin Carraway.
El dire, un tal Kevin Carraway.