Comedia ochentera y videoclubera, muy efectiva para la época que llegaba a los estantes poco después de MI DIABOLICO AMANTE, de la que sin duda es la versión femenina y de MI NOVIA ES UNA EXTRATERRESTRE, de la que sin duda los distribuidores españoles decidieron aprovechar el tirón, y de ahí el tontorrón titulo que se le dio al más májate GIRLFRIEND FROM HELL, y más políticamente incorrecto (suponiendo que el título inglés tenga doble sentido).
Yo la alquilé en su momento y recuerdo que me gustó, me parecía simpática, por ello me llevé una enorme alegría al recuperarla de nuevo. Eso si, tras revisarla, me quedé bastante frío. No ya por mala, si no por sosainas e infantiloide, que la peli se aguanta perfectamente.
Resulta que el diablo (la novia a la que hace referencia el título) se escapa de su perseguidor, un caza demonios multidimensional, del que además es ex –pareja, y acaba en algún lugar de los ochenta, donde posee a una “Cayo Malayo”, un precedente de “Betty La fea”, que tras ser poseída se transforma en una sexy y gamberra diablesa. A partir de ahí, se sucederán los gags de retrasada mental que apenas logran sacarnos alguna que otra risilla. Pero bueno, como he dicho antes, se deja ver… pero siempre con la sensación de estar viendo una película estúpida. Verdaderamente estúpida. Poco más va a dar de sí la reseña.
Dirige el cotarro un tal Dan Peterson del que no destaca ningún otro trabajo y que desde esta, del 89 hasta el 2001, no volvió a dirigir nada para retomar su carrera a partir de entonces.
Yo la alquilé en su momento y recuerdo que me gustó, me parecía simpática, por ello me llevé una enorme alegría al recuperarla de nuevo. Eso si, tras revisarla, me quedé bastante frío. No ya por mala, si no por sosainas e infantiloide, que la peli se aguanta perfectamente.
Resulta que el diablo (la novia a la que hace referencia el título) se escapa de su perseguidor, un caza demonios multidimensional, del que además es ex –pareja, y acaba en algún lugar de los ochenta, donde posee a una “Cayo Malayo”, un precedente de “Betty La fea”, que tras ser poseída se transforma en una sexy y gamberra diablesa. A partir de ahí, se sucederán los gags de retrasada mental que apenas logran sacarnos alguna que otra risilla. Pero bueno, como he dicho antes, se deja ver… pero siempre con la sensación de estar viendo una película estúpida. Verdaderamente estúpida. Poco más va a dar de sí la reseña.
Dirige el cotarro un tal Dan Peterson del que no destaca ningún otro trabajo y que desde esta, del 89 hasta el 2001, no volvió a dirigir nada para retomar su carrera a partir de entonces.