viernes, 15 de agosto de 2014

EL ATAQUE DE LOS PAJAROS

Co-producción hispano-mexicana (me he dado cuenta de que en los ochenta se hacían muchas pelis de tercera en co-producción con Mexico) de carácter meramente “Exploitation” y cuyo referente no hace falta ni mencionar. Claro, que este llega veinte años después y a poco se junta con su  equivalente actual, “Birdemic”.
El caso es que es tan genuinamente mala, que pese a estrenarse en mogollón de países (su título internacional reza “Birds of pray”, en Francia se tituló “Falco Terror”- este título, mola-  en USA “Beaks”, o su edición en vídeo “Evil Birds”, en Italia suben la condición expoliadora un peldaño más y pasa a ser secuela directa de la de Hitchcock… ahí es nada) en nuestro país sus propios productores la consideraron tan mala que salió directamente a vídeo. De hecho, el trailer de la película que precedía a algunos títulos de “Lauren Films” anunciaba que la película se titulaba “Palomas asesinas”… ¿Qué por qué? Es un misterio.
La película dirigida por René Cardona Jr. es, por un lado, un coñazo mayúsculo y por otro, una basura mal hecha y con intención de, con tres pesetas, hacerse pasar por grande. Pero claro, no da el pego.
Cuenta una historia del todo descabellada: Las aves consideran que después de llevar lustros muriendo a manos de los humanos que las cazan para divertirse, deciden declararles la guerra, con lo que la masacre está servida. Una pareja de periodistas, se ven metidos en el meollo.
Lo primero de todo advertirles que mueren pájaros en la peli. Hay que ser muy hijo de puta y muy sin vergüenza para matar a un animal. Y si ese animal muere en una película de mierda, los responsables merecen similar trato que el que ha recibido el animal; aquí mueren algún que otro pájaro. No describiré como ni cuando.
Ahora, si pasamos por alto esto, hay que decir, que esta película está compuesta de montones de planos de pájaros volando a los que meten en montaje simulando que atacan a los humanos pero solo vuelan por el aire. O bien; en una plaza, un padre saca fotos a su hijo y estos son atacados por palomas. Esto se resuelve soltando palomas delante de la cámara para que estas vuelen en dirección a los actores, estos hacen aspavientos como si les atacaran y listo. Pues así toda. Y algún que otro inserto de algún documental.
Por otro lado, los ataques de los pájaros son exagerados. Las aves arrancan ojos y desgarran carne como si fueran tigres, todo con el fin de meter la mayor cantidad de Gore posible, que en año 87 ya se sabe… estaba de moda.Y si no lo estaba, estaba a puntito de estarlo.
En cualquier cosa, nada de esto justifica un visionado tedioso y poco emocionante, amén de lo antes explicado acerca de los pobres pajarillos.
Ahora, el reparto es de lo más marciano. El protagonista es nada menos que Christopher Atkins quien tras su exitoso debut en “El lago Azul” (si, el muchacho de los rizos, aquí sin rizos y un tanto degradado) quedó relegado a papeles en películas de serie B (y Z), actuando de vez en cuando en el cine español –sale también en “¡Dispara!” de Carlos Saura” y no convirtiéndose en el actor mainstream que prometía. A su lado Michelle Johnson (“Lio en Río”, “Pisa a fondo” o “Museo de cera”), Aldo Sambrell , José Lifante o el  hijo del director, René Cardona III que siguió los pasos de su padre y su abuelo convirtiendose también en director de bodrios tales como “Vacaciones del terror” “Alarido del Terror” o “Fray Justicia” (Ver en “Malas pero divertidas”).
Basura. De la chunga además. Pero hasta esa basura merece una curioseada.