jueves, 30 de julio de 2009

EXORCISMO EN CONNECTICUT

Ver una película de estas características, a la una de la madrugada, en un cine completamente solo, es lo suficientemente sugestivo como para que te entre cierta predisposición a pasar miedo. Pues ni con esas.
Un muchacho al que le han diagnosticado cáncer se muda junto con su familia a una enorme casa en Connecticut. Comienza a tener extrañas visiones, que achacan a los fuertes medicamentos que toma. Nada más lejos de la realidad, son los fantasmas de unos antiguos médiums que andan merodeando por el lugar.
El tedio más absoluto, en una peli de casas encantadas que tira por un tubo de CGI, y carece de los elementos necesarios para dar un mínimo de miedo. Cuatro sustos baratos que se ven venir, y poquito más.
Y el caso es que tuvo una campaña promocional la mar de maja, con todo ese rollo de que estaba basada en hechos reales y un planteamiento más o menos atractivo, pero, joder, ¡es que es un coñazo!
Los distribuidores españoles lo saben y, por eso, cambian el “haungting” del título original, por el más pintón “exorcismo”, aprovechando que un cura - magistralmente interpretado por Elias Koteas- asegura que la casa no está encantada, sino poseída.
Y, probablemente, lo mejor de "Exorcismo en Connecticut" sea, justamente, Elias Koteas.
En fin, tenía muchas ganas de verla, pero menuda decepción.
Dirigiendo, un tal Peter Cornwell.

miércoles, 29 de julio de 2009

LOS PROFANADORES DE TUMBAS

Agradable sorpresa videoclubera la que me he llevado con este "Los profanadores de tumbas" ("The Gravedancers" en versión original), que me ha hecho pasar un ratejo cuanto menos espeluznante, a la par que entretenido.
Unos amigos se reencuentran en el funeral de un allegado. Beben como cosacos y deciden seguir la farra en el cementerio. Allí, uno localiza una carta donde se les insta a bailar sobre las tumbas y, obviamente borrachuzos, no se les ocurre otra cosa que proceder.
Al día siguiente, comienzan a ocurrirles cosas extrañas, hasta que, por casualidad, topan con un par de parapsicólogos dispuestos a ayudarles. Lo que ha pasado es que han leído una maldición, y al bailar sobre las tumbas de tres despiadados criminales, faltándoles así al respeto, estos han venido del más allá para castigarles.
A la peli le cuesta arrancar lo suyo, empieza de manera muy pesada. Por suerte, pronto llegan los parapsicólogos con sus teorías, explicaciones y verborreas, lo que mejora la historia, logrando que quedamos embobados mirando. Contribuye también la aparición de los fantasmas, cuyo aspecto está muy logrado y es aterrador. Y junto con un par de sustos previsibles, y dos o tres más que no te esperas, consigue que una peli que empieza de lo más flojo, nos deje la mar de satisfechos... y acojonados.
Y es que yo soy un cagón, y a la más mínima atmósfera, una cara horrible y un par de buenos sustos, ya estoy con el corazón a mil... lo que pasa es que, últimamente, con muy pocas pelis me pongo cardíaco. Esta lo ha conseguido.
Tras la cámara, Mike Mendez, director nada menos que de la denostada "El convento del diablo", que me cae simpática, y del documental "Masters of Horror" (ojo, el documental, no la serie).
Una bocanada de aire fresco para el terror en general, porque lo cierto es que ni en salas, ni videoclubes, se puede ver una peli tan lograda. Muy maja.

martes, 28 de julio de 2009

BLOOD MASSACRE

En el irregular documental "Blood, Boobs and Beast" Don Dohler contaba cómo la experiencia en torno a "Blood Massacre" le había empujado a abandonar la realización cinematográfica (y que no retomaría hasta pasados diez años). Por lo visto el film era un encargo de una productora de estas ultra-indies o maxi-backyard (¿¿lo qué??) en la que el entrañable realizador se alejaba (casi) por completo de temáticas extraterrestres y/o paranormales para enfrentarse a un crudo thriller de horror en el que el gore iba a tener un puesto de honor (y ya sabemos que a Dohler no le pirraba mucho eso de mostrar tripamen, lo hacía únicamente por demandas de mercado). "Blood Massacre" (el título lo deja bien claro) comenzó a rodarse en formato vídeo, pero por alguna inexplicable razón al poco los productores le dijeron que lo preferían en celuloide, cosa esta mas bien nada habitual. Así que, armado con una cámara de 16mm, Donald y su equipo empezaron de nuevo, pariendo una de las películas (al menos de las que yo he podido ver) más estilizadas del cineasta, aparentemente menos cutrexpa (aunque ello se deba en realidad a la falta de efectos especiales más complejos tipo marcianos, ovnis o presencias del mas allá), con más chicha y sin perder por eso el tono semi-casero. Para incrementar la diferencia, el siempre buencha George Stover interpreta aquí al mega-malote de la función.
Después de cometer un asesinato en un video-club (muy adecuado), una panda de maleantes recala en una granja habitada por una aparente plácida familia a la que secuestran. Ni que decir que las víctimas no lo son tanto. En realidad se trata de una pandilla de psicópatas caníbales que pronto se volverán contra los intrusos. ¿Que si me he cargado la sorpresa?, ¡para nada!... hay todavía una más y mayor que, esta sí, no desvelaré.
Imagino que Dohler estaría contento con el resultado (como digo, se nota un esfuerzo por conferirle calidad al film, en crear atmósferas a base de colores primarios... podría ser la peli más entretenida del caballero) y por ese motivo, cuando los productores extraviaron el negativo, o lo guardaron a la espera de algo que nunca llegó o... lo que sea (vamos, que el film jamás se estrenó, ni en pantalla grande, ni mediana, ni pequeña, ni minúscula), Don Dohler decidió tirar la toalla, muy decepcionado.
Pasaron los años, volvió a dirigir ("Alien Factor 2: The Alien Rampage"), luego se pasó a la producción con "Timewarp Films" y decidió retomar la idea de base de "Blood Massacre" con "Harvesters" (que he visto y es peor, o al menos tiene menos encanto). Poco antes de fallecer, pudo recuperar el negativo perdido y reeditar la peli, que "Troma" estrenó en doble sesión junto al mentado "Blood, Boobs and Beast". ¿Lo ven?, una historia con final feliz.

sábado, 25 de julio de 2009

SOMERS TOWN

Un joven inmigrante polaco vive con su padre en Londres. Se pasa el día holgazaneando por ahí. Conocerá a otro chaval, que dejó atrás el pueblo para mudarse a la gran ciudad. Se hacen amigos y deciden holgazanear juntos.
Bien, como ven el argumento no tiene demasiadas florituras. Y eso es lo bueno, que no cuenta demasiado, y sin embargo seguimos con interés las, tampoco demasiado interesantes tropelías de los muchachos, y es porque Shane Meadows, máximo responsable, tiene un dominio del tempo absoluto, y hace que algo tan sencillo como dos chavales despotricando mientras se toman una botella de vino en un columpio, se convierta en una escena entretenida.
Claro que, en ese sentido, juega sobre seguro, ya que vuelve a contar con el no-actor protagonista de "This is England", Thomas Turgoose, que ante la cámara es un torrente de energía y su hiperactividad contagia al espectador.
También me gusta de la película su tono neo-realista, pero sin pasarse, es decir, el director no está tratando de concienciarnos de nada, no es un Ken Loach de pacotilla, y aunque la trama esté ambientada en suburbios, no nos da ni una pataleta ni un panfleto. Simplemente muestra la historia de esos dos personajes.
Sobretodo, técnicamente me ha cautivado: Rodada en vídeo (muy vídeo), blanco y negro y un maravilloso súper 8 en color para un momento concreto. La verdad es que, estéticamente, no se le puede pedir más. Me ha ganado por completo.
Y de duración, la más acertada posible: ¡¡60 minutos!! Muy maja.

