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sábado, 26 de agosto de 2023

EL EXORCISMO DE DIOS

Cualquier producto que sea vilipendiado en las redes no por su calidad sino por su supuesta falta de moralidad, es abrazado en este blog. Y si, encima, lo tildan de misógino, sexista (¿las dos cosas?) y homofóbico, viene de México, distribuido por Lionsgate y se titula "El exorcismo de dios", como que resulta imposible eludirlo. Es misión divina verlo y escribir estas letras.
Así pues, la cosa va de un curilla, muy guapo él, que en pleno exorcismo a una pava, cae en la tentación y se la folla. Así de brutamente. Encima, el tonto lo graba en vídeo, por lo que quedan pruebas de tan vil acto. Sin embargo, decide ocultarlo y vivir en pecado, atormentado. Sigue haciendo las cosas que hacen los curillas, ayudar a los pobres, retozar entre niños (ejem...) hasta que, un día, le reclama una poseída. Resulta ser su hija, nacida de aquel casquete satánico. Toca pues redimirse salvándola, lo que no será cosa fácil.
Bien, lo primero que llama la atención de "El exorcismo de dios" es su buena factura. Técnicamente, al menos. Lo siguiente, esos poseídos. Como si Linda Blair hubiese tomado esteroides. Son tremendamente exagerados en sus maneras, gritan como locos, gastan mucha agresividad y, algunos de ellos, tienen un aspecto terrorífico. Les dejo muestras al final del rollo. Recuerdan mucho a los de "Evil Dead" o "Demons". Como si cogieran al padre Merrin y lo metieran en medio de la cabaña, o del cine, cruz en ristre dispuesto a desposeer almas. Y no exagero, porque aparte del evidente guiño al clásico de William RIP Friedkin (en un plano que es exacto al cartel de aquel. Algo que, si no recuerdo mal, también se daba en el tercer "Expediente Warren"), el clímax de "El exorcismo de dios" se desarrolla en una cárcel de mujeres donde el lucifer de rigor, lejos de poseer a una pava, se encapricha y procede con todas las reclusas. Así, la lista de endemoniadas gritonas, mal lechadas y hostiadoras, gastando ese look tan feo/chulo a base de látex y lentillas, aumenta, casi como una de zombies. Original. Tanto como que, llegado el momento, la poseída number one realice un contraexorcismo.... es decir, exorcice (¿se dice asín?) al cura. Nunca lo había visto. ¿Y ustedes?.
Se hacen pues una idea del delirio que es "El exorcismo de dios". A ratos resulta risible, sí. Ridícula. Pero forma parte del show, uno tremendamente alocado, salvaje, con una ristra de berridos constantes, ojos desorbitados, algo de gore, sustos que funcionan (a base de volumen descontrolado, of course) e incluso un vómito verde, para no perder la costumbre.
En cuanto a los elementos políticamente incorrectos, pues están, pero lo mejor es que no vienen ni forzados, ni buscan el escándalo, salen así de modo natural, y eso los hace doblemente gozosos (y ofensivos). Sus "big hits" serían la violada agradecida y un sermón final donde, entre borrachos, viciosos y ladrones que difícilmente heredarán los cielos, se cita a los homosexuales.
No me sean gilipollitas y tómense "El exorcismo de dios" como el tremendo, desquiciado, estupidísimo y divertido descerebre que es.



martes, 28 de diciembre de 2010

EL ÚLTIMO EXORCISMO

Ayer por la noche me vi esta peli... y hoy, a estas alturas, todavía no sé qué pensar de ella. Vamos a ver si escribiendo esta gilipocrecia me aclaro.
"El último exorcismo" juega a la baza del falso documental. Un predicador ha decidido que ya no tiene fe y va a dejar su "trabajo". Se da cuenta de que la ignorancia de la gente obsesivamente creyente (sobre todo la de la América profunda, que aquí queda notablemente retratada como paleta) puede poner incluso en peligro la existencia de otros... especialmente niños que creen estar poseídos y mueren durante los supuestos excorcismos. Así pues, pone en marcha este """"documental""" para retratar a dichos individuos y demostrar, of course, que solo se trata de borreguez. Sin embargo, cuando acude a una casa a excorcisar a una chavala, resulta que esta no responde a todo el número de efectos especiales que se curra el predicador... vamos, que tiene todos los puntos para estar poseída de verdad.
A ver, el arranque de la peli está muy bien. Los actores son todos muy creíbles y naturales, especialmente Patrick Fabian en su rol de predicador engañabobos (magistral cuando cuela una receta de cocina de su madre en pleno discurso y demuestra que su audiencia está tan extasiada por su palabrería que ni se dan cuenta de ello), Ashley Bell como la chavala poseída y Louis Herthum como su sufrido padre. Todo lo que te van contando resulta de lo más divertido y está presentado de un modo muy creíble. A medida que el tema sobrenatural entra en juego, no se, diría que la peli comienza a cojear... tiene sus momentos inquietantes, pero da menos miedo de lo que yo esperaba y, sobre todo, el exorcismo ocupa una parte menor de la trama de lo que el título me hacía suponer. De verdad, yo creía que todo iba a ser como meter una cámara de vídeo (en infrarojos) durante el exorcismo de Reagan en la peli mítica de William Friedkin... y no, "El último excorcismo" no es exactamente eso. Tiran mucho del rollo de si será verdad o solo un problema psiquiátrico de la cría motivado por abusos del padre. Ya saben.
Y al final... pues bueno, digamos que todo da un leve giro que nos mete de lleno en un tipo de temática muy de los 70. Teniendo en cuenta lo fácil que hubiese resultado caer en el ridículo, hay que reconocer que el director -Daniel Stamm- se defiende bien. Sin embargo, a mi me chirrió un poco... fue como decir "Anda ya!".
Resumiendo, que si tuviera que darle nota sería un 5 o un 6 (sobre 10). Está pasable, se deja ver, pero tampoco es para echar cohetes.
Produce el Sr.Eli Roth y, como dato curioso, reseñar que sus guionistas tienen un notorio pasado en el "cine underground" (de tirón -falso o no- documental). Andrew Gurland, co-fundador del "Festival de cine underground" de Nueva York junto a -otro que tal- Todd Phillips (futuro padre de "Resacón en Las Vegas", también con su pasado como documentalista underground, suyo es "Hated" dedicado a GG Allin) y, muy especialmente, Huck Botko. Botko se hizo "famoso" por sus falsos documentales en los que se le veía regalar a sus familiares pasteles y otras delicias en las que, previamente, supuestos vagabundos se habían meado, cagado o echado su propia sangre!!!. Curioso dato.
A todo esto, remarcar que el cartel que veis aquí de "El último exorcismo" es algo engañoso.

viernes, 4 de marzo de 2011

LA ENDEMONIADA

De todas las copias y plagios surgidos a raíz de EL EXORCISTA, me quedo sin lugar a dudas, con la aportación de Amando de Ossorio, primero por ser un director conocedor del género. Eso ya hace que de entrada, la película me caiga simpática, y segundo, porque aunque se aprovecha del filón, y directamente copia elementos reconocibles en EL EXORCISTA (Gapos verdes, girar partes del cuerpo que normalmente no pueden hacerlo o arrastrarse de manera desagradable, amen de estar la niña protagonista, interpretada por Marian Salgado, que es la dobladora española de la Regan de la película de Friedkin), si que cuenta con una entidad propia (no mucha), en el sentido de que, al menos, no es Satanás quien se mete dentro del cuerpo de la muchacha, si no una gitana mas mala que un dolor. Y la osadía de incluir una historia de desamor entre el cura protagonista (en su juventud) y una jovencita de buena familia, que acaba en el propáculo, ya dotan a la película de mas calidad, al menos argumental, que la más popular EXORCISMO.
Tras ser detenida, una vieja gitana que se dedica a hacer ritos Satánicos y a sacrificar bebés, se suicida, tras ser amenazada por el comisario, que le dice que le va a administrar un medicamento que le hará decir toda la verdad acerca del caso en el que está implicada.
Tras morir, y dejar a la policía en ascuas, el espíritu de la gitana, saldrá de su cuerpo, para, literalmente, irse andando hasta el cuerpo de una niña e instalarse allí. Un joven cura, el padre de la niña, un teólogo y la policía, le darán sal al mejunje, mientras la niña protagoniza episodios terroríficos y desagradables.
Pues si, la verdad es que es una película altamente entretenida, quizás menos sanguinaria de lo que nos hubiera gustado, pero con los suficientes elementos, risibles o no, como para pasar un rato bueno, que ya es mucho.
Curioso maquillaje, que logra poner el mismo rostro, aterrador por un lado, e involuntariamente descacharrante por otro, en una Kali Hansa adulta, que en una Marian Salgado menor. No hay diferencia… las dos actrices tienen la misma cara, supongo que, también, porque buscaron actrices muy parecidas, que una vez maquilladas parecieran la misma persona.
En el cast, tenemos al inevitable Fernando Sancho (LA LEY DEL KARATE EN EL OESTE, EL PANTANO DE LOS CUERVOS, Y AL TERCER AÑO RESUCITÓ), que parece que en todas las películas de terror en las que aparece, hace el mismo papel, el de policía malcarado y “malaleche”, tenemos a Maria Kosty (LA REBELIÓN DE LAS MUERTAS y la ya mentada EXORCISMO) y a Julia Saly (La pocha), al igual que Kosty, habitual de Paul Naschy, también en EXORCISMO, o en cosas como OPERACION MANTIS, EL ULTIMO KAMIKAZE, EL RETORNO DEL HOMBRE LOBO o MADRID AL DESNUDO. Siempre al lado de Paul Naschy, como si fueran un matrimonio.
En definitiva, correcta película, bien rodada, bien de ritmo, quizás más graciosa que terrorífica, pero en suma, muy, muy disfrutable.

viernes, 11 de enero de 2008

¿MÁS MIEDO QUE EL EXORCISTA?

