sábado, 29 de mayo de 2021

INCREÍBLE, PERO FALSO

"Increíble, pero falso" es una película un tanto especial. Fue rodada el año 2009 con el título original de "The Invention of Lying", se estrenó y, curiosamente, provocó que parte de la audiencia saliera de la sala antes de terminar, esparciendo mierda sobre ella rápidamente. Raro si tenemos en cuenta que, en esencia, es una comedia, romántica si me apuran, y con una notable carga de moralina. Pero el caso es que, al concluir, te deja un poso un pelo amargo. Incluso desagradable. Y no es por negación de sus responsables, para nada. De hecho, creo que está hecho aposta. Veamos por qué.
Imaginemos que vivimos en una sociedad en la que se dicen las verdades a la cara, sin filtros, con toda la dureza y crueldad que uno pueda imaginar. Al que es gordo le llaman gordo, al que es feo le llaman feo y al que es un fracasado, le llaman fracasado. Sin elevar la voz y sin agresividad, del modo más natural. En eso que un día, el protagonista, que es feo, gordo y fracasado, aprende a mentir. De ahí el título original, "La invención de la mentira". La gente da por verdadero todo aquello que se inventa y pronto descubre lo mucho que ello puede beneficiarle. Aunque, en el fondo, lo único que quiere es impresionar a la chica de sus sueños que, como es normal, le rechaza diciéndoselo a la cara sin cortapisas.
Así pues, lo que aquí tenemos es una primera media hora de crueldad desplegada a troche y moche. Puede que se pretenda divertida, pero aceptémoslo, no siempre lo es. Molan algunas ideas, como que el anuncio de "Cocacola" sea un tipo aburrido diciendo que el refresco lleva mucho azúcar y es malo para la salud, pero que por favor lo compren. O el asilo de la tercera edad, en cuya fachada leemos "Un lugar triste para gente mayor sin esperanza". Y el cine, al no existir la mentira, ni la ficción, ni nada que la represente, se compone básicamente de un solo plano de un señor leyendo un aburrido tocho sobre el pasado de nuestra historia. Justamente, el protagonista trabaja de guionista para un estudio y lo primero que hace al aprender a mentir es inventarse una movida con aliens, ninjas y dinosaurios robots que todo el mundo se cree y, por tanto, arrasa en taquilla.
Y aquí viene el momento que, opino yo, ha granjeado mala reputación al film. En los Estados Unidos, por supuesto. Y es que el prota, acompañando a su enferma madre en sus últimos momentos, y viendo el terror de esta a morir y desaparecer para siempre, se inventa que hay un mas allá donde todo es felicidad eterna y donde te reencuentras con tus seres queridos fallecidos. La trola hace que la madre muera con una sonrisa, pero corre la voz y el mundo entero se la cree, acosando al protagonista para que explique más. Y este, ante la presión, se inventa la historia de que en el cielo vive un señor que lo controla todo y bla, bla. La plebe, que es tonta, se lo traga y las cosas se van complicando hasta que, al final, el inventor de la trola se ve en la obligación de aclarar que no es verdad, que no existe ningún señor en el cielo, ni existen paraísos, ni mierdas. Vamos, que la peli lo deja claro: La religión es una mentira que los seres humanos se inventaron para poder aplacar su miedo a la muerte. Brutal. Claro, yo lo comparto... pero mucha gente, especialmente en los mojigatos USA, no. Y de ahí la hostilidad que despertó la película.
La parte de moralina incluye pues lo clásico, que no hay que juzgar a la peña por su aspecto, que ser famoso y rico no da la felicidad, que por ser guapo no eres mejor persona, etc, etc... lo que ocurre es que, por lo menos, procede de una manera un tanto distinta, lo razona desde otro punto de vista, y eso se agradece y compensa.
"Increíble, pero falso" termina siendo una película bastante original pero también muy desigual. Los momentos brillantes se van alternando con otros más flojos. Incluso tontunos. Es una auténtica montaña rusa que sube y baja, y no se detiene hasta el final. Solo que las partes buenas lo son TANTO, que merece la pena sufrir las menos inspiradas. En cuanto al poso triste y desagradable que deja al final, no sabría muy bien explicar de donde procede. Podría ser simplemente el agotamiento mental de asistir a tanta crueldad verbal porque, al fin y al cabo, ¿a quién le gusta oírla sin filtros?.
Puede que también tenga algo que ver el aspecto físico de su protagonista y verdadero cerebro pensante tras el film, Ricky Gervais, que además es co-director y co-guionista. Su origen británico explicaría mucha de la mala folla que destila la película. No olvidemos los comentarios sangrantemente honestos que le hicieron famoso cuando presentó la gala de los "Globos de Oro" (y que en España, como los petimetres que somos, intentamos replicar patéticamente en los Goya con Santiago Segura ejerciendo de un seudo-Gervais mucho menos inteligente, punzante e ingenioso). Acompañan al actor un puñado de rostros variopintos que, ocasionalmente, se marcan papeles casi anecdóticos. Tenemos a la prota femenina, Jennifer Garner (que, francamente, es bastante feucha ella, no se qué le ven), a Rob Lowe como el guaperas cabrón y a Jonah Hill, Jeffrey Tambor, Jason Bateman, Philip Seymour Hoffman y Edward Norton. Caziná!.
La guinda la pone el adecuadísimo "Do Anything You Wanna Do" de los estupendos "Eddie and the Hot Rods" en la banda sonora.
Al terminar, mi señora y yo dimos rienda suelta a un debate sobre lo visionado y, todo sea dicho de paso, la cosa se calentó tanto que casi termina en bronca. Desde luego, "Increíble, pero falso" está lejos de dejar indiferente.
Recomendable.