ENTRE PILLOS ANDA EL JUEGO

Si hubo un director eficaz y solvente en los ochenta, ese fue John Landis, tipo al cual tanto el terror como (especialmente) 
la comedia se le daban muy bien. Casi todo lo que dirigió desde finales de los setenta son auténticos pepinazos, por lo menos por lo que mi respecta, hasta que llegaron los noventa y se hundió en un asqueroso fango del que nunca ha podido salir.
El caso es que, anoche, decidiendo qué película ver, recurrí a una “de las que nunca fallan” y, teniendo en cuenta que hacía mucho, pero mucho, mucho que no la veía, disfruté cual enano de "Entre pillos anda el juego".
Dos corredores de bolsa veteranos, forrados de pasta y huraños como ellos solos, mantienen distintas teorías: Uno dice que un buen ejecutivo es producto de una educación exquisita y un entorno agradable, mientras el otro opina que es una cuestión genética. Dichas teorías se basan en un empleado eficaz que trabaja para ellos (Dan Aykroyd). Pronto se topan con un vagabundo negro (Eddie Murphy) al que meten en prisión en un sin sentido. Deciden hacer una apuesta, convertir al negro en un prometedor "broker" a la vez que empujarán a su eficaz empleado (y eficaz "broker") a la vida callejera y criminal, con lo que se afirmará la teoría de que todas las personas son producto del entorno en el que crecen.
Que gran, gran película. Sin duda un clásico que, lejos de envejecer con el tiempo, mejora y deja claro el evidente hecho de que ya no se hacen comedias como las de antes. Todo es bueno en "Entre pillos anda el juego", el ritmo, la trama, los actores, los gags... una comedia redonda.
Por descontado, tras verla y entusiasmarme, estuve dudando si sería la mejor película de John Landis. La cosa se debatía entre esta y "Un hombre lobo americano en Londres". Obviamente, no puedo compararlas, las dos son muy grandes en lo suyo.
Lo que no entiendo es como un tipo que hace estas dos obras maestras (y "Made in USA", y "Desmadre a la americana", y "Granujas a todo ritmo" e incluso ¿por qué no? "Sangre Fresca") luego no es capaz de atinar con bodrios como "Oscar" o esa mediocridad que es "La familia Stupid". Ha pasado de ser un genio a ser un mierda. Que lástima.
Se que "El príncipe de Zamunda" está muy denostada, pero yo la defiendo. Además incorpora un cameo de los dos personajes que en "Entre pillos......" interpretaron Don Ameche y Ralph Bellamy, esta vez encarnando a vagabundos.
En fin, una película grande que me dejó un buen sabor de boca. Y un estilo de comedia que ya nunca volverá, a juzgar por las que se hacen ahora, donde lo que prima es la factoría Apatow, a años luz de los Landis, Reitman y demás "masters" de aquellos años. 
A continuación vi otra comedia, esta vez actual: "Una pareja de tres", con Owen Wilson, un perrito y Jennifer Aniston. Y no, no es que me esté haciendo viejo y cualquier tiempo pasado fue mejor, es que es un hecho que las comedias de entonces, eran mejores. "Una pareja de tres" es la mierda más grande y menos graciosa que he visto en mi vida.

viernes, 24 de julio de 2009

GUÍA DEL AUTOESTOPISTA GALÁCTICO

"Guía del autoestopista galáctico" está basada en el libro del mismo nombre cuyo autor ha tomado la responsabilidad de convertirla en guión, por lo que la fidelidad debería de estar garantizada.
Arthur es un pan sin sal, un tipo corriente, y para colmo de males, su casa está justo por donde tiene que pasar una circunvalación, así que será derribada. Además, su mejor amigo, Ford, le confiesa que es un extraterrestre y que la Tierra está justo por donde tiene que ir una autopista intergaláctica, por lo que también va a ser "derribada". Ironías de la vida. Así que Ford y Arthur sacan el dedo (pulgar) y se meten en una de las naves que van a destruir nuestro planeta. Es aquí cuando empieza la aventura para Arthur.
Tras expulsarlos de la nave destructora, tienen la infinita suerte de ser recogidos por otra, la del autosecuestrado presidente de la galaxia. Curiosamente estuvo en la Tierra y fue el que le levantó la chica a Arthur, una tal Tricia que, justo, forma parte de la tripulación.
La cinta tiene una factura admirable, para algo es una super producción. Los "malos" de turno son una raza de burócratas que para cualquier cosa tienen que rellenar un informe, y como el presidente se ha autosecuestrado, tienen que acabar con el secuestrador, que no es otro que el propio presidente. Absurdo, como lo es la burocracia. Estos seres recuerdan mucho a los de "Zathura", o "Cristal Oscuro", grandotes con las piernas cortas y muy feos. Nada de 3D, todo látex, maquillaje y babas, simple pero efectivo. También hay ración de CGI, aunque su destino son las escenas espaciales, por lo que quedan cojonudamente bien.
En definitiva, una película entretenida. No es para tirar cohetes, pero al menos sabemos que si alguna vez tenemos que viajar por el espacio, una toalla es lo mejor que podemos llevar, eso y la Guía del Autoestopista Galáctico, por supuesto.

jueves, 23 de julio de 2009

BLOOD RED PLANET

De los hermanos Polonia ya he hablado en otras ocasiones. Lo hice en las reseñas de "Splatter Farm" y "Feeders", lo hice cuando desafortunadamente uno de los dos falleció, y lo hice para las páginas del fanzine "El Buque Maldito". Sin embargo, nunca me cansaré de decir una y otra vez que lo que fascinaba de este par era su honestidad a prueba de bombas y su aparente inocencia. Se apartaban muy mucho del típico videoasta americano especializado en horrores truculentos, los Polonia tocaron muchos palos dentro del "fantastique", y cuando ves sus pelis, aunque indiscutiblemente cutres, en realidad están bastante bien rodadas y montadas. Vamos, que su cutrismo es más por la precariedad de medios, porque capacidad no les faltaba. En ese terreno, los brothers gastaban un maravilloso morro incapaz de superar. ¿Para qué disimular las carencias?, mostraban sus cartas invitando al espectador -que siempre se cree más listo- a jugar con ellos, a creerse lo que veían... era como ir al teatro... ya sé que el árbol de cartón es de cartón, pero aceptaré que es un árbol y me dejaré llevar.
Si esa característica siempre destaca en las pelis de John y Mark Polonia, en el terreno de la ciencia ficción la cosa se desmadra. Porque, sí amigos, "Blood Red Planet" es pura ci-fi, el gore es mínimo y todo gira en torno a un equipo enviado desde la tierra para detener una invasión extraterrestre comandado por el también incomparable Jon McBride, habitual del universo Polonia (director de sus propias pelis, la más famosa de las cuales es "Cannibal Campout") y que, durante un tiempo, formó equipo con los gemelos co-dirigiendo (y actuando en) algunos largometrajes, este del que os hablo entre ellos.
McBride y John Polonia son los mejores actores del cotarro (lógico si son, junto a Mark, los directores... ya saben, la pasión que le pone el autor de la pieza siempre está por encima de la que los siguen), el resto dejan bastante que desear, especialmente el que hace de médico, un auténtico incapaz capaz de arrancarnos más de una carcajada. Pero para risas tenemos el monstruo invasor (un puppet creado por el entrañable Brett Piper... pero puppet al fin y al cabo. Los efectos especiales se reparten entre infográficos de tipo básico y maquetones tremebundos) y todo el atrezzo... ¿cómo explicarlo?, digamos que se dejaron los ahorros en la ferretería del barrio. Si se creen que una mesa de edición puede ser los mandos de una nave espacial, que un tipo es capaz de salir al espacio con un casco de moto, unos guantes de lana y un mono (y para pisar un planeta alienígena, nada como una mascarilla contra el polvo y unas gafas protectoras de plástico!!) o que un proyector de diapositivas puede ser la versión pobre de "Hal 9000", entonces sean bienvenidos al universo de este par de encantadores chalados.
Si, ya, todo muy bonito... pero ¿¿y la peli??... la verdad es que es un poco tostón ya que, como en la más común de las series Z, los realizadores suplen la alta falta de medios con no poca verborrea. Aún así, es imposible no mirar "Blood Red Planet" con cierta simpatía, aunque solo sea por la falta de humos y la desconcertante sinceridad con la que John Polonia, Mark Polonia y Jon McBride te presentan su producto.
¡Filosofía casera al poder!.

