Por eso, Bruce Le, para esta película cargó todo de esos
elementos, más uno que, también, se puso de moda en el cine de kung fu serie Z
de aquellos años: El Europeísmo.
Así que en esta ocasión, Le, se alía con los italianos en la
producción y se viene a rodar a España una historia en la que él es el elegido,
junto al agente Inglés Richard (interpretado por el pobre Richard Harrison, al
que estos putos Chinos tanto putearon) para encontrar una formula secreta que
circula en manos malosas. Esta formula, descubierta por científicos españoles
posteriormente asesinados, puede ser súper perniciosa para la humanidad, así
que deben encontrarla como sea, contando que mientras que el Inglés es un
mujeriego que puede echarlo todo a perder por oler un coño, el Chino es un ser
impulsivo y violento. Echarlo todo a perder, no es para nada descabellado.
Lo que es descabellada es la puta película, de las más malas
de esta gentuza que me he echado a los ojos y no del todo divertida, como parecía
en un principio. Lo que, como siempre digo, es motivo de elogio en esta casa, y
no de denuncia.
Y es que, si de primeras apunta a que todo va a ser un
desmadre incomprensible, pulpero y postmoderno como lo era “La saga de Bruce Lee” (aquella en la que todos los clones de Bruce Lee aparecen juntos), pronto
la cosa pierde fuelle y pasa a ser una peli de artes marciales de las mas flojas,
con unas coreografías de lo más sosas, y con un imperante aburrimiento por
bandera. Pero destacaré que la primera media hora es un tremendo delirio con
tetas por todos lados; Solo por el
partido de tenis que juegan las chicas del harén de Richard Harrison, ya merece
la pena ver la película, porque si los desnudos gratuitos siempre están a la
orden del día en este tipo de films, en este ya no es que sean gratuitos, es
que se consigue que te descojones de una bella señorita de enormes tetas…
porque, ¿Qué coño hacen jugando al tenis con toda la indumentaria del tenis
femenino, pero haciéndolo con las tetas al aire? Todo eso acompañado por
cámaras lentas que realzan esos movimientos mamarios.
Por otro lado, siempre es habitual que en estas pelis, todo
el mundo sepa hacer Kung fu… Vale que Richar Harrison haga sus movimientos,
pero ver a Tito García, secundario del cine español de toda la vida, que
aparecía en las películas de “Parchís”(pincha aquí para ver su jeto), haciendo
un par de movimientos de Kung Fu… eso es para mear y no echar gota. Vamos lo
mejor de la película.
Por otro lado, decir que si los Japoneses años atrás se
colgaron la medalla de hacer una escena de Kárate con un hombre enfrentándose a
un toro en un tendido, Bruce Le tomó buena nota de aquella película, “KarateBull Fighter”, y aquí plagia casi plano por plano ese enfrentamiento, solo que
vemos claramente que cuando Bruce Le arrea al toro, este es claramente un
muñecote, y lo entremezcla con planos del toro yendo a su bola por el tendido.
No tuvo huevos a meterse con un toro de verdad. A su favor decir, que esta
escena es, además de infinitamente más ridícula que la de “Karate Bull
Fighter”, mucho menos violenta afortunadamente.
Y salvo estas estridencias tan míticas (“Duelo del Dragón y
el Tigre” es una película muy popular, por lo obvio, dentro del circuito de aficionados al cine de
artes marciales) como reconocibles y que le otorgan valor a la cinta, el resto
de la misma no es demasiado destacable, ni entretenida, ni rara. Eso si, la galería
de secundarios, con los españoles a la cabeza, no tiene desperdicio. Junto a
Bruce Le y Richard Harrison, y el anteriormente mentado Tito García, tenemos a
Nadiuska, Bolo Yeung, José Riesgo o Hwang Jang Lee.
En la dirección solo sale acreditado Bruce Le, pero las
malas lenguas dicen que Richard Harrison metió algo de baza, y que el hombre
que de verdad la dirigió fue Luigi Batzella, responsable del “Nazixploitation” “La
Bestia en calor” entre otras.
Mala… pero de esas con encantillo.