Sin un poco de lectura, mi aburrido ya ex-trabajo, hubiese sido mucho más insoportable de lo que era, y dado que el "Imágenes" y el "Fotogramas" juntos no llenan tantas horas, me hice socio de una biblioteca con el fin de poder leer libros sin pagar. La temática de los mismos, a poder ser, debía versar en todo aquello que me interesa, pero en especial cine, y muy concretamente el de género terrorífico. Hace unos días fui con la esperanza de encontrar algo de mi agrado, y entre aburridos repasos a personajillos petulantes de la cinematografía mundial o absurda teoría práctica, localicé exactamente el tipo de lectura amena, divertida e intranscendente que deseaba, "¡Malditas Películas!" de Miguel Ángel Prieto, dedicado a indagar en aquellos films a los que, se supone, acompaña alguna clase de maldición que ocasiona toda suerte de desgracias a sus responsables. Entre los varios títulos tratados, destaca uno por méritos propios, "El Exorcista" de William Friedkin, algo así como la madre de las pelis malditas. El caso es que dejándome sorprender por el increíble fenómeno social que supuso, recordé que recientemente un amigo me dejó una de las pocas producciones modernas de terror que todavía no había pasado por mi reproductor de dvd, "El exorcismo de Emily Rose", asegurándome que "Da más miedo que El Exorcista". Por ello, y por su propia condición, me puse a verla con toda la curiosidad del mundo.
"El exorcismo de Emily Rose" es una peli correcta, se deja ver, tiene sus escenas escalofriantes, algún logrado susto... pero ni por asomo supera al clásico con Linda Blair en miedo, y mucho menos como película. "El Exorcista" no da miedo solo por las increíbles secuencias de posesión diabólica. Lo que tiene esta peli que la ha hecho inmortal es que es inquietante desde el primer al último minuto, incluso en los momentos en los que, literalmente, no ocurre nada. De hecho, si me apuras, las escenas de mayor pavor son cuando a la Blair le hacen toda suerte de traumáticas pruebas en el hospital o la tremenda pesadilla de Jason Miller, donde con apenas nada, te eriza hasta el más insignificante vello del cuerpo.
La epopeya de Emily Rose hace gala de todos los defectos habituales del horror moderno, su look casi telefílmico, su incapacidad de crear atmósfera, el exceso pirotécnico de las secuencias más aterradoras y, como no, un abuso de efectos digitales. Que si, que la secuencia de los rostros siniestros tiene su qué, pero al mismo tiempo que me daba sustos me sentía muy decepcionado. Asustar es relativamente fácil, crear sensación de miedo no. "El Exorcista" posee entre sus miles de aciertos una fotografía tétrica y realista, una banda sonora imponente, interpretaciones más que convincentes (en realidad nada como un buen actor para causar escalofríos) y, resumiendo, maravillosos efectos especiales. Dice Friedkin que desde el principio tuvo muy claro que quería crearlos en directo durante el rodaje, no en post-producción, pues creía que así el verismo del film ganaría muchos puntos. Cuanta razón tenía, los artífices de "El exorcismo de Emily Rose" tendrían que haber tomado buena nota de ello.

lunes, 27 de septiembre de 2021

THE AMITYVILLE EXORCISM

Desde que murió su hermano John, Mark Polonia viene realizando, de manera imparable, una media de dos a tres películas por año, todas de género, todas para ser distribuidas directas a video (y ahora a plataformas digitales) y todas con una seña de identidad genuina; el amateurismo más feroz.
Dudo que Polonia se forre con esto, pero ha de irle bien porque es un no parar. De hecho funciona porque sus películas tratan de aprovechar cierto tirón de ciertas franquicias libres de derechos (es decir, pelis de tiburones, de exorcismos, sasquatchs u hombres lobo) cuya imagen pueda utilizar a su antojo. La cosa consiste en emular a infraproductoras de la calaña de The Asylum o Tomcat Films, y canibalizar éxitos de renombre. Y Polonia lo hace cámara de vídeo casera en ristre y aprovechando todos los filtros y efectos incluidos por defecto en los programas de edición que utiliza.
Claro, si a uno le pilla de nuevas, estos modus operandi de Polonia pueden llegar a resultarle graciosos e incluso interesantes, pero a mí me pilla ya mayor, curtido en mil batallas y habiendo saciado años atrás la curiosidad suscitada por el particular universo de los Polonia. Pero de vez en cuando, hago una excursión.
En esta ocasión Mark factura esta producción de la mano de su nueva marca, Polonia Bros Entertainment. Y todo queda en familia puesto que su hijo, Anthony Polonia, está metido en el ajo haciendo los artesanales y sencillos efectos especiales de sus películas, haciendo de actor, cogiendo la cámara o cualquiera que sea la tarea que le encargue su padre.
Así, entre un montón de películas amateur con distribución, llegamos a esta “The Amityville Exorcism” que mata dos pájaros de un tiro; Amityville no es una marca, sino una villa de Nueva York, por lo tanto se puede utilizar el nombre con total libertad del mismo modo que las palabras “exorcista” y “exorcismo” tampoco están sujetas a ningún tipo de derechos. Pues hagamos una película de exorcismos en Amityville, pensaría Polonia. Con el título fardón, lo siguiente es acompañarlo con una carátula que de el pego y que resulte tan terrorífica como la que nos ocupa. Así ya tiene el 90% del trabajo hecho. Con ese poster, sin duda va a vender la película, que el fandom del cine de terror en USA va a comprar sin pestañear. Y luego ya, la película es lo de menos.
Lo que está claro es que, todas las ganas que tenía Mark en sus inicios, cuando grababa sus películas junto a su hermano John, han desaparecido completamente. Él ahora se toma el hacer cine como un trabajo y graba con el piloto automático, con lo que todo lo bueno que pudiera tener el cine de los Polonia hace tiempo que desapareció. Lo único que se cuida de que esas películas tengan ese aspecto amateur que es lo que las caracteriza y lo que, supongo, andan buscando sus seguidores.
Así, la trama se centra en una casa en Amityville (una casa cualquiera, ni se han molestado en adecentarla para que parezca la mítica de la saga que se pretende expoliar y de la que ya hay cerca de 22 títulos entre los oficiales y no oficiales) en la que residen un padre maltratador y alcohólico que se lleva fatal con su hija. Entre trifulca y trifulca, este descubrirá que esta está poseída por un demonio, por lo que contactará con un cura que, aunque tiene aún más pinta de alcohólico que él, no lo es. Este cura se tomará muy a pecho el exorcismo de esta muchacha ya que, por lo visto, el demonio que alberga en su interior, tiempo atrás mató a su hermano. Este demonio venía transportado de la casa original de Amityville ¡¡En un cargamento de madera!! Por eso ahora está en la casa de esta gente. La película se desarrollará entre diálogos interminables en cuyo montaje no se solapa el audio ni una vez, malas interpretaciones, efectos de maquillaje absolutamente caseros y un señor disfrazado con túnica del todo a 100 y máscara de los bazares chinos que dice ser el demonio. Hablan, deliran… y al final tiene lugar el exorcismo. Tan mala que, bueno, alguna risilla acaba uno echándose, pero sin más. Pero es muy triste por que es el amateurismo monetizado, hecho sin pasión, sin gracia… cosa esta paradójica que no deja de llamarme la atención; alguien consiguiendo sacarle rendimiento a sus películas caseras. En verdad los Polonia lo llevan haciendo desde el principio, pero esto ya es una corporación mercantil.
Poco más… denle al play si les come la curiosidad.
Por otro lado, hace un rato acabo de flipar, estando reciente el estreno de la nueva película de “Dune”  para cines, que el amigo Mark se ha sacado de la manga su propia versión para aprovechar el tirón, “Dune World”, de la que acabo de ver el trailer. Casi parece una jodida broma… pero no lo es. Y quizás (solo quizás) algún día les de mis impresiones al respecto.

