Me envalentoné y le pedí que me la cediera, que yo iba a
verla y a reseñarla. Maldita sea la hora. Porque, si, la he visto entera, pero
ha sido el visionado mas horroroso de mi vida. Una hora y veinticinco que para
mí ha sido como de tres horas. Probablemente una de las peores películas que he
visto en lustros, o por lo menos, la más aburrida. ¡Y eso que es una comedia¡ y
encima voy a tener que hacer un sobreesfuerzo porque no se ni que decir de
ella, ni es plato de buen gusto par mí dedicarle a esto tanta atención. Así,
pues, por cabezonería. Lo que ya hace que esto tenga un mínimo de interés.
Lo principal es decir que “Esos locos fantasmas” nace como
“exploitation” de uno de los grandes éxitos del año 1985, “Los Cazafantasmas”,
pero que, lejos de copiar el estilo contemporáneo de esta, supongo que por
motivos presupuestarios, copia el estilo añejo de la serie de la “Filmation”
del mismo título de los años setenta. Gabardinas y sombreros incluidos,
decorados de cartón piedra también. Solo falta el gorila.
No obstante, resulta igual de rancia esta película que la
serie a la que hago mención. En cualquier caso, sale en vídeo justo después del
bombazo de la peli de Ivan Reitman.
Dos fantasmas están decididos a volver a asustar y
hacérselas pasar canutas a quienes vayan a un viejo caserón en el que habitan
sus descendientes, y que, a la vez, está lleno de espectros de sus antepasados
(¡qué puto lío!). Una pareja de policías, pertenecientes a una minoría étnica
(uno es negro, el otro Portoriqueño) circula por las inmediaciones del caserón
y acabará lidiando con los espectros y con los familiares vivos de estos, lo
que dará pie a chistes de baja alcurnia, gags deudores del peor “slapstick” y
numeritos de baile “Break Dance”, que en la época estaba muy de moda, haciendo bailar
a protagonistas y fantasmas de esta manera.
Si me tengo que quedar con un chiste, es cuando pasan a cenar
los policías al comedor. Uno de los fantasmas, que en tiempos pasados había
sido negrero, ordena preparar una cena para sus huéspedes. Así que el menú del
policía negro está compuesto de maíz, cereales y sandía, que es el menú que
tenían los esclavos en los campos de algodón. Un gag casi imperceptible, pero
que sería el único que destaco de toda la amalgama, porque por lo demás, no hay
nada salvable ni divertido en la película. Lo peor de lo peor.
Y su director Lee Madden (del que ya hablamos en el podcast a propósito de su película “La noche que Dios Gritó”) debía ser muy consciente
del pedazo de basura que tenía entre las manos, el enorme zurullo que parió,
porque firmó la autoría de la película con el pseudónimo de “Alan Smithee” que
es el que se usa en Hollywood, cuando algún director no está contento con su
trabajo, o con el resultado final de su película, cuando el corte definitivo lo
han tenido los estudios y no él. Cosa que da igual, porque al final se sabe
quien es el director real de estas pelis.
En cualquier caso, esta bazofia se editó en nuestro país,
nada menos, que de la mano de “Paramount”, y significó la última película que
rodó su director. Vaya una despedida de mierda.
La peli la protagonizan Sherman Hesley, famosísimo cómico
afro-americano que se hizo popular gracias a la serie “Los Jefferson”, pero que
en nuestro país es mas conocido por sus papeles secundarios en series como “Cosas de casa” o “El Príncipe de Bel-Air” donde
curiosamente interpretaba al personaje que le dio fama en la serie antes citada,
George Jefferson. En cine, que conozcamos o nos interese, ha estado en
películas como “Movida en el campamento II”, “Experimento Chiflado”, “Mafia,
estafa como puedas” (¡Siendo otra vez George Jefferson!) o “American Pie 7”, e
incluso, repitiendo chuflas con fantasmas en “Casper: La primera aventura”.
Falleció recientemente. Por otro lado tenemos al cómico latino Luis Avalos
también proveniente del medio televisivo y que en cine pudimos verle, aunque
fuera de pasada en películas como “Locos de Remate” o “Una bruja en Nueva
York”. Al menos en este “Ghost Fever”, ambos son protagonistas.