martes, 21 de julio de 2009

INSANITARIUM

Agárrense que vienen curvas.
Telefilm para DVD (o cable) conocido también como "Psicópatas" y que empieza igual que "Prison Break" e, incluso, cuenta con uno de los actores del reparto de esa serie, Peter Stormare, haciendo aquí del "mad doctor" de turno.
La historia se inicia con un hombre fingiendo locura para entrar al hospital mental donde está su hermana. Antes había memorizado los planos del lugar y, una vez dentro, intentarán salir juntos de allí. Pero es entonces cuando el experimento del "mad doctor" se sale de madre. Los pacientes tratados con la inyección de nanomáquinas en lugar de mejorar se comportan de manera violenta y sienten deseos -comestibles- por la carne humana. A su vez, los atacados que sobreviven también se infectan, no son zombies, pero como si lo fuesen.
Dos tercios de película es paliqueo, y el tercio final tiene sangre a borbotones, pero las prótesis y muñecos cantan cantidad, hasta llegar a la vergüenza ajena. Los actores sobreactúan de lo lindo, destacan en este campo los que están en aislamiento, para mear y no echar gota. Estoy intentando sacarle algo bueno a la película, pero es que no le encuentro nada, así que mejor acabar ya. Su visionado queda lejos de ser recomendado, ni siquiera por curiosidad.
¡Ah! hay una cosa buena... se ven tetas. Ahora sí, creo que no me dejo nada.

THE LAS VEGAS ABDUCTIONS

De primeras, tras ver el cartel, podemos figurarnos que se trata de una serie z al estilo de las de Jeff Leroy, o algo por el estilo, divertida, con muchos F/X cutres y descerebre gañanazo.
Y cuando nos ponemos, vemos que los F/X cutres están ahí y que es un producto muy pobretón en el que se abusa del croma pero gasta una seriedad pasmosa, nada habitual en esta clase de furruños. Además, resulta que nos encontramos ante un folletín al estilo de culebrones televisivos tipo "Santa Bárbara", con muchas infidelidades y momentos dramáticos, al que, 
de vez en cuando, han añadido unos cuantos alienígenas abduciendo al personal.
Una pareja que se va a casar decide pasar una temporada en Las Vegas con unos amigos, cuando descubrimos que entre el caballero casadero y la novia de la otra pareja que les acompaña, hubo una relación tiempo atrás. Entonces unos alienígenas llegan a Las Vegas y abducen al prota que, en su despedida de soltero, anda tirándose a una prostituta. A partir de ahí, su futura esposa, que ya está mosca con el novio, tras verle abducido y con ese extraño comportamiento, decide abandonarle. Pero pronto conocerá a un caza alienígenas que le explicará de que va todo.
Se trata de la segunda película de un tal Michael Ricks sobre aliens tras "Alien Vows" para el mercado del vídeo, y que rueda con la prestigiosa vídeo cámara "Sony Cinealta" para, luego, montar con el "Final Cut" y meterle los F/X mediante un programilla cualquiera. Con todo,"The Las Vegas Abductions" se deja ver perfectamente.
Es lo que tienen estos productos, sentarse a verlos es una lotería.

domingo, 19 de julio de 2009

TURISTAS

"Turistas" es de esas películas que engañan... pero de manera inconsciente. Dicho de otro modo, es el espectador el que se dispone a verla auto-engañado de antemano. Y claro, luego vienen las decepciones. Porque, aunque lo parezca, "Turistas" NO es un slasher. Y aunque también lo parezca, no entra en la categoría de las "torture-porn" a pesar de que guarde relación con "Hostel" (por la idea base de los chavales/as de viaje a un país exótico que caen en malas manos). Esta última afirmación no es mía, pertenece a un tipo que dedicó numerosos párrafos a argumentar por qué "Turistas" no entra en la misma categoría que la peli de Eli Roth o "Saw", y es que si os fijáis bien, en "Turistas" no se tortura a nadie... la única secuencia en la que se abren estómagos y extraen órganos se hace con la víctima anestesiada (y con fines más "humanos"... aunque mal enfocados, claro). Sólo los primeros minutos, mediante montaje sincopado y acelerado, te parece ver a alguien que sufre horrores en plena tortura... pero no.
Como dicen por ahí, el film en cuestión entra más en la categoría de thriller, y esta vez va en serio, no es una excusa. Unos chavales guapos, sanos y aficionados a la fiesta se van de vacaciones a Brasil (sitio este al que todo el mundo parece encantarle... sin embargo, yo no iría nunca, la verdad). Como es de esperar, caen en una trampa, concretamente en las zarpas de un médico con aspiraciones de salvador: extrae los órganos a ricos turistas para dárselos a los niños pobres Brasileños. Eso son los primeros 50 minutos de peli, que pasan en un pis pas... el resto es la persecución de los malos tras los buenos (que logran escapar), desgraciadamente algo desvirtuada por un montaje caótico en el que no distingues quien es quien y acabas aburrido. Destacar la secuencia en la que el médico malvado se carga a uno de sus esbirros clavándole un pincho en el ojo, francamente bruta.
El resultado, pues un film bastante entretenido dirigido por John Stockwell, personaje este de lo más interesante (atención a su cameo final) que empezó en la industria del cine como actor/guaperas, quizás lo recordéis en algunos títulos tales como "Sueños Radioactivos", "Dangerously Close" (vía "Cannon"), "Mi proyecto científico", "Top Gun" (papel muy secundario)... aunque su mayor triunfo fue protagonizar "Christine" a las órdenes de John Carpenter... y sí, tal vez incluso aprendiera algo del maestro.

sábado, 18 de julio de 2009

GNAW

¿Acaso tras ver el cartel no les entran unas ganas tremendas de ver esta película? ¿Hay en el cine actual alguno más sugestivo que el que ilustra esta entrada? La de atrocidades que promete, ¿verdad? Pues olvídense de todo ello.
"Gnaw" es un slasher Inglés dirigido por el debutante Gregory Mandri. Y en este, su primer trabajo, deja claro que gasta buenas intenciones, pero se queda a medio camino de cualquier parte.
Un grupo de adolescentes van a pasar el fin de semana a una casa rural (un slasher no puede ni debe comenzar de otra manera... pero eso no es siempre suficiente) y, entre diálogos estúpidos y jueguecitos moñas, un tipo con una piel de conejo en la cara da buena cuenta de ellos con el fin de servirlos luego en su puestecito de hamburguesas.
El coñazo padre. Uno de esos slashers en los que no vemos nada hasta pasados 40 minutos. De mientras algún polvete mal echado, una señora ofreciendo a los chavales hígado y carne que el espectador que no es tan tonto sabe de antemano es humana... lo de siempre, pero en plan rollo.
Y de hamburguesas con manos dentro, cero patatero. ¿Sangre y vísceras? Sí, tiene bastante, pero ya estamos curados de espanto, y tampoco es suficiente. En definitiva, esta peli, salvo el cartel, no tiene nada, NADA.
Ni siquiera se por qué pierdo el tiempo reseñándola...