sábado, 1 de enero de 2011

EXORCISMO

Nunca hasta anoche, había visto esta película, y lo cierto es que me sorprendió por dos motivos: Por mucho que diga yo por aquí que si en realidad Paul Naschy era un negado (que lo era) lo cierto es que me molan mucho sus películas, por malas o por lo que sean, pero me gustan, me gusta Paul Naschy y su rollo, y al final acabo entretenido con sus films. Pero ésta, es un soberano rollo, cuasi-inaguantable de padre y muy señor mío, que no arranca hasta la hora bien entrada de metraje.
Por otro lado, es casi inherente al cine de Naschy el elemento “humor involuntario”, siempre hay un diálogo, una frase, una chapuza o una actitud del actor con la que te tienes que reír. Bien, pues esto no pasa en EXORCISMO. Es tremendamente sobria. Y esas han sido mis sorpresas, porque normalmente, cuando me enfrento a una peli de Naschy, se lo que me voy a encontrar, y esta vez me ha descuadrado un poco.
Una joven medio hippie, tras unas experiencias con el satanismo y las drogas, comienza a comportarse de manera extraña. Alterado, el hermano de ésta, acude a un cura Anglicano experto en lo paranormal, con el fin de aclarar un poco las cosas, y con lo que se encuentra, es con una posesión maligna. El padre de la joven, muerto años atrás, la ha poseído.
La película, se estrenó, si no a la vez que EL EXORCISTA, antes. Y Jacinto Molina decía que era un guión que el tenía escrito de tiempo atrás, pero que al saberse del éxito de la cinta de William Friedkin, el productor le dijo que se trajera ese viejo guión con el fin de hacer la película. Yo esta vez, me creo a Jacinto Molina. Salvo que hay un caso de posesión en una fémina, y el consabido exorcismo, lo cierto es que nada más tiene similitud con EL EXORCISTA, así que doy por valido lo de la escritura previa, pero lo que es innegable, aunque el guión se hubiera escrito diez años antes, es que esto es una explotación de tomo y lomo de EL EXORCISTA. Y oigan, no es una muy mala copia…
La joven poseída por su padre, y este hablando a través de los labios de la poseída, provoca ciertos escalofríos, así como las convulsiones de ésta, o la famosa secuencia del perro. En el apartado terrorífico, tiene un aprobado de largo, gracias en parte a un maquillaje a base de cortes y llagas, y unas lentillas espeluznantes, que sin lograr los resultados conseguidos con sus sosías Regan, si que llegan a acojonar. El problema es que hasta que llega la parte que nos interesa, tenemos que soportar interminables conversaciones, que aún viniendo a cuento y aclarando las cosas (es decir, que no son conversaciones del todo gratuitas con el fin de alargar metraje), aburren al aburrimiento.
En el reparto, habituales de la filmografía “Naschiana” como Maria Perschy, Maria Kosty o Grace Mills y en las labores de dirección (cosa esta que en una peli de Naschy, suele ser lo de menos), el experto en comedias de humor grueso, Spaghetti Western, y todo lo que le echen Juan Bosch, culpable de joyas como ¡CARAY CON EL DIVORCIO! Con Fernando Esteso, LA DUDOSA VIRILIDAD DE CRISTOBAL, o ABRE TU FOSA, AMIGO, LLEGA SÁBATA.

jueves, 30 de julio de 2009

EXORCISMO EN CONNECTICUT

Ver una película de estas características, a la una de la madrugada, en un cine completamente solo, es lo suficientemente sugestivo como para que te entre cierta predisposición a pasar miedo. Pues ni con esas.
Un muchacho al que le han diagnosticado cáncer se muda junto con su familia a una enorme casa en Connecticut. Comienza a tener extrañas visiones, que achacan a los fuertes medicamentos que toma. Nada más lejos de la realidad, son los fantasmas de unos antiguos médiums que andan merodeando por el lugar.
El tedio más absoluto, en una peli de casas encantadas que tira por un tubo de CGI, y carece de los elementos necesarios para dar un mínimo de miedo. Cuatro sustos baratos que se ven venir, y poquito más.
Y el caso es que tuvo una campaña promocional la mar de maja, con todo ese rollo de que estaba basada en hechos reales y un planteamiento más o menos atractivo, pero, joder, ¡es que es un coñazo!
Los distribuidores españoles lo saben y, por eso, cambian el “haungting” del título original, por el más pintón “exorcismo”, aprovechando que un cura - magistralmente interpretado por Elias Koteas- asegura que la casa no está encantada, sino poseída.
Y, probablemente, lo mejor de "Exorcismo en Connecticut" sea, justamente, Elias Koteas.
En fin, tenía muchas ganas de verla, pero menuda decepción.
Dirigiendo, un tal Peter Cornwell.

lunes, 27 de marzo de 2017

EL EXORCISTA

Hacer una reseña de “El Exorcista” que le haga justicia, es hacer todo un artículo ahondando en los entresijos y tejemanejes de la producción, de los cuales, por otro lado, ya se ha escrito, y muy bien, en muchos sitios. Quiero decir que ¿qué puedo yo contarles que ya no sepan?, pero, como ya he reseñado por aquí sus secuelas, y como no quiero quedarme sin reseñar esta, haré una reseña de corte un tanto personal. Porque explicarles los desastres que ocurrieron durante su filmación, las muertes del reparto durante la misma y bla, bla, bla, ya lo saben ( y si no, compren los miles de libros que hay sobre el tema), así que resumiendo; Se trata de la historia de una jovencita que es poseída por el demonio y, en consecuencia, los esfuerzos por parte de  la ciencia y la Iglesia para luchar contra ese demonio –llamado Pazuzu- (o posible enfermedad)  con la ayuda de un exorcismo, practicado por el padre Merrin, veterano en estos asuntos, y asistido por el padre Karras, un sacerdote más joven que tiene cientos problemas de fe. Una de las mejores películas de la historia del cine, por ende, de la historia del cine del terror, que obtuvo el beneplácito de la crítica y del público y que trascendió más allá del género al que pertenece, siendo a día de hoy  la estampa de Regan (popularmente conocida por estos lares tan cultos y selectos como “La niña del Exorcista”) tan reconocible como la de Marilyn Monroe en “Bus Stop” o la de Bogart en “Casablanca”. Sabiendo esto, les diré que me enfrenté, en este último visonado, a la versión del director estrenada en el año 2000, que contaba con un par de escenas adicionales y unas cuantas chuminadas ridículas en innecesarias.
Y es que fue ese año, con ese nuevo montaje, cuando yo vi  “El Exorcista” por primera vez en mi vida, con  24 años. No en valde; digamos que mi relación con la película de William Friedkin siempre fue  de puro terror ¡sin haberla visto! Y es que vi antes, siendo niño, a los 10 u 11 años “El Hereje: Exorcista II” –que ya ven ustedes que es una mierdecilla- y que quedé aterrado. Sufrí pesadillas con el Pazuzu de los cojones. Tan sugestionado quedé con esa puta película que desperté a mi madre de madrugada para decirle que tenía al demonio en mi habitación. Por eso no quise ver nunca el primer “Exorcista” y la mera presencia de Regan me estremecía. Luego vi muchas películas de terror, fíjense… pero “El Exorcista”, no. Y si yo quedé sugestionado por el visionado de uns secuelilla de segunda, imagínense como quedarían de sugestionados los artífices de la primera. Ahí es nada, el cague.
Así que aprovechando el nuevo montaje, me acerqué al cine más cercano a verla, acompañado eso si, de otros dos neófitos de “El Exorcista”. Pasé miedo, cumplió con mis expectativas y me gustó muchísimo. Además fue mi propio exorcismo para con esa película, ya que no hubo cojones de verla en la adolescencia.
Después ya me vi la versión oficial de la película, y todo eso, pero yo me desvirgué con el montaje del director, que en pleno 2000, efectivamente, me pareció aterrador. La película hacía alarde de una vigencia sobrecogedora.
Compré la película en DVD y en mis estanterías reposaba hasta que decidiera volver a verla.
Recientemente, mi pareja propuso verla ya que ella nunca la había visto, lo cual fue una ocasión más que oportuna para dedicarle una revisión. Y en esta ocasión, he llegado a la conclusión de que, efectivamente, el paso de los años hace mucho daño a las películas. Pero no me refiero el paso de los años de las películas, sino, el del espectador. Las experiencias, la perdida de la ingenuidad, el peinar canas, consiguieron que una película que siempre me había provocado escalofríos pasara ante mis ojos sin pena ni gloria en el sentido terrorífico. Porque como película me pareció grandiosa, un clásico absoluto. Quiero decir, que cuanto más mayor me hago, más pendiente estoy de lo bien hecha que está una película que de su capacidad para dar miedo. Y es que “El Exorcista” a estas alturas es eso, una película cojonuda, excelentemente rodada, que cuenta una historia cojonuda, que la cuenta de una manera soberbia y con unas intenciones geniales. Pero hemos oído ya tantas veces el “Mira lo que ha hecho la cerda de tu hija” o el “Tu madre chupa pollas en el infierno”, hemos visto tantas veces la terrorífica cara de Regan en merchadising, así como en tantas partes, que a mís 40 años puedo decir, sin despeinarme, que no sentí el más mínimo miedo viendo “El Exorcista”. Son los daños colaterales que traen consigo el ser un clásico. No obstante tengo mis reservas de cómo sería verla hoy por primera vez. Ya nunca lo sabré.
En cualquier caso, pedazo de película.
Y en cuanto a la versión del director, con tanta imagen superpuesta y subliminal que ni viene a cuento ni están bien insertadas, he de decir, que no es un montaje que me moleste lo más mínimo. Es más, quitando a lo mejor la famosa “Escena de la Araña” –en la que Regan baja las escaleras a cuatro patas de espaldas- queda un poco más descolgada porque está metida ahí con calzador y no tiene una resolución, pero el desenlace con el padre Dyer charlando con el Teniente Kinderman, o las escenas de hospital, no me parecen ni tan mal, y en cierto modo, ayudan a seguir un poco la historia. Pero la mejor escena añadida es la del obispo charlando con el padre Karras en el que dice que le practicará un exorcismo a la niña, aunque lo más probable es que sea una falsa posesión. Resulta muy esclarecedora esa escena ya que le otorga a la película un tono ambiguo a ese respecto.
En definitiva, que magistral, que como mola “El Exorcista”, aunque ya no me muera de miedo con ella.

