En el documental oficial sobre la creación y rodaje de "Depredador" aparece Shane Black, actor secundario en el film, y actual director del tercer "Iron Man", preguntándose entre el asombro y la ofuscación cómo era posible que, hasta "Depredador", a nadie se le hubiera ocurrido antes el concepto del alienígena que viene a la tierra a cazarnos como si fuéramos animales. Evidentemente, si por un lado no pongo en duda el talento del Sr.Black para lo suyo, sí me atrevo a cuestionar sus conocimientos cinematográficos. "Depredador" NO era la primera peli sobre un extraterrestre cazador, hubo una siete años antes, concretamente esta "Llegan sin avisar" cuya caratula video-clubera seguramente quitó el sueño y fascinó a un montón de chavales en la época (yo incluido). Por lo demás, el parecido entre este film y "Depredador" termina ahí. Evidentemente la de John McTiernan, sin procesarle tampoco una especial estima, me parece mil veces mejor. Pero al césar lo que es del césar, Lyn Freeman, Daniel Grodnik, Ben Nett y Steve Mathis (guionistas todos ellos de "LLegan sin avisar") tuvieron la idea antes y merecen lucir ese mérito con orgullo (que alguien les precediera es algo que desconozco por completo).
Una vez dicho esto, no hay mucho más que contar. Se supone que la gracia de "Llegan sin avisar" está en que se trata de ciencia ficción estilo años 50 adaptada a los nuevos tiempos (con más sangre y asquerosidades, que las hay, pocas, pero las hay) y también en pensar que los bichejos redondos, voladores y dentados que aparecen en la caratula, y en el 80% del film, son los marcianos malos de nuestra historia, para luego llevarse la sorpresa al descubrir que no, que en realidad se trata del armamento de un alienígena mayor (lástima que el mismo cartel lo estropee). Contra este se enfrentarán una galería de personajes de lo más dispar, que incluye a los inevitables adolescentes excursionistas, un ex-militar loco que ve marcianos por todas partes y el anti-héroe de rigor listo para el sacrificio.
Uno de los aspectos más entrañables de "Llegan sin avisar" es su reparto, agárrense: tenemos a Jack Palance, Martin Landau, Cameron Mitchell (en un escueto papel), Neville Brand, Ralph Meeker o Larry Storch, todos ellos actores más que veteranos que en 1980 ya acarreaban largos y lustrosos curriculums. Les acompañan nada menos que David Caruso, el pelirrojo de "CSI: Miami", bastante más jovencito y Kevin Peter Hall interpretando al extraterrestre. Bien, este es un dato muy interesante ya que Hall fue también el tio bajo el disfraz en... ¡"Depredador"!, ¿demasiada casualidad?.
En cuestiones técnicas nos encontramos con Greg Cannom a los maquillajes (y el muchacho se luce, ya que en ese apartado la cosa anda bien servida), nada menos que Dean Cundey como director de fotografía (mano derecha habitual de Steven Spielberg, Robert Zemeckis y John Carpenter, ¡toma ya!) y, claro, el responsable del invento, el limitadico Greydon Clark, a quien también debemos films como "Wacko", "Joysticks", "Uninvited", "Skinheads", "Lambada, el baile prohibido" o algunos episodios de la serie "Mike Hammer". Menudo jefe.
Pero dejando de lado la idea del marciano cazador, por lo demás "Llegan sin avisar" es bastante plomiza. Algo coñazo. Sí, mola su look, los actores, algún momento inspirado (incluyo aquí la inesperada muerte de un personaje de aquellos que mas bien suelen terminar salvando la papeleta)... en fin, lo propio de la época, pero todo queda lastrado por un abuso de "nada", de mucho "bla, bla", de paseos nocturnos y, en fin, de una carencia casi total de ritmo, algo solucionada hacia el final, pero demasiado tarde como para dejarnos verdadero buen sabor de boca.