lunes, 31 de mayo de 2021

YO TE MALDIGO

Si por un causal ustedes, a parte de a este blog, son asiduos a nuestro podcast “Neon Maniacs”, serán conscientes (o no) de que son varias las ocasiones en las que, hablando en este sobre películas cuyas carátulas tuvimos frente a nuestras narices en montones de ocasiones en los videoclubs, pero que no llegamos nunca a alquilar, siempre he recabado en una película cuya carátula, presidida por lo que parecía una casa encantada, me aterrorizaba, y, de ahí que nunca llegara a alquilarla. Bien; pues finalmente dí con ella y, efectivamente, es terrorífica.
Se trata del telefilme  para la CBS “She Waits” de 1972, que en nuestro país se estrenó en televisión bajo el título de “Ella está esperando”, pero que, con anterioridad a su estreno televisivo tuvo una larga vida en el videoclub bajo el título de “Yo te maldigo”. Esa edición de vídeo es la que yo recordaba y con la que he topado recientemente por los designios de la casualidad.
La cosa va de casa encantada… más o menos, porque lo que cuenta es la historia de un matrimonio que se va a pasar una temporada al caserón familiar de él. El marido se ha casado de segundas, anteriormente tuvo una esposa que falleció en extrañas circunstancias. Al llegar al hogar familiar, la madre de este individuo advierte a su pizpireta nueva esposa que es mejor que se vayan de la casa, sin dar mayor explicación al respecto. Pronto se sucederán una serie de sucesos paranormales (que apenas vemos en pantalla) y se llegará a la conclusión de que la protagonista está poseída por el espíritu de la ex esposa de su pareja. Pronto llegará un médico que, tras examinar a la poseída, determinará que de posesión diabólica, nada, que la muchacha se cree poseída por pura sugestión. Fin. Y todos contentos.
“Yo te maldigo”, que se desarrolla casi en su totalidad en el interior de una casa, debe ser una de las películas más aburridas que existen. Culpa de ello lo tiene el consabido ritmo televisivo de los años setenta, algo que igual es más un signo de los tiempos que el que la película sea mala. Sin embargo, salimos de dudas cuando consultamos críticas que la película obtuvo en la época que se estrenó, en las que, después de analizar someramente la cinta, el crítico de turno se permite un chascarrillo diciendo que, como el título (original) indica, en la película, ella espera… y el espectador también, porque no pasa nada. Y con el chascarrillo da en el clavo, porque en “Yo te maldigo”, no sucede absolutamente nada. Simplemente vemos a los protagonistas hablando de manera torpe entre ellos hasta que se suceden los hechos paranormales, y cuando esto sucede, al espectador le da lo mismo porque está hasta las pelotas de casas encantadas, conversaciones acartonadas, patillas setenteras y  la madre que parió al director de este puto telefilme. O sea que, no, no es que la película esté castigada por el paso del tiempo, es que en su momento ya se la consideraba una porquería.  
Dura hora y cuarto y he sufrido como un siglo hasta que se ha terminado. A ver quién es el guapo que se atreve con ella.
Y es que, antes de concebirse la película, esta ya era antigua si tenemos en cuenta que su director era un viejo director del Hollywood mudo, Delbert Mann, que venía de ganar un Oscar al mejor director en 1955 por la película “Marty”, y que tras un montón de años dirigiendo cine se acomodó en la televisión donde desarrolló el resto de su carrera hasta el final de sus días. A esa etapa pertenece esta “Yo te maldigo” que me traía de cabeza y que, aunque lo intuía, no podía imaginar hasta que punto era coñazo aquella película en cuya carátula figuraba esa espeluznante, verdosa y siniestra casa encantada. La madre que los parió también a los diseñadores de la misma.
Película muerta antes incluso de su concepción. Verla, es ser un valiente.