viernes, 6 de noviembre de 2015

EXORCISMO INFERNAL

Una de las primeras películas que realizó John Woo en su Hong Kong natal. Una comedia de contenido fantástico al servicio de uno de los hermanos Hui, Ricky Hui (“Mr.Vampire”), y una película absolutamente demencial y desquiciada.
Cuenta la historia de un sacerdote y una mala persona que llegan, uno al cielo y el otro al infierno. Al sacerdote, Dios le concede 36 años más de vida, al tío malo, el demonio le encomienda una misión.
En la tierra tenemos a un individuo un tanto huraño que se llama Bruce Lee –pero que, como el bien dice, ni siquiera sabe kung fu- que es compositor: tiene en cartera una canción que revolucionará la “Nueva Ola”, y por otro lado, está enamorado de una pizpireta jovencita. Tiene la mala suerte de que la chavalita no le corresponde y de que su canción es robada por el manager del cantante de moda, por lo que le joden la vida. No pasa nada, porque pronto llegará el enviado del diablo para hacer que sus deseos se cumplan… aunque algunos de ellos pueden salir rana y, en consecuencia, al final se las tenga este que acabar viendo con el sacerdote.
Una película divertidísima con un ritmo frenético apabullante que se acerca más al cartoon que al de la imagen real.  Incluso, para potenciar ese ritmo, hay momentos en que se modifica la velocidad de la acción, para que ese ritmo sea más marcado.
Y con un desenlace completamente enloquecido –aunque eterno- en el que se recrea, con demonios, una partida de “Space Invaders” el conocido video juego de arcade de los ochenta.
De título original “Mo deng tian shi”, internacionalmente tiene el chanante título de “To hell with the devil” (“Al infierno con el diablo”) y en su reciente edición en nuestro país, se ha bautizado con el título de “Exorcismo Infernal”.
Muy simpática, pero sin mayor trascendencia.

sábado, 27 de julio de 2024

GODLESS: THE EASTFIELD EXORCISM + THEY WAIT IN THE DARK

Recientemente consumí, seguidas, dos películas con algunos puntos en común. Ambas eran de terror, muy actuales, modestas, aparentemente rutinarias y trilladas pero, por contra, sorprendentes en sendos aspectos. Lo suficiente como para que las viera enteritas y sin arrancarme la piel desesperado de aburrimiento.
"Godless: The Eastfield Exorcism" (conocida en algunos lugares de habla hispana como "El exorcismo de Eastfield" o "Anticristo: El exorcismo de Lara") es una película de... sí, eso que empieza por e. ¿Parece un chiste, verdad? necesitamos un exorcista que nos libere de tantas jodidas películas de exorcismos. Pero esta tiene un aspecto levemente distinto, más allá de su nacionalidad australiana (y de que se base en supuestos hechos reales, también harto recurrente). Gira en torno a una pareja. Ella anda haciendo cosas rarunas. Él, que es muy devoto, se convence de que está poseída por el diablo. Así que recurre a un exorcista, pero uno no demasiado oficial, ya que los del vaticano están muy atareados (haciendo películas para Hollywood, supongo) Y ahí es cuando te descolocas, porque resulta que el tipo tiene unos métodos que harían palidecer -aún más- al padre Merrin. Es el Harry Callahan de su gremio. Agrede, machaca, humilla al poseído. Dice tacos. Hace "bullying" a los demoños. Tanto que, en fin, podría llegar a pasarse. Y se pasa. Y yo, pues flipé mucho encontrando una peli de exorcismos en la que el exorcista vendría a ser el villano. Bien por Nick Kozakis, director (aunque en su ficha de Imdb tenga pinta de gilipollas), y Alexander Angliss-Wilson, guionista, básicamente debutando ambos en el cine comercial.
Por otro lado tenemos "They Wait in the Dark". Si les cuento la trama, se dormirán encima del teclado: Huyendo de la mala vida que le daba su media naranja, una mamá + hijo recalan en la vieja casa familiar donde hubo un asesinato años atrás. Al poco, comenzarán a hacerse notar presencias que agreden a la mujer, con mucha mala baba.
Esto va a sonar feo (por adecuado que sea) pero, de entrada, te extraña que la protagonista sea tan poco atractiva. ¡¡Eh!! por mi bien, genial. Más humana. Pero es así. Y, no nos engañemos, se sale completamente del canon (más siendo una producción norteamericana). Luego descubres su condición lesbiánica. La media naranja, por tanto, vendría a ser más un medio limón. Vamos, que son del palo froti froti y, obvio, el hijo es adoptado. En eso que la otra anda pisándoles los talones. Y acabará dando con ella/os. Antes, te encontrarás con que el fantasma mal lechado es una mujer del mismo color negro que el hijo y, esta sí es buena -lamento el spoiler, pero lo merece-, resultará que las lesbis son las genuinas culpables de todo el asunto espectral. Es decir, las malas del culebrón.
Para cuando te has secado de la comisura de los labios la baba deslizante, termina la peli. Y dices "Anda, ¿y el WOKEismo permite esto?" No me ha dado por mirar reseñas en ninguna parte, pero seguro que habrá quien raje por ello. Yo, obvio es, lo aplaudo. Y aplaudo al instigador de todo, Patrick Rea, quien -por no alejarnos mucho del contexto- recientemente ha rodado un corto en tono de bufa titulado "The Exorcist: Parabellum".
Bien, ¿se puede comenzar a hablar de la vuelta a un cine de ideas menos políticamente correctas, menos complacientes con la audiencia? No por jorobar, ni buscar la polémica, solo porque, en fin, de todo debe haber en este mundo. E igual que existen hombres blancos heteros más malos que un barreño de tiña, también lo contrario es perfectamente válido. Al fin y al cabo, en eso consiste "integrarse". Lo pregunto porque ha pasado antes y todo es cíclico. Al final, el WOKEismo estallará y dará pie a la vuelta de un cine menos lameculero.... y también este estallará, y volverá el WOKEismo... incluso tal vez con mayor fuerza, pero para entonces seré tal pasa humana que, como suelo decir, me impogtagá un cagajo.

