jueves, 9 de octubre de 2025

THE CALAMARDO PARADOX (UNA REFLEXIÓN)

Siempre que menciono mi devoción por "Bob Esponja", recibo a cambio una sonrisa. Entiendo que, siendo un señor con la cincuentena superada, tal preferencia resulte algo chocante para el interlocutor medio. Pero es verdad, me gusta mucho. Aprecio su sentido del humor absurdo, los diseños de personajes, el estilo de animación y esos toques más enfocados hacia el público adulto, además de sendas referencias a cierta cultura alternativa ocultas entre la aparente "mainstreamidad" de todo ello (por ejemplo, que se haya contado con las capacidades de dos dibujantes tan cercanos al underground como Sam Henderson o Kaz... la colaboración musical en su día de "The Cramps", con directo guiño al grupo hardcore "Bad Brains"...). Como me ocurre con el cine de terror, "Bob Esponja" ejerce de zona de confort para mí. Es por ello que no únicamente lo consumo con todas las atenciones puestas en modo "On", también resulta ideal cuando pretendo pegarme una buena siesta. Y no se lo tomen como una falta de respeto, para nada. Me siento tan a gusto que, ante un capítulo ya consumido previamente (y, tal como anda hoy día el asunto, son la gran mayoría), alcanzo tal nivel de relax que, sí, termino quedándome sopa. Y tan feliz.
Podría ponerme ahora a mentar algunos de mis episodios favoritos (como "La cangreburger asquerosa", por ejemplo, o aquel del estrangulador... o el de la gorra "Nº 1"... o el del sarpullido -realmente angustioso-... o el de la acampada... ). O denunciar la pérdida de calidad de los más recientes, donde el absurdismo ha mutado en pura gilipollez, y el mismo "Bob Esponja" ya no es un cretino entrañable, es, directamente, un imbécil insufrible (todo ello, témome, por cortesía del antes citado Kaz, quien ganó en control, aplicando sus maneras sin demasiado buen ojo). Pero no. Las intenciones de este mamotreto apuntan a otro personaje de los varios que rodean a "Bob Esponja", estoy hablando de "Calamardo".
Quienes, como yo, sean adultos y adictos a la serie, se harán una leve idea de por qué dicho interés. Es cierto que la mongolez (a veces dañina y mal intencionada) de "Patricio" tiene muchísimo salero. Lo mismo que el tacañismo del "Señor Cangrejo". Pero es que, en mi posición, resulta muy sencillo identificarse con, incluso entender a, "Calamardo".
De entrada, se supone el personaje negativo de la serie. Lo más parecido a un villano. Es antipático, traicionero, hipócrita, retorcido, cruel, vanidoso, narcisista, vago... una mala persona, en definitiva. Pero, a su vez, es "el más inteligente" de todo el reparto, por así decirlo. Y, justo, en su "grisismo", el más humano. "Calamardo" no es malo, es como somos todos los adultos. Un saco de contradicciones, muchísima frustración y resultante amargura. Más considerando su condición de artista fracasado. Uno, encima, rodeado de auténticos gilipollas, que son los genuinos protagonistas, y héroes, del show.
"Calamardo" pinta cuadros, esculpe, escribe... pero, sobre todo, compone. Y le da gusto al clarinete. Por supuesto, se estrella en casi cada uno de sus intentos. Todos le detestan y desprecian sus capacidades. Todos menos el mismo "Bob Esponja", que le admira y, sin quererlo, supera en cuanto a talento. Quizás el mayor pecado de "Calamardo" sea aspirar al éxito, la fama, la adoración... ¿¿no es eso a lo que aspiramos todos aquellos con inquietudes creativas?? Podemos vender la moto de que lo hacemos para complacernos a nosotros y bla, bla pero, seamos honestos, raro es el que lo esputa con genuina sinceridad. Como respuesta, "Calamardo" vive en perpetuo estado de mal humor y aflicción. Encima, se ve obligado a trabajar en un grasiento "fast food", atendiendo a un público eminentemente imbécil o ejecutando las tareas más humillantes, algunas francamente despiadadas. Y cuando pretende relajarse, tomando su té, tocando su clarinete o leyendo revistas de arte, es continuamente interrumpido por sus insufribles vecinos ruidosos, cargantes y mal educados, "Bob Esponja" y "Patricio".
En una ocasión leí un artículo escrito por un experto en comportamiento infantil, donde enumeraba aquellos dibujos animados que consideraba poco instructivos para la chavalada. Por supuesto, "Bob Esponja" encabezaba la lista. Su humor absurdo, su, en ocasiones, mala leche (recuerdo un chiste muy cruel a costa del Alzheimer) y el disparate general, la hacen un producto carente de valores educativos. Por mi genial. Lo apruebo y aplaudo. Sin embargo, y aunque me joda, es cierto que existen factores reprochables. Tal vez no sean aquellos a los que un educador se referiría. Incluso puede que ni los haya detectado. Pero yo sí, y todos
giran en torno al personaje de "Calamardo".
Desde una óptica "infantil", es normal que se le considere el malo de la función. Resulta despreciable. Y, por contra, el bueno sea "Bob Esponja", que no deja de ser un niño bordeando cierto retraso mental. Pero los motivos por los que "Calamardo" se erige como un personaje negativo son los que me enervan: Para comenzar, lo pintan como un vago. Alguien que, a la que puede, se escaquea de su trabajo en el "fast food", durmiendo en el lavabo o leyendo sus revistas sobre arte. Se considera más positiva la devoción de "Bob Esponja" por currar a destajo, aunque su jefe, el "Señor Cangrejo", le explote y corresponda sus esfuerzos mal pagándole. Cualquier humano adulto con dos dedos de frente aprueba las maneras de "Calamardo", escaqueándose lo máximo posible de un curro basura para poder dedicar sus atenciones a aquellas cosas que de verdad le apasionan. No es un vago, simplemente le importa una puta mierda su laburo. ¿Y a quién no?. Y claro, aquí viene la coletilla propia de un juntaletras cuadriculado, ¿¿qué clase de mensaje estamos dando a los chavales?? ¿¿Que es mejor dejarse explotar por un usurero?? ¿¿que seguir tus sueños por encima de todas las cosas es un error?? ¿¿que el artista sin éxito carece de genuino talento y es justificado motivo de mofa??
Es lo único que me veo en la necesidad de recriminar a un producto que, como digo, en general me mola mucho. Vale, tal vez me lo esté tomando demasiado en serio y peque un poco de papanatas al escribir todo esto... pero también lo es que la serie la confeccionan adultos creativos. Algunos de ellos, incluso, y como decía, surgidos de cierto cómic alternativo. Así pues, no entiendo que continúen insistiendo en esos "mensajes" más bien conservadores. Y que "Calamardo" siga siendo blanco constante de sus dardos (es cierto que en alguna ocasión al pobre las cosas le han salido bien... aunque demasiado pocas). ¿A ninguno se la ha ocurrido aprovechar su posición para, sutilmente, cambiar un poco las tornas? ¿o es que, al considerarse artistas de éxito, machacan a aquel que ha fracasado? tal vez no se consideren artistas de éxito sino unos vendidos, en ese caso a lo mejor estemos hablando de auto-castigo. Ni idea.