EL ÚLTIMO CAZADOR

Nadie pone en duda la calidad de films como "El Cazador" (aunque la secuencia de la boda sea una chapa) y "Apocalypse Now". Sin embargo, en esencia, lo que más marcó de ambas fue el modo crudo, sucio, traumático, feísta y nada heroico de retratar lo que se coció en la guerra del Vietnam. Ahora ya es algo muy manido gracias a la fiebre de pelis del tema que vivimos a partir de "Platoon", pero en aquel entonces todas esas imágenes eran novedosas y dejaron huella. Es normal pues que dichos films, sometidos a las leyes del "exploitation" más puro, quedaran reducidas, precisamente, a todas las secuencias escabrosas y efectistas de guerra, dejando a un lado los elementos humanos, filosóficos o incluso pretenciosos. Si a todo eso añadimos que de tal menester se encargaron los Italianos, que por aquel entonces vivían su época dorada en cuanto a "serie B" / plagio se refiere, el resultado es este "El último cazador", firmado en 1980 por todo un especialista en películas de género, Antonio Margheriti o, para el caso, Anthony M. Dawson.
En esencia, "El último cazador" es una peli de acción, de aventuras incluso, con la guerra del Vietnam como telón. Claro, si estuviésemos justo en pleno subidón de la moda "Rambo" (cuyo "start" fue a partir de 1985), la peli resultante hubiese sido algo parecido a, no se, pongamos por caso "Strike Commando" de Vincent Dawn / Bruno Mattei. Pero no, lo que molaba entonces era el rollo Coppola / Cimino, y Dawson se esfuerza en que su historia de un militar enviado a la jungla a destruir una emisora de radio desde la que una voz femenina americana lanza proclamas anti-belicistas para desanimar a los combatientes llegados de los USA, tenga una pátina como falsamente deprimente, en la que todos sueltan "amargos" discursos sobre lo puta que es la guerra, en la que los soldados, hastiados y sobreactuados, se matan entre ellos y con el sacrificio final -y sin sentido (aunque menos lo tiene la absurda supuesta sorpresa de quién locuciona los discursos por antena)- del anti-héroe de la función.
El guión es de ese astro de las letras con fines cinematográficos llamado Dardano Sacchetti (suyos son los libretos de muuuuchos de los clásicos del exploit italiano) y, como suele pasar en este tipo de films, está repleto de encantadoras ingenuidades, "yankiladas" de esas que soltábamos de chavales jugando a detectives a la hora del patio porque "así hablan los americanos en sus películas". El resultado, muy típico de su momento (todo el "exploitation" llegado de esas tierras, y enclavado en ésa década, era prácticamente idéntico), se soporta bien... cuesta, no diré que no, a ratos el ritmo se torna farragoso, y los clichés sacan de quicio, pero se consigue llegar al "Fine" y se disfruta con nostalgia de un invento al que el encanto le sobra. Y que no falte la canción seudo-de autor-neo hippie al final propia del cine anti-belicista de entonces (aunque dicha "denuncia" no exista, y su supuesto mensaje viene en realidad del material plagiado... como parte de uno de los elementos que "tienen que estar" en un film de este estilo. No porque sí "El último cazador" en su país de origen apunto estuvo de titularse ¡¡¡"El Cazador 2"!!!).
El reparto, cómo no, también está plagado de nombres indivisibles de ese periodo, tales como el simpático David Warbeck ("El mas allá", "Los aventureros del tesoro perdido", imitación Dawsoniana de "En busca del arca perdida"), Tisa Farrow ("Nueva York bajo el terror de los zombi", "Gomia, terror en el mar Egeo"), Bobby Rhodes (el negrazo de "Demons 1 y 2"), Margit Evelyn Newton ("Apocalipsis Caníbal") y John Steiner ("Shock", "Tenebre" o "El arca del dios Sol", el otro seudo-"Indiana Jones" perpetrado por Margheriti).

miércoles, 15 de julio de 2009

BRÜNO

Posiblemente sea yo uno de los fans más acérrimos de Sacha Baron Cohen, por lo menos en lo que a su faceta cinematográfica se refiere. Me gustó "Ali G", me entusiasmó "Borat" y con "Brüno" me lo he pasado teta. Una gran película. Pero tengo que ponerme un poco tiquis miquis con ella; Salí de una sala (casi vacía) con potente dolor de mandíbula por las carcajadas, pero también con la sensación de haberla visto antes. Y es que es prácticamente igual que "Borat".
Una serie de cámaras ocultas y sketches supuesta y pretendidamente transgresores entremezclados con un hilo argumental leve de ficción. Si Borat quería hacer un documental sobre las costumbres americanas, Brüno quiere convertirse en el austríaco más famoso del mundo. Si Borat tenía a su productor como cómplice, Brüno tiene a su asistente.
Y sí, te ríes, el tío se pasa de rosca, hay cantidad de escenas provocadoras, penes, enculadas y todo eso tan gracioso, pero al final, en un intento de ser políticamente incorrecto, resulta ser tremendamente moralista y causa un efecto contrario al deseado. A ver si me explico: Me parece muy fácil y poco arriesgado el irse a provocar a políticos y demás fauna ultra-conservadora yanki. Con el numerito del gay extranjero, obviamente, se conseguirá una reacción violenta. Ya es sabido por todos que esa gente no tiene dos dedos de frente.
¿Por qué no al revés? ¿Por qué no se disfraza de hombre ultra-católico y se va a tocar los huevos a los progresistas y a los colectivos gays? Porque amigos, eso, en su circuito supongo más bien izquierdoso, no sería visto con buenos ojos. Entonces ¿dónde está la trasgresión ahí? No digo que lo que hace Cohen esté mal, es más, yo me lo pase muy bien, pero ya lo había visto en "Borat". La escena más transgresora, sin embargo, es también la más sosa de la peli, en ella invita a Paula Abdul a hacer una entrevista en su casa y los muebles son sustituidos por Mexicanos, le hace sentarse encima de la espalda de uno de ellos y le pregunta por su labor humanitaria. Eso, en mi opinión, sí que es políticamente incorrecto.
A lo que voy es que, a la hora de dar espectáculo, provocar y ser políticamente incorrecto, no me vale que te decantes por tu ideología, hay que tocarle los huevos a los tuyos más que a ningún otro. Por eso odio tanto la política, porque arruina todo, incluidas las películas que pretenden ser transgresoras.
Por lo demás, hay que verla, porque realmente te ríes, pero es tan calco de "Borat" que te quedas un poco así.
A destacar cuando le dice a un talibán que Osama parece un vagabundo o cuando en Israel, en pleno centro judío, aparece con ropas Amish tuneadas a lo gay y unos cuantos judíos ortodoxos salen corriendo tras él, enfurecidos y con sed de sangre. Pero, no se… Sacha Baron Cohen es judío practicante, así que la cosa me descoloca un poco.

CYCLOPS

Producido por Roger Corman para el canal de televisión "Sy Fy", estamos ante un telefilm que, nada más comenzar, apunto estuve de quitarlo... aunque al poco me enganché a el como si fuera una botella de "Coca Cola". Y es que resulta ser original y entretenido a más no poder.
En la antigua Roma, un sanguinario cíclope tiene atemorizado al personal, así que el emperador Tiberio envía a uno de sus mejores centuriones para que lo capture. Una vez hecho el trabajo, el centurión reclama su recompensa. Tiberio le asciende y le da un titulo, pero este prefiere tierras a cambio, así que, por listo, se queda sin nada de nada y tremendamente decepcionado.
Tiberio decide echar al cíclope a la arena del circo para que los esclavos peleen con él, pero este se escapa y causa una sangrienta escabechina. Por suerte el centurión anda por ahí para volver a capturarlo.
El telefilm no se anda con florituras, desde el principio va a piñón. Nada más comenzar, vemos como el cíclope da buena cuenta de un buen numero de romanos 
a base de mordiscos y la acción ya no decae durante toda la película. Lo único que tira para atrás es el CGI, de lo malo, lo peor. Se suele decir que cuando un CGI es chungo parecen gráficos de "Playstation"; bien, esto parece de "Playstation 1", sin exagerar. Jamás un bicho ha cantado tanto, pero pronto nos acostumbramos y disfrutamos de sus sanguinolentas maneras de hacer… ¡¡esta peli es súper gore!! Uno de lo mas resultón, cuando no lo generan con ordenador.
Increíble el despliegue de medios en lo que a ambientación histórica se refiere, con lo que no entiendo ese racaneo con la infografía (supongo que serían decorados y vestuarios sacados de otra producción previa de mayor enjundia). 
Interpretando al emperador Tiberio, nada mejor que un excelente y metidísimo en el papel Eric Roberts, que se come la película con patatas y arroz.
El director es Declan O´brien, que ha hecho unos cuantos telefilms más de catadura fantástica y acaba de dirigir la segunda secuela de "Km 666, desvío al infierno".
En definitiva, un entretenimiento muy potente y muy recomendable. Quien lo diría…