viernes, 11 de septiembre de 2020

EL HOMBRE QUE PUDO SALVAR LA VIDA DE MICHAEL JACKSON POR SEGUNDA VEZ

Nos remitiremos a hace más de 20 años, cuando las televisiones nos bombardeaban con la historia de Luixy Toledo, para muchos un freak mediático sin más ni más, para mí, uno de los más genuinos e interesantes músicos outsider que ha dado la piel de toro.
Luixy, se hizo tremendamente popular a finales de los 90, gracias a una serie de fantasías que contaba en todo tipo de programas, ya fueran divulgativos o de prensa rosa, en las que hablaba de su famosa piedra de Marte entregada por la diosa Xylan o, sobre todo, por el plagio que supuestamente hizo Michael Jackson de una de sus canciones, “Exorcismo”. Tenía más fantasías de este tipo, pero ahora mismo no las recuerdo.
Obviamente, no hace falta decir en pleno 2020 que todos estos cuentos no eran más que inventos que el músico, en su afán de conseguir algo de notoriedad y llamar la atención de la industria musical, ejecutaba con total dedicación delante de las cámaras. Y le salió bien la cosa. Obtuvo celebridad, aunque sólo fuera porque le llevaban a los platós cubriendo así el cupo freak de rigor que era menester en las parrillas televisivas de aquellos años. Pero la bola se hizo grande y, por pura repetición, y harto seguramente de su fama de freak que, al contrario de lo que pensaba, no influía positivamente en su carrera como músico —que es lo que realmente Luixy anhelaba—, un buen día, en no sé cuál programa, Luixy reconoció que todas esas historias de Marte, de la diosa Xylan y demás, no eran más que un cuento chino. Sin embargo, el asunto de  que “Thriler”, no era más que un plagio de su “Exorcismo”, lo mantuvo y defendió con uñas y dientes a lo largo de los años. Y hasta hoy.
Luixy Toledo llevaba ya unos años fuera del circo mediático; ni creo que durante este tiempo le interesara exponerse como se expuso a finales de los 90, ni creo que en la televisión de los últimos 10 años hubiera lugar para él, amén de que el chicle tampoco se puede estirar más, máxime cuando reconoció que eran todo invenciones. Por eso, me resulta cuando menos sorprendente que en pleno 2020 alguien haya decidido hacer un documental sobre el bueno de Luixy.
“El hombre que pudo salvar a Michael Jackson por segunda vez”, nos presenta un poco por encima a Luixy Toledo para, acto seguido, dar una mirada posmoderna —e incluso condescendiente— de todo lo relacionado con el plagio que supuestamente hizo Michael Jackson a nuestro Luixy, en lo que es una entrevista en profundidad al artista. Luixy, da su versión de los hechos (que ya hemos escuchado 20 millones de veces) extendiéndose todo lo que le da la gana y metiéndose tan a fondo en su relato que incluso, un par de veces, llega a emocionarse rompiendo a llorar, ya sea recordando amigos del pasado que ya no están, ya sea narrando la injusticia que supone que Jacko nunca reconociera el plagio.
Se habla brevemente sobre sus inicios con su banda “Los Alacaris”, como para compensar, y se reincide, una y otra vez, con el tema de Michael Jackson. Pero ni por asomo, se le da importancia ni a una cosa más, ni repara en la música de este extraño artista que tiene composiciones como para llenar una maleta. Y todas súper bizarras y divertidas.
Así, “El hombre que pudo salvar a Michael Jackson por segunda vez”, lejos de hacer un retrato completo de Luixy Toledo, en lugar de ofrecer algo original, se convierte precisamente en uno más de esos programas sensacionalistas que se ríen del tonto. Va a dar carnaza, punto. Se pretende dar una imagen  moderna y alejada de aquellos programas, pero al final es lo mismo, sólo que escudado con el uso del HD, del travelling y un saturado etalonaje marcapaquete, que a la hora de sentarme a ver un documental sobre Luixy Toledo me importan un carajo. Sólo se quedan en la superficie. Con lo interesante que es Luixy más allá de esas fantasías. Al final, lo menos importante de su, ya larga carrera, es precisamente lo que cuenta, hasta la exasperación, este documental.
Por supuesto, en los créditos finales, los realizadores se despojan de toda responsabilidad alegando que ellos no se hacen responsables de las declaraciones del entrevistado. Muy valientes.
Sin embargo, de ritmo anda bien, está servido todo con dinamismo, incluye animaciones que ilustran las transcripciones de los juicios a los que Jackson se enfrentó acusado de plagio, o que narran otra de las historias fantasiosas de Luixy (aquella en la que dice que él sirvió, en una antigua reencarnación, a Michael Jackson en el siglo X), y sólo dura una hora, por lo que, formalmente, y más si no se tiene un conocimiento previo sobre Luixy Toledo (como a estas alturas es bastante probable), está entretenido y se echa un ratillo. Pero nada más.

martes, 6 de noviembre de 2012

SINISTER

Un escritor especializado en literatura morbosa y criminalista anda desesperado buscando un "hit". Ello le lleva hasta una casa donde, años atrás, una familia entera fue asesinada en el jardín. Se instala con su prole (que desconoce el asunto) y comienza a investigar y darle al tarro. Una noche sube al desván y  encuentra una caja con varias pelis de 8 mm y un proyector. Se las pone a mirar y resulta que se trata de los documentos filmados del asesinato de la familia previa y de unas cuantas más. Si dichas imágenes ya son lo bastante escabrosas e inquietantes (especialmente la de la podadora, de impacto), resulta que, a base de estudiarlas, el escritor descubre que en todas ellas aparece de refilón una presencia muy inquietante y un signo de origen brujeril. No hace falta decir que, poco a poco, comenzarán a pasar cosas raras en la casa y al prota le parecerá ver a la aterradora figura de las películas en su propio jardín.
Consumí "Sinister" ayer por la tarde. Primera sesión. Y en la sala estábamos únicamente una señora y yo. La vi en maravilloso y completo silencio. Sin comentarios, móviles, toses ni nada molesto. Una delicia. Y tal vez, también esa semi-soledad y quietud contribuyó a que, durante un cacho de rato, me resultara bastante atemorizante. Y es que la primera hora, o puede que un poquito más, es sencillamente fabulosa. Va repleta de misterio, de suspense, de escalofríos, de atmósfera, es genuinamente buena, buena. El look de toda ella, acorde al título, es muy sombrío. Mucho. La banda sonora de Christopher Young, cojonuda, ideal, especialmente aquellos temas que ponen fondo sonoro a las aterradoras películas que muestran los crímenes. Y estas son, qué duda cabe, lo mejor de todo. Scott Derrickson, director de esta peli y de -curiosamente- "Hellraiser: Inferno", pero también de la normalica "El exorcismo de Emily Rose" y la horriblica "Ultimátum a la tierra" (versión moderna), sabe sacarle todo el jugo imaginable a dicho material, a su grano, a su oscuridad, a sus "mudez", en fin, que aporta mucho elemento acojonable al conjunto... y también algo de fetichismo, aquellos adoradores del viejo celuloide gozarán viendo al prota, Ethan Hawke, usarlo, informarse sobre el, cortar, empalmar película... incluso telecinar caseramente.
Que sí, que hasta aquí "Sinister" está cojonuda. Sin embargo, nada dura eternamente, y poco a poco comienza a desinflarse. Mucho y alarmantemente. Ocurre a medida que el tema sobrenatural se va haciendo notar más y más. De hecho, los niños fantasmas que ilustran el póster español son, sin dudarlo, el punto más flojo. Vamos, que se la cargan. Están mal caracterizados, se mueven sin gracia, y en definitiva no dan el miedo que podrían, y deberían. El desenlace, aunque lo intenta, no impacta, y es bastante retorcido (en el mal sentido), absurdamente prolongado y con un "susto final" absolutamente cutre y gratuito.
Jodeeeeer que puta lástima. Si hay algo que me jode más que una peli mala, es una peli que comenzaba siendo cojonuda y se vuelve mala, más aún si a ello contribuyen los típicos y tópicos "tics" del terror hollywoodiense. Del cine de miedo perpetrado desde el más flagrante "mainstream". En las manos adecuadas "Sinister" hubiera podido ser un film de terror estupendo. Tal y como está, se queda en un producto muy regulín, que se puede ver, pero que no dejará ninguna huella.
Una pequeña tragedia.

viernes, 6 de mayo de 2016

YO COMPRÉ UNA MOTO VAMPIRO

Datada en 1990, “Yo compré una moto vampiro” sería una de la últimas genuinas series Z que encontraríamos en los videoclubes, antes de que el “Boom” del gore y los subgéneros acabara con todo tan solo unos pocos años después.
Pero claro, una película que trata sobre una moto vampiro, y con ese título, no es para tomársela muy en serio, parece una cosa intencionada, una película más que forma parte de ese extraño subgénero en el que objetos y/o alimentos inanimados cobran vida para matar personas -¿Qué nombre tendrá este subgénero?- al que pertenecen “El ataque de los tomates asesinos” o “Rubber” o “La Masacre del Microondas”, todas, poco más que comedias paródicas. Amén de un título que homenajea a los clásicos de los años 50, aquellas películas que comenzaban con el “I Was…” en el título.
Sin embargo, viendo la película, me da en la nariz que sus artífices se la toman más en serio de lo que parece. Es más, el humor que hay – que lo hay- es nimio, y me da la sensación de que querían hacer una película de terror.
Britanica hasta la médula –y con aspecto totalmente British-, cuenta la historia de un Ocultista que es asesinado por una panda de moteros. El alma de este posee a la moto de uno de ellos. Pasa el tiempo y un amante de las motos compra esta moto poseída y la somete a una reparación; le falta tiempo para cobrar vida y ponerse a matar gente, en busca de moteros a los que llevarse por delante. Entre medias, da tiempo hasta a practicarle un exorcismo a la puta moto. Y claro, su nuevo dueño, deberá detenerla para que deje de matar.
En realidad es una tontería cuyo interés radica en lo descabellado de la propuesta, si bien, al final, y como ya he dicho, la película se toma en serio en si misma y la vemos como lo que es; una película sobre espíritus que en lugar de poseer personas poseen objetos.
Hay un par de momento con la moto acorralando a sus víctimas que pueden incluso poner al espectador en tensión, pero solo unos segundos, porque rápidamente volvemos  a la moto y una moto no da miedo. No es “Christine”.
Destacaría el gore, cuando tardíamente hace acto de presencia, ya que este es bien jugosito, logrado y bien traido, y pone la nota de color a una película que tiende al tedio por encima de cualquier otra cosa.
No llega a simpática, no es una comedia, tampoco es una película de terror, pero tiene su gracia.
El director, Dirk Campbell, ya después de esto se dedicó a la televisión, y en el reparto actores Ingleses, no dejando de ser curiosa la presencia de Anthony Daniels, que si aquí hace del cura que Exorciza y persigue a la moto vampiro, es popular por haber dado vida a C3PO en la saga de “Star Wars”.
Huelga decir, que es malísima, pero tiene su nosequé.

