martes, 12 de febrero de 2013

THE COLLECTION

Secuela de la no menos gozosa "The Collector", perpetrada por las mentes pensantes tras las sagas de "Feast" y "Saw" (especialmente sus más recientes, potables y sangrientas entregas), esta segunda parte más o menos continúa la historia de su predecesora. Aquella terminaba con el extraño asesino de ojos insectívoros llevándose al prota dentro de un baúl. Y hasta que nos reencontremos con este, quien termina erigiéndose como héroe de la función, sufriremos una de las escenas más brutales, demenciales y sangrientas que ha dado el cine de horror en los últimos años. Marcus Dunstan, director y co-guionista, sabe cómo arrancar una peli para enganchar al espectador. Y sabe qué es lo que este quiere ver. El coleccionista espera impaciente en lo más alto de una discoteca infestada de jóvenes despreocupados que bailan y se dan al vicio. De pronto, una de sus temibles trampas se activa... y descubrimos así que el muchacho se nos ha vuelto ambicioso ya que esta está diseñada para, literalmente, trocear de un solo golpe a cuantas más personas, mejor. No diré más, únicamente que te quedas con la boca abierta y los ojos fuera de las órbitas. Espectacular.
A partir de aquí lo "normal" es que la cosa pierda fuelle. Que el ritmo decaiga. Pero no, "The Collection" sabe mantener la dignidad altísima. Y así será hasta el final. Tirando del rollo "Aliens", con el superviviente de la historia siendo "obligado" por un matón a volver al lugar de sus pesadillas a enfrentarse al psycho-killer y rescatar a su última víctima, la hija de un millonario (¿o un mafioso?) capaz de TODO por recuperarla. Naturalmente adentrarse en el mundo del coleccionista no puede reportar nada bueno, ni sano. Imagínense un hotel abandonado convertido en okupa, donde el tipo se ha montado el chiringo a base de habitaciones repletas de trampas, cadáveres troceados, víctimas vivas pero convertidas en bestias salvajes (tremenda la secuencia en la que el coleccionista las suelta como si fueran perros para que ataquen a los protas, que se defienden reventándolas a balazos) y, cómo no, la cacareada colección de cuerpos, tan bien ilustrada en el llamativo cartel de la película. Un auténtico museo de los horrores iluminado con vistosos tonos de colores primarios en honor a los desvaríos estéticos del buen Dario Argento (influencia esta reconocida por sus responsables. De hecho, el hotel donde se desarrolla la acción lleva su apellido).
"The Collection" es una fiesta. Mucho más dinámica y espectacular que la primera, pero con un nivel parecido de "gore". Digamos que, sin dejar el horror de lado, apunta más a la acción. El asesino pierde su áurea sobrenatural, pero no molesta, ni pizca, se enfrenta cuerpo a cuerpo, cuchillo en mano y, llegado el momento, se vale de una metralleta para poner fin a sus problemas (o intentarlo). Muy demencial, exagerada y divertida (la escena del brazo roto todavía me duele), la puta peli pasa volando. De verdad, es de lo más entretenido que he visto últimamente. Y encima, su final pirotécnico no empalaga nada, funciona muy bien, con una guinda antes de los créditos redonda e ingeniosa. Es inevitable que toda ella haga un poco de tufo a "torture porn" y a "Saw", pero digamos que en versión mejorada o, ya puestos, muy mejorada.
Altamente recomendable.