BATMAN (1989)

La vez que pasé por taquilla para ver esta película, lo hice cargado de odio y dispuesto a detestarla. Reconozco que no fue una experiencia tan negativa... vamos, que no me desagradó todo lo que hubiese deseado, pero es que más que aborrecer el film lo que me sacaba de quicio eran dos cosas: la saturación de propaganda y la nueva batmanía impuesta a hostia pura por los medios. El logo de Batman estaba en cada puta esquina.
Vista ahora, a la -larga- distancia, libre de prejuicios, manías, neurosis y motivada mi curiosidad por la lectura reciente de un libro sobre el personaje, debo reconocer que me ha gustado bastante... me ha entretenido... y eso para mi es ya un punto muy a su favor.
¿Puntos flacos?, básicamente Michael Keaton. Es un actor que no me desagrada, y la idea de no recurrir a un guaperas típico, ni a una super-estrella, para hacer del superhéroe está muy bien... pero Keaton no era la persona adecuada. Al menos no en esta peli (debería revisar la secuela, pero esa sí me da una pereza notable), le falta carisma, es soso y algo acartonado. Jack Nicholson, como bien sabéis todos y los hijos de los todos, se come la función a su gusto, "Joker" es el verdadero protagonista de la historia, y carga... pero es que ha de cargar... también carga el "Joker" de la peli de Christopher Nolan, pero dado que el actor que lo interpretó está muerto, nadie lo dice.
El "Batman" de Tim Burton cambió la forma de entender el cine de superhéroes, le dio una pátina de seriedad y respetabilidad, y demostró que los enmascarados que se mueven por territorios tenebristas también pueden funcionar perfectamente (y la banda sonora del Sr.Elfman es la última de su estilo que ha dejado huella). Fue un exitazo, generó continuaciones y la cosa ha durado hasta hoy. Y sigue...
Lo dicho, está maja la peli (es un gusto ver maquetas y animaciones por el método clásico) y, sí, es mucho más divertida y gozable que el tostoncillo de "The Dark Knight".

martes, 14 de julio de 2009

KILLING ARIEL

Un tipo le cuenta a un psiquiatra que de pequeño descubrió la infidelidad de su madre hacia su padre. Ella terminó confesándolo y añadiendo, además, que no se trataba de un amante humano, si no de un incubo, uno que se le aparecía al niño de vez en cuando.
Ya mayor, trata de llevar una vida correcta, rechazando los posibles polvos que le salen para no serle infiel a su mujer, hasta que descubre a una jovencita llamada Ariel a la que se folla a base de bien, pero resulta ser el incubo…o no. Total, que el resto de la película se las pasa asesinándola de diferentes maneras, ya que cada vez que la mata, el tipo despierta de lo que se supone un sueño.
Con un punto de partida a priori interesante, esta mezcla de "Atrapado en el tiempo", terror sobrenatural y slasher, acaba crispando los nervios del espectador de manera soberana. Terminas de verla porque quieres saber que pasa al final, pero es una hora y veinte dura de verdad. Rara de pelotas.
El prota se folla a la piva, que luego resulta ser un sueño, para pasar a follarse a otra piva y despertar de nuevo en los brazos de la tal Ariel, a la que mata por accidente para volver a ser un sueño y matarla otra vez porque cree que es el demonio... y resulta ser de nuevo un sueño. Un lío de tres pares de pelotas. Ver lo mismo una y otra vez la verdad es que se vuelve muy incomodo. A eso añádanle mucho dialogo intrascendente, tufo telefilmico y un ritmo harto tedioso.
Ahora bien, hay cosas que se pueden reseñar favorablemente: El nivel de sangre, hachas, sierras mecánicas, cuchillos y decapitaciones es notable (¡salpicones de marisco guapos!). Es inquietante, tiene momentos de pelos de punta, sobretodo con las apariciones del incubo, que aunque, son contadas, lo cierto es que el físico y andares lentos del actor que le otorga vida, Joseph Gatt -una especie de Michael Berryman en plan guaperas-, me acojonaron en un par de ocasiones. Y, sobretodo, agradezco el descubrimiento del protagonista, Michael Brainard, proveniente de la serie "Santa Barbara" y que, siendo una mezcla de John Cleese y Bruce Campbell, es lo que más vale de la película. En mi opinión hace una interpretación de Oscar; serio y comedido cuando la situación lo requiere. Enloquecido y con cara de "cartoon" cuando le toca empuñar la sierra mecánica. Genial.
Así que situamos este producto en un lugar intermedio, porque es aburrida y confusa a más no poder, pero lo inquietante de algunos momentos y lo elegante y acertado del cast, la salvan de la quema más brutal y violenta.
Detrás de estos, unos tales Fred Calvert y David J. Negron Jr, con filmografías para nada destacables.

domingo, 12 de julio de 2009

PUNK ROCK: HISTORIA DE 30 AÑOS DE SUBVERSIÓN/BLOOD, BOOBS AND BEAST/JÓVENES OCULTOS/EL TERROR LLAMA A SU PUERTA


PUNK ROCK: HISTORIA DE 30 AÑOS DE SUBVERSIÓN
, por Mariano Muniesa.
Apunto estuve de devolverlo a los estantes de la biblioteca tras ojearlo, "¡¿Otro puñetero libro sobre la historia del punk lleno de tópicos y gilipolleces?!". Pero ya que me salía gratis, me lo llevé. Hombre, pensaba que sería peor, la verdad. Cierto que cuando Muniesa abandona el terreno del 77, y sus precedentes, se pierde un poco y no se entera mucho, combinando estilos y subestilos que no tienen demasiado que ver, soltando afirmaciones algo cegatas y centrando el punk inglés de los 80 en los segundones "Anti-Nowhere League" (aunque lo comprendo, pues de todas las bandas de aquella etapa que no sonaban demasiado hardcore y conservaban un sonido cercando al del 77, eran los más destacados... pero vamos, en orden de importancia antes vendrían otros). La parte del punk patrio es resultona, está bien que dedique más tiempo a "La banda trapera del río", y que meta un palo a Alaska y los suyos, pero está mal que casi se olvide de "Nuevo Catecismo Católico" y encima los emparente con el rock radical vasco (!!). Al final, lo mejor, es su radiografía sobre el auge y caída de los "Sex Pistols", en eso el libro se lleva un diez.
Claro que pa mi, que no soy punk ni pretendo serlo, el genuino punk pertenece al Nueva York pre-77, allí nació y allí murió, antes de que se pusiera de moda en Londres. Lo demás, chorradas... divertidas y consumibles, sí, pero chorradas al fin y al cabo.