lunes, 19 de junio de 2023

BAD JOHNSON

A priori, tras consultar alguna reseña de esta película y comprobar que se trataba del típico producto incorrecto que pone de mala hostia a gacetilleros varios (que juzgan la película a partir de su tono sexista y misógino sin entrar a valorar nada más a parte de eso), me dieron una ganas locas de verla a pesar de la mala pinta que tenía.
Y es que “Bad Johnson” propone una suerte de híbrido, supongo que involuntario, entre la estupenda “Don Jon” y la extraña “Lo mío y yo”. Lamentablemente no se acerca ni a milímetros de ninguna de las dos, ya que esto es una de esas películas independientes a medio camino entre lo amateur y lo profesional, una de esas medianías cuya sola existencia es un lastre para sí misma, a la que hay que sumarle el hecho de que, además, es especialmente mala. Es odiosa.
Un individuo casi adicto al sexo se relaciona con mujeres teniendo siempre experiencias traumáticas. Harto de pensar con la polla, un buen día le explica a un amigo lo harto que está y desea quedarse sin polla para acabar con esa situación. Así, no solo se le caerá el pito, sino que este tomará autonomía propia convirtiéndose en un ser humano de las mismas características que nuestro protagonista, pero más egoísta, más ladino, más follador. Por lo tanto, el individuo se pasará toda la película intentando que su pene vuelva al lugar de proveniencia, mientras este siembra el caos por donde quiera que va.
Suelo ser un gran fan de las películas en las que el pene de una persona cobra vida, pero esto es una tontería como un templo. Mala a rabiar, antipática y aburrida. Y mal rodada. En “Lo mío y yo” Griffin Dunne hablaba telepáticamente con su falo, el espectador escuchaba una voz en off de este y ya con eso bastaba, teníamos película y entretenimiento para un ratillo (y eso que la película, de alguna manera, iba de cultureta por la vida), esta en cambio, con un pene que se transforma en persona humana, tenía el triple de posibilidades de convertirse en algo divertido, pero nada. Es la cosa más insulsa del mundo.
Por otro lado, cuando leí la indignación por parte del público que se ha molestado en publicar entradas en sus medios sobre este engendro haciendo referencia al sexismo y demás, pensé que iba a ver algo realmente desagradable y garrulo, pero no. Pasividad.  La gente también tiene la piel como el papel de fumar y se ofende por el mero hecho de que el protagonista va follando a diestro y siniestro, y por un par de chistes sobre asiáticos sin la más mínima importancia. Lo verdaderamente indignante es que esta medianía infame haya tenido cierta vida comercial. No mucha, eso sí, que en su paso por cines en 2014 apenas logró recaudar 23.000 dólares que, supongo, es una cifra menor a la de su presupuesto. Como sea, pulula por plataformas de streaming digitales de baja estofa, haciendo catálogo con lo más granado del cine insípido, barato y sin alma.
En cuanto al director de eso, Huck Botko, tras tontear en el supuesto underground a base de falsos documentales en los que regalaba a sus familiares dulces previamente babeados o meados por vagabundos callejeros, dirigió en 2010 una mezcla de sex comedy adolescente con found footage —anticipándose así al “Project X” de Nima Nourizadeh— que no estaba mal (o al menos tan mal como esto) titulada “Entérate, soy virgen” y unos cuantos títulos posteriores que carecen de interés alguno para quien esto escribe. Sin embargo, se colgó una medallita por ser el principal guionista del exitoso found footage “El último exorcismo” consiguiéndose, de esta forma, un crédito en cada una de las secuelas por ser el creador de los caracteres.
Y poco más… no se acerquen a esta infamia… por mucho que el argumento gire en torno a un tipo al que se le cae la polla y esta se convierta en humano.

sábado, 17 de marzo de 2012

THE DEVIL INSIDE

Hace un mes o asá, un amigo me invitó a participar en la quiniela de unos premios cinematográficos no demasiado conocidos, pero sí lo suficientemente """respetados""" a un nivel, digamos, regional, como para regalar a los acertantes un puto año entero de cine gratis. No había visto ni una de las pelis nominadas, es más, ni tan siquiera me interesaban. Pero dado que para participar no tenías que registrarte ni hacer nada extraordinario, rellené las casillas correspondientes usando la lógica: Esta peli es la que ganará porque es la más internacional y la más cara. Este actor se llevará el trofeo porque es muy mayor y nunca le han premiado. Esta es la actriz afortunada porque sus tetas están de moda. Etc, etc. Un tiempo después, me llaman para comunicarme que he sido uno de los diez acertantes y, por ende, me corresponde una tarjeta "vip" para ir al cine totalmente gratis durante 365 días. Desde entonces que vivía torturado porque me sentía obligado a usar tal privilegio a pesar de no gustarme salir de casa a las horas que se pasan las pelis en los cines, a pesar de lo mucho que odio al público y a pesar de que, en esencia, no había nada que de verdad me interesara.
Finalmente se estrenó algo por lo que sentía una leve curiosidad, "The Devil Inside", falso documental dedicado a indagar en el mundo de los exorcismos con dos tipos de prensa, la buena (que daba mucho miedito) y la mala (que era una mierda como un piano). En USA arrancó muy bien en taquilla, pero cayó en picado cuando los críticos arremetieron contra ella. Casualmente, el mismo amigo que me había animado a participar en el concurso de marras -y que no ganó, paradojas de la vida- tenía mucho interés en ver el film, así que lo menos que podía hacer era colarle. Ayer por la tarde fuimos juntos a verla en una sala prácticamente vacía.
En "The Devil Inside" una chica intenta descubrir, documental mediante, por qué su madre mató a un grupo de parroquianos durante un supuesto exorcismo y si es verdad que anda poseída por el diablo. Conocerá a un par de exorcistas que operan a espaldas de la iglesia (uno de los cuales tiene un aire al amigo Aratz), se meterá a fondo en el asunto y vivirá toda suerte de fenómenos extraños y terroríficos.
En general, se trata de una peli muy mediocre. No es la mierda que dicen, ni tampoco nada especialmente destacable. Es del montón. Pero comprendo por qué ha recibido tantos palos. Básicamente porque desaprovecha todo el potencial que tiene, y que es mucho. Destacan en ese sentido -para mal- los mismos exorcismos y el personaje de la madre, muy bien caracterizada. Además, tenemos un buen puñado de incongruencias y tropezones que, aunque no molestan mucho, huelen: la facilidad con la que los protas entran donde les sale del coño con la cámara... la explotación de los recursos habituales del subgénero (correr por lugares oscuros con la antorcha como única ayuda lumínica)... los sustos facilones (lo del perro es muy ruin)... algunos cabos sueltos (la madre pasa de ser la base de la trama a, literalmente, desaparecer) y el desenlace. Super-precipitado y cortante. Algo que me suele gustar, pero no tanto en este caso.
Aunque el verdadero enemigo del film es su doblaje español. Soy de la opinión que al "found footage", o los falsos documentales, el doblaje les hace un daño atroz, les quita verosimilitud, pero en "The Devil Inside" resulta doloroso ver cómo se la carga. Las voces de las poseídas y las obscenidades que sueltan son, directamente, de risa.
Vamos, que mejor la pillas en dvd y le metes subtítulos, en serio.

martes, 10 de julio de 2012

EL EXORCISTA III

William Peter Blatty, escritor de la novela en la que se basó “El Exorcista” y que tomo parte activa de la misma, siempre vivió un tanto al rebufo, más que de su creación, de la película que popularizó a Regan y a Pazuzu. O al menos de sus personajes. Por eso, cuando rodó su primera película “The Ninth configuration”, a el se le llenaba la boca diciendo que era una secuela de “El Exorcista”, basándose en un simple personaje secundario que aparecía en ambas películas.
Sin embargo, pasaron muchos años tras el fracaso de “Exorcista II (El Hereje)” y tuvo que pasar algo de hambre para volver a ponerse manos a la obra en nuevas historias sobre los extraños hechos de George Town.
Por eso, y con la mente en una nueva película, escribió una nueva novela, “Legion”, que es la secuela directa de “El Exorcista”.
Tras publicarla, se puso manos a la obra con los directivos de Warner para llevar a cabo la adaptación de la novela al cine, con lo que se retomaría la franquicia rodando este “El Exorcista III”.
Pero en 1990, una secuela de la película más terrorífica de Warner Brothers, no era garantía de nada, así que tras ser el proyecto rechazado por todo aquél director al que se le ofrecia, se decidió que fuera el propio Blatty quien la dirigiera. Y el resultado, obviamente, no superó al de la película de Friedkin, pero si que es muy superior a la película de Boorman. Pero la gracia está, en que “El Exorcista III”, en realidad es una película de psycho-killer…Aunque incluye un exorcismo, para justificar el título, por supuesto.
La película retoma al Padre Dyer y el teniente Kinderman de la primera parte, que son muy amigos y comparten cine y charleta. En una de estas se lamentan de la serie de asesinatos que está cometiendo un tal Géminis. Durante la investigación, detectan que las huellas dactilares del autor de los crímenes, pertenecen al difunto padre Karras… ¿Escalofriante, verdad?.
No está nada mal la cosa. Como una muestra de cine policiaco, funciona, como peli de psycho killer, que incluso en algunos aspectos se adelantó al éxito del año siguiente, “El silencio de los corderos”, también funciona, y como película de terror, funciona menos, pero tiene momentos verdaderamente escalofriantes, como ese maldito Jesucristo de madera que abre los ojos…
Con aíres telefilemescos, la película se deja ver la mar de bien, y deja a la franquicia en un buen lugar, no como las dos mierdas que se rodaron quince años después, y que traen cola en su confección, como fueron “El Exorcista, el comienzo” del inefable Renny Harlin o “El Exorcista, la versión prohibida” de Paul Schrader. En el papel del asesino Géminis, tenemos a un excepcional Brad Dourif, que todavía hacía cositas antes de encasillarse de una vez por todas como “The voice of Chucky”.
Sorprendentemente, es una película muy maja.

