Qué duda cabe que los franceses han aportado mucho a la historia del séptimo arte. Actualmente son el único país no-americano capaz de igualar, o superar, al cine llegado de Hollywood. Tampoco podemos olvidar que fueron ellos quienes la liaron parda con la chaposa y chapante "Nouvelle Vague". Y, ya que estamos, hay otro terreno en el que el país del croissant ha dejado huella a la hora de ver películas: Nadie facturaba series Z como ellos, algo fundamentado por el catálogo de "Eurociné", productora que, aunque de entrada aún parió algun título de cierto nombre, a medida que pasaban las décadas, sus productos iban volviéndose cada vez más cutres y retrógrados... el cénit de lo cual se dio en los años 80, cuando hizo cuanto pudo por adaptarse al nuevo cine popular, cuya pauta venía marcada desde Estados Unidos. Jamás lo consiguió, claro, pero en el intento surgieron algunos indiscutibles clásicos del más puro "trash"... clásicos del calibre de este "Panther Squad". Durante años lo evité, no se muy bien por qué (¿porque me negaba a pagar el precio del alquiler?). Ayer noche lo vi y, nada más terminar, me estuve fustigando durante horas por haber llegado a mis 38 sin tan siquiera haberlo intentado. ¡¡Lo que me estaba perdiendo, cachislamar!!.
La historia tiene delito: "Clean Space" es el espantoso nombre de un grupo ecologista de ideas y acciones extremas. Quieren que el espacio sideral esté limpio de cohetes y satélites, por lo que impiden el desarrollo de una nueva nave futurista llamada "El jeep del espacio" (!!) y secuestran a su astronauta. El gobierno se pone en contacto con su mejor agente secreto, una amazona rubia acompañada de otro buen montón de churris, las "Panther Squad". Juntas y revueltas se pondrán manos a la obra con el fin de salvar la situación.
Por lo visto, el clan "Eurociné" enfocó esta peli pensando en las mismas audiencias que iban a ver las de James Bond, las de Spielberg/Lucas y que pasaba horas frente al televisor deglutiendo "Los ángeles de Charlie" y tantas otras del mismo calibre. Por lo que no esperéis ni una violencia excesiva... ni un solo seno, a pesar del plantel de hembras. Lo que sí podéis esperar, y mucho, es una torpeza, una incapacidad y una cutrez que duele al alma. ¿Cómo lo explico?... todo en esta peli es de una pobreza espiritual estratosférica. Los diálogos patéticos y ridículos, las actuaciones zopencas o desquiciadas, el humor -voluntario- nivel maternales, los efectos y trucajes -propios- miserables, los combates cuerpo cuerpo dignos de minusválidos... hasta los extras y secundarios son indecentemente inútiles, no saben moverse... ni morirse. Esa es la parte Española de esta co-producción entre Francia, Bélgica y nuestra tierra, supuestamente ambientada en un paraje exótico sudamericano, a pesar de que cosas como un camión con la inscripción "El Cordobés" bien visible, ponen en jaque nuestra credibilidad. Casi todas las secuencias "espectaculares" son extraídas de documentales (toda la parte de cohetes despegando y etc) o de otros films (como la nave espacial, que no coincide con la que vemos despegar, o una explosión causada por un helicóptero que se estrella... el brutal cambio de grano del celuloide es casi traumático para el espectador). Destacan dos momentos cumbre: Cuando la prota mira a través de unos prismáticos y vemos que estos son una rancia cartulina situada delante del objetivo de la cámara (concho, yo mismo hice algo así, ¡pero con 15 años!) o cuando extrae una arma futurista y dispara, la imagen se queda visiblemente congelada para poder integrar la animación del cutre-láser (eso lo hago ahora, ¡pero yo curro con Windows Movie Maker, concho!). ¡Alucinante!.
El reparto está a la altura del show: la jamona Sybil Danning, absoluta protagonista de la fiesta, y ataviada con un escandaloso traje de cuero negro que no se quita ni para ir a tomar un té con pastas, verla pelearse resulta muy descojonciable, no sabe ni moverse, por mucho que intenten hacerlo más espectacular (o disimularlo) con ridículas cámaras lentas. Le sigue el bueno de Jack Taylor, cargante como agente secreto alcohólico. Nuestro Antonio Mayans, oculto tras su alias habitual de Robert Foster, sobreactúa interpretando al jefe guerrillero de los ecologistas. Y por ahí ronda Analia Ivars, como parte del patético comando mujeril, compuesto todo el de mozas de buen ver, ligeras de ropa y de talento interpretativo. Los mentados (salvo la germana carnosa) eran habituales del cine de Jess Franco, quien curró para "Eurociné". Todo queda en casa. El director, Pierre Chevalier (que firma Peter Knight) tiene en su haber un montón de títulos, todos ellos genuinamente cochambrosos.
Auténica joya del descalabro para ver entre amigos y descojonarse a gusto. Una candidata ideal para un "Malas pero divertidas 2", si lo hubiera...