BLOOD, BOOBS AND BEAST
Resulta curioso pero la sensación final que me dejó este documental fue triste, tirando a negativa. "Blood, Boobs and Beast" tiene todos los números pa molarme, habla de un tipo por el que siempre sentí mucha simpatía, Don Dohler, se centra en la realización de películas desde prácticamente el amateurismo, intervienen algunos rostros carismáticos y no menos interesantes... pero algo no funciona. Dejando a un lado que los últimos minutos están dedicados a la por entonces recién anunciada noticia de que Dohler tenía un cáncer incurable, lo que ya de por si es deprimente, la conclusión que sacas es la de que Dohler y los suyos no disfrutan haciendo sus películas y, lo que es peor, se las toman demasiado en serio, no son conscientes de lo que son y las llaman "films" aunque están hechas en vídeo. Se pasan medio documental rajando de las "imposiciones del mercado exploitation" (lo del título: sangre, tetas y monstruos). Dohler comenta numerosas veces que él no quería dedicarse al cine. Su socio, Joe Ripple, parece bastante lerdo y confiesa que no le gusta nada el cine de terror y la ciencia ficción... lo mismo que la novia de Dohler, que directamente lo detesta. Son una panda de conservadores jugando en un terreno que no les interesa. ¡¿Qué sentido tiene eso?!. Digamos que hasta cierto punto "el mito Dohler" me ha decaído un poco, lo que, si es la función del documental, le doy un diez, pero si su fin era reivindicar al tipo, pues casi consigue lo opuesto.
Incluso hay dos fans de Don Dohler (un par de subnormales de mucho cuidado y que, obvio, se toman a guasa las pelis del cineasta) que comentan que sus recientes producciones no estaban hechas "con el corazón", al revés de sus primeras epopeyas setenteras y ochenteras.
Es curioso sí, pero seguro que hay documentales por ahí dedicados a personas que de verdad AMAN lo que hacen... yo me quedo antes con uno de esos.

JÓVENES OCULTOS & EL TERROR LLAMA A SU PUERTA
Sobredosis de cine de terror juvenil de los ochenta. "Jóvenes Ocultos" la vi en el cine en su época, y no me dijo nada. Años después volví a intentarlo en dvd, pero cuando pasados 10 o 15 minutos, aparece el mazas ese untado en aceite tocando el saxofón, la quité. Tanta horterada me dolía a los ojos. Más tiempo después, y asumido lo del mazas, repito y esta vez me la veo hasta el final... ¿y qué?, pues no se... no entiendo que la tengan como un clásico de su década, ni que sea de culto... no le veo nada especial, nada llamativo... es "AOR cinematográfico de terror"... tan insípido, limpio, artificial... solo salvaría el desenlace, pero lo dicho, que me quedé casi igual. Pa olvidar.
Todo lo contrario es "El terror llama a su puerta", indiscutible joya (posiblemente la última de la década) repleta de imaginación. El gran Fred Dekker logra que la increíble mezcla de elementos (invasores alienígenas, psycho-killer, serie B de los 50, zombies, universitarios salidos, bromas estudiantiles, policía duro, etc, etc) funcione como un reloj suizo y estén perfectamente conectados los unos con los otros. Todo hecho con gracia, color, salero, sentido del ritmo y de la diversión, y con algunos momentos para el recuerdo, sobre todo respecto a la presencia de un Tom Atkins totalmente sembrado. Irrepetible (y ese cartel... "suspiro").

viernes, 10 de julio de 2009

DANTE 01

La pelis de manicomios molan, las del espacio molan más, una película de un manicomio en el espacio debería de molar mil al cuadrado, pero "Dante 01" tiene altibajos que arruinan la función.
"Dante 01" es un planeta abrasado por la lava, un infierno gigantesco y, en su órbita, está la estación espacial donde se realizan experimentos con asesinos, dementes y presidiarios. Hasta ahora "Caronte", director de la estación, y "Persefone", la jefa médica (los nombres son una metáfora más de las varias que sobran), han realizado estudios y experimentos no letales, pero nada más empezar la historia llega una nueva investigadora con un nuevo "paciente" y unas inyecciones de nanotecnología que pondrá en serio peligro la vida de todos los cobayas. El recién llegado tiene un apetito voraz por unos seres que viven dentro de los humanos y parecen una metáfora de la maldad, porque al quitárselos, los antes asesinos y locos son ahora corderitos y hermanitas de la caridad.
Marc Caro, director de la película, continúa con la estética oscura y recargada de anteriores trabajos suyos junto a Jean-Pierre Jeunet como "Delicatessen" o "La ciudad de los niños perdidos". Aquí, en "Dante 01", todos los protagonistas son calvos, sin duda un efecto de la evolución y vivir en el espacio. Al ser el escenario una estación espacial, ya sabemos que decorados nos encontraremos, pasillos de metal oscuros, alguna luz que parpadea, celdas sin ningún tipo de personalización... todo muy monótono, pero muy recargado a la vez.
El ritmo de la narración es lento y por momentos se estanca, y ya no hablemos del final, cuya secuencia dura un minuto (aunque parecen diez) y no deja de ser una repetición de tres planos, haciéndose insoportable mantener la vista ¿Hecho a propósito? Pues igual. Eso sí, tengo al Sr. Caro delante y le parto los morros por ese final tan, tan, tan.... en fin.
Si al ritmo lento y al argumento enrevesado le sumamos un par de diálogos pedantes en los que se habla de los métodos científicos de la psicología, ya nos encontramos con un rollazo padre.
Se ve que la historia daba para un mediometraje bien majo, pero como eso no vende, nos lo alargan con planos de la estación vista desde el espacio, la misma escena una y otra vez de los robots nanotecnologicos entrando en las células de los cobayas humanos, y otra completamente gratuita del sacrificio por el bien común de uno de los presos.
En vez de la versión del director, habría que hacer la versión del espectador, quitarle todo aquello que no sirve de nada y meter algo de acción, o un buen par de tetas.

lunes, 6 de julio de 2009

THE LEGEND OF BLOODY JACK

Así iba a ser mi reseña de esta película antes de sus últimos cinco minutos:
En una ocasión, un sabio dijo que si ibas a hacer una película apestosa, procuraras al menos que su olor fuese notable y llegara a cuantas más narices, mejor. Es decir, que si sabes que vas a rodar un film chusquero, procura que tenga ALGO que lo haga distinto, atrevido, loco. Evita caer en la normalidad, porque entonces tu peli además de mala, será típica y, por ende, aburrida. Y más si lo que estás llevando a término es algo tan y tan trillado como un slasher.
Un tipo bastante idiota invoca a un psycho-killer legendario (un leñador con muy malas pulgas) Este, tras aparecer y descuartizar al pobre infeliz, se ensañará con otra inevitable pandilla de retrasados mentales que han ido a la montaña para pasar el finde guapamente.
Todd Portugal es el fascinante nombre del tipo que ha llevado las riendas de este "The legend of Bloody Jack", un slasher mega-cutre y más visto que el tebeo, como se suele decir. Su aspecto más original es que se desarrolla durante el verano en Alaska, por lo que nunca se hace de noche (y les ahorra unos cuantos focos... eso si, extrañamente, en las escenas de interiores, vemos que fuera reina la más apabullante oscuridad... ¿?, incluso cuando una chica atraviesa un cristal, al romperlo, fuera es de noche y al aterrizar en el césped, es de día). El resto, rutina pura... y encima, llevada a acabo con bastante torpeza. Diálogos chorras, un asesino de look soso y sin estilo y gore mas bien remilgado. Además, los actores no es que sean la repanocha... en especial una rubia que tiene menos capacidad expresiva que un tronco... y mira que yo con las malas interpretaciones soy permisivo. Eso si, tetas y polvos para parar un tren... incluidos desnudos gratuitos tan mal rollistas como uno de una pava que se ducha justo después de haber presenciado cómo su novio era troceado (y castrado).
Pero entonces, llegaron los cinco minutos del final y...Esto me va a costar explicarlo, pues no quiero arruinarle a nadie el desenlace, ya que es lo mejor de "The legend of Bloody Jack"... digamos que en ese tramo el director nos aclara que todas las paparruchas propias de ese tipo de cine son eso, tonterías inverosímiles, y que un asesino armado con un hacha no necesitaría 80 minutos de metraje para despachar hasta al apuntador. Dudo que su intención sea la de desmitificar nada, seguramente lo hizo pensando que así los de la audiencia fliparíamos colores... pero a lo tonto le ha quedado una cosa transgresora respecto al género, muy efectiva y que, claro, arregla un poco este descalabro tan inmenso que, aún así, me vi entero, de un tirón y sin avance rápido.