lunes, 17 de abril de 2023

13 EXORCISMOS

Película de terror española de las nuevas hornadas, que toma como punto de partida un hecho supuestamente real de los que ocuparon páginas en la prensa recientemente, para adaptarlo al cine de manera impactante y comercial.  “Verónica” de Paco Plaza o “Malasaña 32 de” Albert Pintó serían dos ejemplos frescos.
“13 Exorcismos”se basaría en los casos de algunas posesiones demoníacas acaecidas en nuestro país, centrando su atención en un suceso con origen en Burgos, donde uno de lo 15 padres autorizados por el Vaticano para realizar exorcismos, Don Jesús Hernández Sahún, armó un cristo con una pobre niña supuestamente poseída por Satanás, cuando lo más probable es que tuviera la cabeza hecha jirones, que finalmente terminó suicidándose.
Así, en “13 Exorcismos”, tenemos a una adolescente que tras una sesión de espiritismo comienza a sufrir extraños episodios paranormales. La psicóloga de su instituto le advierte que nada de lo que está sucediéndole es real y que tan solo está ocurriendo en su cabeza, sin embargo, su santa madre, católica, apostólica y romana, prefiere pedirle segunda opinión a la iglesia que les enviará al padre Olmedo, exorcista, para que le saque el demonio del cuerpo a la chiquilla. Unas cuantas sesiones de contorsionismo demoníaco y de exorcismos no muy espectaculares, harán el resto.
“13 Exorcismos”, con su fotografía oscura y moderna —la guerra actual en el cine español entre directores de fotografía es si usan mucha o poca luz y, en consecuencia, o se pasan o no llegan—, sus movimientos de cámara entre lo sofisticado y lo vanguardista y sus efectos especiales —nominados al Goya—, sin duda, bien elaborados pero poco efectivos, es un aburrimiento fuera de todo precedente, un tostón que destaca sobre todo por su incapacidad de generar miedo y su desarrollo, tan poco atractivo que cada cinco minutos se le va el santo al cielo al espectador.
Y, más o menos, intuía que iba a encontrarme con algo así en cuanto decidí enfrentarme a la película, porque, cuando una de estas cintas de terror españolas está medianamente bien, el clamor popular se expande y llegan toda suerte de opiniones a nuestros oídos. Pero cuando pasa más bien inadvertida, como fue el caso de “13 Exorcismos”, es porque, a rasgos generales, suele ser más bien floja y no se escucha nada por ahí, ni bueno, ni malo. Sin embargo, la elección de José Sacristán como exorcista, que se ve que a sus ochenta y pico años ya le suda la polla si la película en la que aparece es o no cine de calidad y/o intelectual, me pareció de lo más acertada —porque al fin y al cabo es un excelente actor—, así que me senté a verla con cierta expectación. Y sí, mola ver a Sacristán de exorcista, pero es que las sesiones de exorcismo son tan sosas, tan poco espectaculares, que uno se queda igual por mucho Sacristán que esté ahí metiendo cruces en la boca de la chica poseída o pidiendo al demonio que salga de ese cuerpo en el nombre de cristo. Tampoco ayuda al disfrute la avanzada edad del actor que provoca que ya no posea en la voz esa fuerza característica de la que hacía alarde hace 20 años.
En definitiva, “13 Exorcismos” es una película del montón tirando a mala, cuyo máximo interés radica en ver a Sacristán en una de género puro.
Para gacetilleros del cine de terror de segunda y pajeros varios.
En nuestros cines apenas la han visto 108.000 espectadores, pero se ve que en Latinoamérica está haciendo algo más de ruido.
Dirige Jacobo Jiménez sobre un guion escrito a seis manos. Jiménez ha desarrollado su carrera en el cine como eléctrico y como parte del equipo de cámara o dirigiendo la fotografía, hasta que dio el salto a la dirección en un par de episodios de la serie “Jaguar” y, después, con esta película.

sábado, 20 de julio de 2019

SESIÓN DOBLE: LA CAZA + FRIEDKIN UNCUT

LA CAZA : En una guardería, una niña le dice a la directora que el hombre adulto que diariamente anda por allá echando un cable le ha enseñado la polla. Además, bien tiesa. Desde buen principio el espectador sabe perfectamente que es falso. El acusado es un tío majo y no ha hecho nada reprochable. Pero eso no le basta a sus vecinos y amigos que, cegados por el odio y la ignorancia, comienzan a señalarle como pederasta y convierten su vida en un auténtico infierno.
Thomas Vinterberg, colega de Lars Von Trier que se apuntó en su momento a la tonterida esa del "Dogma", se marca un dramón cojonudo. Impactante. Duro y angustiante hasta el tuétano y perfectamente interpretado por todos los actores, desde la misma cría al protagonista, un estupendísimo Mads Mikkelsen.
Tenso e intenso, lo que más me mola de "La Caza" es el retrato conciso y sin medias tintas que hace de la sociedad, dispuesta a demostrar lo peor de sí misma cuando cunde el pánico y se sube ciegamente al carro de la estupidez más profunda. Sin hacerse preguntas y pisándose los unos a los otros.

FRIEDKIN UNCUT : William Friedkin dispone de una carrera irregular. No todo lo que ha dirigido hasta el día de hoy es la hostia en patinete (su cacareado documental sobre un exorcismo real es del todo olvidable), pero algunos de esos títulos sí lo son. Todos los conocemos. Es un tipo con mil historias apasionantes que contar, una buena dosis de materia gris y una lengua algo descontrolada que aporta puntuales momentos de hilaridad a lo largo de este excelente documental. Uno que repasa toda su carrera (aunque se salta todos aquellos títulos que Friedkin ya suele ignorar por considerarlos malos o meros encargos sin interés) y la ilustra con algunas visitas a festivales (entre ellos, Sitges, donde se cruza con Dario Argento y se demuestran descontrolado amor mutuo). A todo ello sumen el infinito catálogo de radicales opiniones que Friedkin tiene sobre el mundo del cine y los críticos. Es muy fácil sentirte identificado con lo que suelta, echarte una risa regocijante e incluso aplaudirle con pasión.
Altamente recomendable.

lunes, 4 de julio de 2011

HYSTERICAL

Los Hudson Brothers eran un trío de mediocres comediantes/músicos (algo así como la “Trinca” nuestra pero en yankee) que asolaron los USA durante finales de los 70 luciendo looks de esos tan acordes a su época, mostachos enormes, greñas cutres, pantalones acampanados, cuellos de camisa tamaño Big Mac, etc, etc. Vivieron un éxito efímero, lo que no les impidió participar en un par de pelis, una de las cuales (en la que son absolutos reyes de la función) es esta “Hysterical”. Después de aquello su popularidad comenzaría a descender, aunque actualmente el legado de los Hudson sigue patente en Hollywood gracias a la actriz Kate Hudson, hija de uno de los hermanos, Bill, como resultado de su matrimonio con Goldie Hawn. ¡Lo que son las cosas del corazón en la meca del cine!.
“Hysterical” es, ante todo, una comedia, o mejor una parodia del cine de terror. La historia es lo de menos, ya que habla de la llegada de un escritor con problemas de inspiración a un pueblecito maldito por la presencia del fantasma de un farero (el inimitable Richard Kiel, el Tiburón de las películas de James Bond con Roger Moore) y su amante asesinada (Julie "Catwoman" Newmar). De por medio tenemos a dos “investigadores de lo paranormal” que acuden esperando desentrañar el misterio. Hasta ahí todo normal, pero la continua sucesión de gags idiotas o, ya directamente, la apabullante alusión a pelis del género (“El Exorcista”, “Tiburón” –por cierto, el actor que interpretaba al estresado alcalde en aquella, Murray Hamilton, repite papel aquí-, “Viernes 13”, con el tonto del pueblo que no cesa de soltar lo de “Estáis predestinados!”, “Poltergeist”, cualquiera de zombies...) y no tan del género (“Taxi Driver”, "El estanque dorado" o “En busca del arca perdida”, con los investigadores de turno disfrazados de Indiana Jones) hacen de esta peli un divertimento a base de humor extremadamente chorril (ver la secuencia de Drácula –interpretado por el actor de comedia Charlie Callas, habitual de Mel Brooks- para hacerse una idea) que, por lo menos, te entretiene durante sus 90 minutos. Curiosamente, en su momento se vendía como "para todos los públicos", aunque los chistes picantes y los tacos andan a sus anchas.
La película incluía un número musical con zombies bailoteando, finalmente extirpado. Sacro error, de haberlo dejado se habrían adelantado al famoso "Thriller" de Michael Jackson. Anda disponible en youtube.
No puedo resistirme a mencionar algunas joyas, tales como la escena del exorcismo, la absurda idea de que el proceso de transformación a no-muerto incluye que se te pongan las cejas blancas, se te suba el cuello de la camisa y digas “Me impogta un cagajo” (¿!!?), la cena durante la que el prota va siendo poseído poco a poco o, cómo no, la divertida canción que los hermanos Hudson improvisan delante de los zombies porque, dicen, “La música les amansa”.

