
Pasados unos años, el mismo productor, Tony Didio, decide rehacer el film de marras (que, por cierto, en su época dio mucha pasta) y para ello contrata a Tobe Hooper en las tareas de director, si, ese que en los 70 firmó la ultra-mega-reconocida "Matanza de Texas" y que, tras escuetos destellos de inspiración del calibre de "Poltergeist" o "La casa de los horrores" (para muchos su segunda mejor película), con el paso de los años fue desvaneciéndose entre productos segundones con gracia (todo lo que dirigió para la Cannon o la famosa serie de "Salem´s Lot") o ya directamente pestiñazos considerables (esa "Combustión Espontánea" de terrible recuerdo o ese HORRENDO y patético "Mortuary" que siguió a la peli comentada). Quizás, tras años y años de amargura, Mr.Hooper ha decidido de una vez por todas aceptar su papel de "viejo dinosaurio del cine de terror" y pasarlo bien con ello.
A lo mejor por eso mismo "La masacre de Toolbox" no es tan mala como parece... a ver, tampoco es un destello de genialidad, pero se trata de una peliculilla agradable y entretenida en la que Hooper retoma las formas del cine de los 70 (según los críticos) y añade unas gotas de "sobrenaturalismo", asuentes en la versión original, para contarnos la historia de un edificio en el que se suceden crímenes espantosos a base de herramientas de bricolaje. Aunque le cuesta arrancar y durante un buen rato el film echa mano de resoluciones muy rutinarias, es a partir del momento en que la heroína decide investigar a fondo en las entrañas de la vivienda que la cosa gana en interés... y no baja el listón hasta su tontísimo, pero entrañable, desenlace.
De por medio, un malo que se parece a Darkman, algun leve susto efectivo, algo de rollo inquietante (poco, poco) y, eso si, truculencia de la de antes, nada excesivo o que se salga de madre, pero suficiente para saciar nuestra sed de violencia y desmelene.