viernes, 3 de julio de 2009

KUNG-FU HIP-HOP

¿Qué demonios es esto? ¿Una película sobre raperos chinos que hacen kung-fu? Que ingenuo, como piqué.
Ni hay hip-hop, ni hay kung-fu.
Un tipo desarrolla una técnica de baile 
de manera accidental en las puertas de una discoteca y deja a la gente sin habla. Pronto, los más destacados bailarines de China le intentarán fichar para su conjunto. El tipo rechaza toda invitación a convertirse en un “street dancer” de éxito, alegando que a él no le gusta el baile.
Pronto descubriremos que aquello que practica son en realidad movimientos de kung-fu al ritmo de la música. Y que su aversión al baile le viene porque, siendo joven, se puso a bailar descuidando a su hermana pequeña que, como consecuencia, cayó de un bordillo al suelo y se quedó ciega. El tratamiento para curarla es muy caro… pero en los concursos de baile puede ganar el dinero suficiente para pagarlo, así que se presenta, gana y operan a su hermana.
Menuda porquería de película.
Ahora, que las referencias al hip-hop en el título probablemente sean debidas a la traducción anglosajona, y con un fin atrayente de cara al público. El caso es que, entre la ristra de títulos diferentes bajo los que se encuentra amparada esta película, hay uno que creo que le pega más y es "Kung-Fu Pop".
Pero dejando las astucias raperas a un lado, los amantes del kung-fu se sentirán igualmente estafados, pues no hay ni un solo combate en todo el largometraje; solo bailecitos moñas y amariconados, así pues los adeptos de Jimmy Wang Yu se pueden ir a perder el tiempo de otra manera.
Como película, esta no vale absolutamente nada. Es un rollazo, no se si por genuinamente china o por la negación en la realización, a pesar de los colorines de los que hace gala, ni de las supuestamente espectaculares coreografías, que creo que no interesarán ni a los amantes de la danza. Una estupidez.
Evítenla, porque aunque parece que nos encontramos ante una vibrante producción de Stephen Chow, en realidad esto es otra cosa, una donde el espectáculo visual no tiene cabida.
Dirige un tal Huayang Fu, que no ha vuelto a dirigir nada más desde que el año pasado debutó con esto.
Ni falta que nos hace.

POSTAL

"Postal" era un videojuego para PC sin ningún argumento donde, simplemente, matabas a tus conciudadanos de las formas más bestias y guarras posibles, incluso podías mearte en los muertos. Con esa premisa de cuanto más cafre mejor, se hizo un pequeño nombre entre aficionados. Ube Woll, conocido por sus horrorosas adaptaciones de videojuegos a la gran pantalla, decide hacer lo idem con "Postal" y la vuelve a cagar.
Empieza con la siguiente escena: Dos terroristas de oriente medio han secuestrado un avión y pretenden estrellarlo contra las torres gemelas. Charlan sobre lo que les han prometido por dar su vida por la lucha contra el demonio occidental. "100 vírgenes" dice uno, "Pues a mi me dijeron 99, a ver si luego solo son 65, y mira no soy avaricioso pero y si al final son 10 vírgenes???". Así que llaman a Osama, "Osama, ¿Cuantas vírgenes nos estarán esperando?" "Ninguna, hay muchos creyentes que desean dar la vida por la fe, así que no llegan para todos" Los terroristas al ver que les han engañado, deciden irse a las Bahamas, en ese momento los pasajeros derriban la puerta, el avión pierde el control y choca contra las torres gemelas. ¿Os ha hecho gracia? Escrito no la tiene, en imagenes menos aún. Y no lo digo porque sea algo políticamente incorrecto, sino porque simplemente no tiene gracia.
La vida del protagonista es una mierda. Su mujer de 300 kilos se la pega con toda la ciudad, no tiene curro ni dinero, y junto a su tío, líder de una secta, se ve envuelto en una refriega contra Osama y sus chicos. Lo mejor de la película son las chicas de la secta, que están muy buenas, y el montaje, que no está mal, pero cuando es lo único que destaca, es que estamos ante un truño. ¿Y todas esas muertes de niños, atropellos de personas y demás coñas de mal gusto, consiguen levantar la película? Ni por asomo. ¿Qué se puede salvar? Además de las mencionadas chicas de la secta, una escena donde el propio Uwe Boll y el creador del juego intercambian más que palabras, vamos, que el segundo intenta (justificadamente) acabar con la vida del director alemán por la mierda de adaptación que ha hecho de su videojuego. ¿Escena profética? Pues sí.
Se ven un par de caras conocidas, como Verne Troyer ("Mini-yo"), Erick Avari o J.K. Simmons, pero ni con esas. Cuando quedaban 25 minutos de película, me di cuenta que no había reído ni una sola vez. Decidí quitarla. Al día siguiente la terminé, no fuera que todo lo bueno lo hubieran dejado para el final, pero no. Lo que se supone es una COMEDIA burra resulta ser un TOSTÓN de cuidado.
Avisados están.

jueves, 2 de julio de 2009

NO ABRIR HASTA NAVIDAD

El verdadero -o único- interés de "No abrir hasta Navidad" reside en sus dos productores, Stephen Minasian y Rick Randall (también actor ocasional). Ambos, mano con mano, son los responsables de tres slashers muy míticos de los 80, aunque en la categoría de "tan malos que son buenos". Y encima uno de ellos es todo un clásico del "trash". Os hablo de "Mil gritos tiene la noche" (con Randall también colaborando en el guión), este que reseño ahora y la temible "El día de los inocentes" (no confundir con la otra, la de Fred Walton recientemente remakeada). Todas ellas tienen en común el fin de satisfacer nuestros más bajos instintos, es decir, tetas y sangre... eso si, hecho con bastante mala folla. Encima, Minasian estuvo ligado, muuuuy de aquella manera, al primer "Viernes 13", lo que es explotado de sobremanera ultra-gratuita en los posters de "El día de los inocentes" y, justamente, este "No abrir hasta Navidad".
Londres anda acojonada. Un tipo se dedica a asesinar a todo aquel pobre pringao que decida alegrarse el día disfrazándose de Papa Noel. Los crímenes varían, algunos son tirando a gore (lanza atravesando cabeza, castración ridícula...) y otros de lo más anodino (disparos o simples puñaladas estomacales). Edmund Purdom, actor que curró en algunos productos de cierta categoría en sus años mozos pero que acabaría en cosas del calibre de "Ator, el poderoso" o "2019, tras la caída de Nueva York", interpreta al policía que investiga el caso... y además, es el inesperado director del cotarro. Purdom fue el decano de la universidad en "Mil gritos tiene la noche" y supongo que se llevaría bien con el tandem de productores, de ahí que le dieran las riendas de este film. También aparece, en un breve cameo, Caroline Munro, quien repetiría con Minasian/Randall en "El día de los inocentes". Una gran familia feliz.
"No abrir hasta Navidad" está repleta de momentos descojonablemente ridículos e inverosímiles, algunos de ellos con el único fin de dar la carnaza esperada al paciente espectador. Destaca la escena en la que un tipo, apesadumbrado, confiesa a una chica que él no es el auténtico Papa Noel, y lo hace sufriente, como si el tipo del "oh, oh, oh" existiera de verdad. Pero quitando esos instantes para la risotada (y la secuencia rodada en el espeluznante museo de los horrores "The London Dungeon") la verdad es que la peli es notablemente coñazo.
Atención al desenlace, chorramente impactante.