¿A que te mueres por verla?.


Para ilustrar la reseña he puesto el cartel que veis porque me encanta... pero si somos justos, este que hay aquí debajo (escaneado de mi flamante VHS) fue con el que se la conoció durante su fugaz estreno (y su periplo videográfico). Y también mola, claro.


lunes, 27 de mayo de 2024

A MEIA NOITE LEVAREI SUA ALMA

Me declaro fan del mito brasileiro José Mojica Marins alias Zé do Caixao, me fascinan todas y cada una de sus películas —solo me faltan tres o cuatro por ver— y. sobre todo, me fascina la forma en la que une elementos de cine de terror con un rollo más experimental (que uno no sabe muchas veces si ese tono arty es consecuencia del bajo presupuesto o una intención genuina, lo cual hace que me fascine aun más) Me encanta cuando se pone en modo megalomaníaco e interpreta a sí mismo en crisis de inspiración y atormentado por su propia creación, José el de los ataúdes, como en, por ejemplo, “Exorcismo negro” Pero cuando de verdad me parece un individuo muy apto es en el momento que se pone a hacer cine de terror convencional. En ese sentido, “A meia noite levarei sua alma”, es, sin duda, una de mis películas favoritas, no ya de cine de terror, sino de cine en general.
Verdad o mentira, Marins siempre cuenta que, sumido en la depresión a causa de no poder llevar a cabo las financiaciones para sus proyectos y en la más absoluta ruina, un buen día, delirando como un anormal, soñó con un tipo que, vestido de enterrador y con sombrero de copa, le arrastraba hacia su propio ataúd. Y que justo ese enterrador era Zé do Caixao. Demasiado onírico para creérselo del todo, pero bueno, aceptaremos lo del sueño como génesis del personaje. Rápidamente tenía un proyecto que ofrecer a los productores y que se materializaría en la película que nos ocupa, tras vender José su casa y su coche para financiarla, probablemente la primera película de terror del cine brasileño, con un plan de rodaje de tan solo trece días y siendo el debut en la pantalla de un mito que, salvando las distancias (y aunque lo llaman irritantemente el Freddy Krueger brasileño) podría formar triunvirato con los mitos del horror latino (esto es, junto a los Templarios y Waldemar Danisky) así como formar parte de los monstruos modernos (Jason, Michael Myers, Freddy, Chucky y hasta Candyman…) y no, como sus más acérrimos defensores sostienen, de los clásicos (Momia, Drácula, Frankenstein…) Eso sería jugar en otra liga.
A título personal considero “A meia noite levarei sua alma” una obra maestra, cuyos visibles y evidentes defectos (mala iluminación, saltos de eje, raccord o desenfoques criminales) no hacen más que otorgarle un estilo siniestro y desasosegante. Quizás ese ambientillo salio de chorra por tratarse de la primera vez que Marins abordaba el género, porque lo cierto es que, posteriormente, ninguna de sus películas, teniendo todas y cada una su punto, serían ni parecidas a esta.
Zé do Caixao es el enterrador de un villorrio de Sao Paulo que tiene atemorizados a todos los habitantes, por su ateísmo, su nivel de chulería y su violencia. Asimismo, la obsesión de este es la continuidad de la sangre, es decir, dejar un legado a través de un hijo. Pero para eso su esposa Lenita, a la que tiene esclavizada, no le sirve. Terezinha, la novia de su amigo Antonio, es buena para la crianza, por lo que, en su obsesión, va a asesinando a todos sus allegados para así, tranquilamente, poder violar a Terezinha y engendrarla. Por el camino, el blasfemo Zé do Caixao hará tanta maldad como pueda y desafiará a los mismos muertos, para dejar claro que es, ante los ojos de dios y de los mortales, un ser superior.
Como os digo, una maravilla.
Sin embargo, es muy curioso el lugar que ocupa esta película en lo que es la cinefilia en general, porque si bien es cierto que, según donde, está súper bien considerada (a mí me parece magnífica), por otro lado la crítica un poco más generalista dice que hay mucho flipado al respecto y que “A meia noite levarei sua alma” no es para tanto. Regis Tadeus, periodista principalmente musical pero conocedor de la materia, dice que la película tiene mucho valor, sobre todo, por lo que Mojica Marins fue capaz de hacer con un presupuesto irrisorio, pero que el culto que se le rinde se ha ido de madre, habiendo gente que la considera un clásico cuando en realidad no es más que una película barata y resultona.
En cualquier caso, y tras los muchos problemas que tendría Mojica Marins el resto de su carrera con la censura brasileña (“A meia noite…” lo sufrió especialmente, no por que mostrara violencia salvaje y misoginia, sino por el mensaje blasfemo), lo que sí que es cierto, muy por encima de la calidad de su obra, es que consiguió crear un personaje fascinante y con un carisma arrollador capaz de generar todo tipo de merchadising, ya sean muñequitos, comics, fiambreras o discos de samba con la “Sambinha do Zé do Caixao”. El culto que le rinden al personaje un nutrido número de grupos de metal brasileño es abrumador, del mismo modo que lo es el curioso caso de una empresa de pompas fúnebres que puso al negocio el nombre de Zé do Caixao.
En cuanto a “A meia noite…”, su rodaje está lleno de leyendas, sean auténticas o no. Como aquella que dice que cuando el director de fotografía se negó en rotundo a rodar una secuencia por falta de luz, José Mojica Marins le obligó a punta de pistola —con los años Marins no desmintió esta anécdota, aunque sí aseguró que no era un arma real, sino parte del atrezzo—, o aquella que dice que la araña morunga con la que Zé asesina al personaje de Terezinha era de verdad (cosa que, evidentemente, se ve en pantalla). También es célebre la historia que cuenta que, como tenía un estudio alquilado para rodar los interiores —toda la peli, salvo un par de exteriores, está hecha en el estudio—, mandó a su equipo a robar árboles a la plaza del pueblo para atrezzar el cementerio, con tan mala suerte de que les pillaron y tuvieron que rendir cuentas ante la justicia por robo de flora comunitaria.
Por otra parte, una de las características del personaje de Caixao son sus enormes y desagradables uñas. Lo cierto es que, para cuando Marins rodó la película, tan solo tenía las uñas de los pulgares un poco largas, el resto las llevaba cortadas a ras del dedo, por eso tuvieron que ponerle unas falsas en maquillaje. Las que vemos en pantalla no son de Marins. En películas posteriores sí serían genuinas, Marins se las dejó crecer hasta una longitud absurda y un aspecto repugnante, que le iban muy bien al personaje, pero que, por otro lado, eran una puta guarrería. Tardaría muchos años el cineasta en cortárselas, y tan solo lo haría cuando las continuas roturas estaban mermando el aspecto de las mismas.
Por otro lado, en un principio Marins quería haber hecho seis películas de ficción sobre el personaje, ambientadas en el universo Zé do Caixao propiamente dicho. Pero, debido a las dificultades que el director siempre tenía a la hora de levantar una película, estas se iban posponiendo hasta tener que abortarlas. Sin embargo, cada vez que conseguía levantar un proyecto, de algún modo incorporaba a Zé do Caixao en el mismo, aunque de forma onírica o como personaje siniestro que pasaba por allí, nunca en continuidad con la historia inicial del enterrador que busca la mujer perfecta para engendrar a su vástago. Y esto me resulta harto curioso porque, aunque en la filmografía de Marins existen ocho títulos con la presencia de Zé, solo tres serían oficiales; esta “A meia noite levarei sua alma” de 1964, la que le sigue, “Esta noite encarnarei no teu cadáver” de 1967 y,  rodada 40 años después, “Encarnaçao do demonio”. Eso sin contar las películas de otros directores que también incluían a Zé do Caixao en sus historias (por ejemplo “O profeta da fome” de Maurice Capovilla… un film francamente engañoso porque solo cuenta con Marins como actor, interpretando a un tal Fakir Ali Khan, pero en el póster promocional aparece con su sombrero de copa y su capa, para que todo parezca indicar que estamos ante una película del personaje. Una engañifa brasileira) o la infinidad de cortos o videoclips en los que participó el bueno de José de los ataúdes.
En definitiva, un universo apasionante el de Mojica Marins. Para los que no tengan intención de iniciarse ni por el forro, pero sí sientan algo de curiosidad, recomendarles que vean “A meia noite…” porque, sea como sea, lo que sí que verán es una buena película. El resto, bueno, es otro rollo. Pero esta es una imprescindible.
Por cierto, en 2015 la televisión brasileña produjo el biopic sobre José Mojica Marins en formato serie de siete capítulos, que ahonda en su vida personal así como en la obsesión con su personaje más popular. De momento no he podido dar con la forma de verla, pero lo cierto es que me cago de ganas.