viernes, 21 de mayo de 2021

LA GOLFA DEL BARRIO

Muestra de destape mexicano (o lo que es lo mismo, las ficheras) perpetrada por el mítico Rubén Galindo —responsable de mogollón de subproductos del más variado pelaje y de la secuela de “La niña de la mochila azul”— que sirve como instrumento para el lucimiento del palmito de la no menos mítica Sasha Montenegro.
En esta ocasión la cosa arranca como una alocada comedia a la Pajares y Esteso para, poco a poco, ir abandonando todo atisbo de vodevil a favor de una suerte de melodrama casposo que no me interesa lo más mínimo. Un descenso de principio a fin que, por otro lado, no ha dejado de sorprenderme porque, digamos que al cuarto de hora de metraje, estaba disfrutando como un enano con una comedia de una incorrección política tal que haría sonrojar al más progre —me estaba gustando la cosa…— para luego pegar un giro hacia el culebrón que casi me hace dejar la película a medias. Una pena.
La cosa va de un rico heredero que se queda viudo la noche de bodas, justo en el momento en el que, cuando va a echarle un polvo a su esposa, a esta le da un infarto. Este no sabe qué hacer para pasar el mal trago, por lo que un amigo le recomienda que pase página y que se acueste con todo bicho viviente.
Saliendo de juerga una noche, alguien le sustrae la cartera, lo que genera una persecución hasta que, una vez da caza al carterista, descubre que es una mujer muy brava y de pronunciadas curvas. Una buena golfa, vaya… pero, con la policía delante, al comprobar el individuo que la raterilla está bastante buena, la deja marchar.
Esta malvive en una chabola y se codea con desarrapados de un barrio marginal.
Un buen día, el tipo adinerado se presenta en su chabolo y le propone irse a vivir con él, alegando que es demasiado guapa para andar perdiendo el tiempo en las calles. Su intención es domesticarla para que, de esa forma, acabe enamorándose de él. Ella accede a su invitación y su intención inicial es la de desvalijarle… pero, el roce hace el cariño y… se pueden imaginar ustedes perfectamente como continúa la cosa.
Un buen comienzo, un par de gags funcionales y mogollón de tetas y chotos peludos es lo que nos ofrece de bueno esta película. Aburrimiento, ñoñería y un exceso de planos generales que se alargan eternamente, lo malo. Y al final, pesa más lo malo que lo bueno.
Por otro lado, a todos esos progres que se ofenden hoy en día a las primeras de cambio, a todos esos defensores del buen gusto, y a todos esos esnobs que consideran nuestro cine de destape machista y misógino, deberían ver esta película  y ver lo que de verdad es machista y misógino. En “La golfa del barrio”, el trato que se le da a la mujer roza lo vejatorio hasta tal punto, que es como si esta careciera de voluntad, y que el dedo de frente que tiene, lo utilizara únicamente para hacer el mal ¡Y yo que lo celebro! Pero bueno, es lo que se puede esperar de una película con semejante título, que, por otro lado, es el que me ha animado a verla para reseñarla, porque por lo demás… poca cosa destacable ¡¡Y que vivan las ficheras, cabrones!!