
Un individuo al que se le muere la mujer, acude a un pueblo para ver porque ha ocurrido esto (¿???). A otro individuo le entierran vivo, y regresa de la tumba convertido en un monstruo verde, absurdo y ridículo, que poco o nada tiene que ver con el que vemos en el maravilloso póster. Entre medias, tipos con mascaras corren de aquí para allá, acosando al protagonista sin saber por que… No alcanzo a comprender nada más. Ustedes disculpen mi torpeza mental… o discúlpensela al responsable de la película.
A estas alturas, ya sabrán de mi debilidad hacia este tipo de productos, pero esta vez, no he sabido encontrarle la gracia al asunto. El aliciente para ser tenida en cuenta(a niveles "malos que son buenos"), es que no te enteras de nada, pero poco más. Vale, el monstruo es totalmente risible, pero nada que a estas alturas sorprenda. Y por lo demás, ni es especialmente mala, ni destaca en otros aspectos comentables. Ritmo nulo y aburrimiento. Nada más.
En el reparto, Bill Curran, actor de tercera categoría, que intervino en pocas películas de cuarta categoría, e hizo un cameo en la serie YO ESPÍA, y es poseedor de un carisma de quinta categoría. Le secundan los imprescindibles (y motivo por el que justificar un visionado de esto) Víctor Israel y Frank Braña.
En las tareas de dirección, Miguel Madrid a.k.a. Michael Skaife, que también dirigió EL ASESINO DE MUÑECAS y la mitiquísima BACANAL EN DIRECTO, y que ya nunca mas realizó una película. Falleció en 1996.