
Un punk adicto a la droga, se ve siempre metido en líos por representar a su banda, peleando con otras bandas y vendiendo droga de forma peligrosa. Tras pegarle un polvo a una operadísima punka componente de su banda, y tras recibir unos palos en una reyerta, punko y punka, se dan cuenta que el delito no es beneficioso, y deciden salirse de la banda, quitarse el tinte del pelo, buscar trabajo, vestir con traje, y en definitiva, convertirse en gentes de bien. Sobra decir, que nadie les va a hacer fácil esa reinserción.
Pura moralina, en esta película que te deja indiferente plano tras plano, destacando en todo caso la transformación de los punks a personas normales; como si cuando están disfrazados de punks, no cantara que son actores de culebrón, mal caracterizados para el asunto.
Al final, tras charlar el prota con unos aspirantes a pandilleros sobre lo pernicioso de la vida en las calles, estos se miran, agachan la cabeza y tiran a la basura el amuleto de su banda. Totalmente repugnante. Nada que ver con otros productos de similar catadura, que son una apología a la delincuencia en toda regla.
Ahora diría el nombre del director de esta chorrada, pero no hay ni un solo dato en Internet que lo diga, y creo recordar que en los créditos tampoco lo pone.
Es igual.