miércoles, 1 de julio de 2009

VAN HELSING

Tras el rotundo éxito que tuvo la otra noche de cine inconexo este fin de semana, pretendí rememorarla ayer con algo que ya sabia es caquita. Tras "Juanito, el huerfanito" creía estar preparado, pero no pensaba que la película más cara de la historia en el momento de su rodaje, superase en b/m (bostezos por minuto) a aquella burda copia peruana de "Marco", y es que si algo destaca de "Van Helsing" es su tremebunda mediocridad. No es buena y tampoco mala, se queda en tierra de nadie, a priori puede parecer positivo, pero es justamente lo peor que te puede trasmitir una película, porque a los dos minutos te has olvidado de ella.
Stephen Sommers, conocido por su saga de "La Momia" y su afición por usar el peor CGI disponible, reinventa los monstruos clásicos, enfrentándolos a un Hugh Jackman de semblante desganado. Si alguno de aquellos merece destacarse, ese es "Mr. Hyde", no porque su 3D esté bien acabado, que no, sino por su brutalidad y aspecto amenazante. "Dracula" es de risa, el hombre lobo lo he visto mejor hecho en el "Altered Beast", y el bicho de "Frankenstein", que se salva por ser maquillaje y prótesis, desgraciadamente es uno de los alivios cómicos.
"Van Helsing" trabaja para el Vaticano, va de aquí para allá acabando con las amenazas de las tinieblas, y de paso intentando recobrar la memoria (como "Lobezno") En una de estas misiones le mandan a Transilvania donde tendrá que proteger y ayudar a los dos últimos descendientes de una familia que juró acabar con "Dracula". El guión se lía un poquito con el origen de la relación entre "Van Helsing" y rey de los vampiros, dando a entender que se conocen de hace 400 años, aunque sin aclararlo del todo. Entre medias, las peores transparencias vistas en muchos años, los diálogos más chuscos y un nivel de "flipada" tal, que ni haciendo esfuerzos para meterte en lo que es una película de fantasía, puedes creer lo que ven tus ojos.
Como producto de acción no cumple, su protagonista tiene cero carisma, aunque puede que Jackman no se esforzara mucho. Como comedia -voluntaria- tampoco, dos toques de humor no son suficientes. De terror mejor ni hablemos. Y como película mala para ver una noche con los colegas, tampoco sirve, está demasiado "bien hecha" para eso y demasiado mal para destacar entre la caterva mainstream. Como decía, en tierra de nadie.

ROJO SANGRE

Siempre he pensado que "Rojo Sangre" es una de las películas más soportables de Paul Naschy, así que he decidido revisarla. Y si ya me gustó cuando la vi en el cine, con este nuevo intento todavía me ha gustado más.
Pablo Thevenet (¡que nombre tan Naschy!) es un actor que en su momento fue muy grande, pero en la actualidad no le dan trabajo ni siquiera de extra. Su agente le consigue un currillo como animador de puerta en un puti-club regentado por un tipo de lo más extraño. Como Thevenet considera que ya no hace películas por culpa de los actorcillos provenientes de las series de televisión y programas de cotilleo, aprovecha que en su trabajo actual tiene que disfrazarse de asesinos célebres para matarlos a todos, incluidos aquellos que le putearon en algún momento de su vida. De por medio, una compañía que se dedica a filmar películas "snuff", le contrata.
A ver, "Rojo Sangre" está muy entretenida, pero el argumento es bastante confuso. Mi cerebro llega a alcanzar que el prota, firmando el contrato de animador de puerta, ha pactado con Satanás, pero no comprendo qué pinta en todo esto lo del "snuff".
Lo que verdaderamente me gusta, son las cantidades industriales de odio que desprende el guión (firmado por el propio Naschy), quien toma un nombre ficticio para interpretar (es un decir) a un actor que ha protagonizado las mismas películas que Paul Naschy protagonizó. No se corta ni un pelo en decir con todo el morro los títulos de algunas de estas. Ni de lanzar feroces puyas a sus enemigos. Jacinto se desquita a gusto, se caga en todo y en todos en la industria y lo hace con un guión ridículo, como solo él sabe, pero efectivo y divertido.
En el apartado carnaza, la película, que podríamos meter fácilmente en el saco del slasher, cumple, mostrando algunos destripamientos la mar de jugositos.
Fascinante en su patetismo, "Rojo Sangre" viene dirigida -y bastante bien- por Christian Molina (no, no es hijo de Paul) quien debutaba con esta producción que vio muy poquita gente, para luego seguir con "Diario de una ninfómana" y su respectiva polémica.

LOS PASAJEROS DEL TIEMPO

Solo existe una palabra para definir esta película, y es ADORABLE.
Nos encontramos ante un entretenimiento de lo más agradable y divertido dirigido por Nicholas Meyer, señor que ha estado ligado unas cuantas veces a la saga "Star Trek" (donde volvió a tocar el tema de viajar por el tiempo en su cuarta parte, ejerciendo de co-guionista). Y es que "Los pasajeros del tiempo" mezcla varias cosas por las que tengo debilidad, a saber: viajes temporales, paralelismos con una de mis diez pelis favoritas "El tiempo en sus manos" y Jack el destripador.
La historia, hurdida en formato novela por Karl Alexander, es tan delirante como original y efectiva: El escritor H.G.Wells, precisamente autor de "La máquina del tiempo", ha inventado una idem en el sótano de su casa. Esa misma noche reúne a sus amigos para mostrársela. Lo que él no sabe, es que entre estos se encuentra el mismísimo Jack el destripador (quien acaba de rajar a una prostituta). Aquello que se presenta la policía y el asesino, que no tiene nada que perder, se mete en la máquina y viaja hasta finales de los 70. Naturalmente, H.G.Wells se verá obligado a seguirle los pasos y devolverle a su época (o al menos intentarlo).
Con una premisa así, ¿quien puede resistirse?... y encima, está perfectamente presentada en imágenes, lo que dentro de lo increíble, la hace creíble. Buena parte del film tiende a la comedia recatada y sutil, especialmente con un ingenuo Wells totalmente desubicado en tiempos modernos (genial cuando califica a "McDonalds" de restaurante escocés!). Pero llegados a cierto punto, el film da un giro total y entramos de cabeza en el thriller, todo se vuelve muy serio y hasta hay un poquito de sangre. Una de las mejores escenas de la peli es aquella en la que Jack el destripador, perfectamente adaptado a 1979, le dice a su amigo/enemigo: "En nuestra época era un bicho raro, ahora solo soy un principiante". Brillante.
Dado que no he leído ni la novela en la que se basa esta peli, ni "La máquina del tiempo" de Wells, desconozco si los momentos que parecen casi calcados de "El tiempo en sus manos" (en especial el cuadro de mandos del trasto temporal) son un homenaje consciente a la obra de arte que hizo George Pal o una adaptación fiel de lo narrado en papel impreso. Sea como sea, es algo que agradezco mucho.
El reparto es un tanto extraño, pero muy efectivo. Nadie se imaginaría a Malcom "La naranja mecánica" McDowell en el rol de H.G.Wells, sin embargo funciona. Mary Steenburgen, quien volvería al tema de los viajes temporales en "Regreso al futuro 3", es una insípida pero agradable compañera femenina y, eso si, David Warner la clava como el famoso destripador. Notar la aparición fugaz de un jovenciiiiiito Corey Feldman en su primer papel cinematográfico (aunque para entonces ya había hecho cosas en la tele).
Vale, reconozco que tiene algunos agujeros de guión notables, y puntualmente situaciones inverosímiles, pero se lo perdonas... y es que es imposible decir nada malo de "Los pasajeros del tiempo", pues fue una peli totalmente concebida para disfrutar, y desde aquí os la recomiendo sin ninguna serie de dudas.