viernes, 14 de marzo de 2014

DRAGON BALL ZERO

De título original “Deuraegon bol: Ssawora Son O-gong, igyeora Son O-gong”, “Dragon Ball Zero” es la más celebre de las películas que adaptan el Manga de “Bola de Dragón” al “Live Action”, que al igual que su prima-hermana Taiwanesa (que llegó a nuestros videoclubes, incluso) “Bola de Dragón: La película” quebranta, por doquier, todo aquello del Copyright, ajenos en el momento de su concepción, quizás, a que la fama de estas películas se extendería mundialmente, debido a los, también, mundialmente famosos personajes que expolia. A día de hoy, desconozco como acabaría legalmente todo este asunto de los “Dragon Ball” Chinos, pero no se por qué me da, que no pasó absolutamente nada. Y ahí están.
“Dragon Ball Zero” se centra en los primeros capítulos de la franquicia, apareciendo gran parte de los personajes de esa etapa, con la particularidad de que, al igual que la versión Taiwanesa, es todo cutre hasta más no poder. Más incluso que la Taiwanesa, que entre unas cosas y otras, tiene unos efectos especiales más o menos chulos. En esta, el peinado de Son Goku se soluciona con toneladas de laca,  los personajes no humanos con peluches de los mismos,o si no son peluchitos en si mismos, con caretas de látex que mueven torpemente los labios, pero que ojos, cejas o músculos faciales, permanecen totalmente inmóviles.
La historia es lo de siempre; Son Goku se encuentra con Bulma en el bosque, la cual tiene una de las siete bolas de Dragón que harán que, si logran reunir las siete, el Dragón Shenron les conceda un deseo. Así pues, se ponen manos a la obra con la búsqueda,  encontrándose con infinidad de personajes durante el camino e infinidad de peligros, lo que les complicará las cosas.
Siendo torpona, cutre, y larga –dura 107 minutos o así- lo cierto es que resulta bastante más entretenida que la Taiwanesa, que era un coñazo absoluto, a pesar de tener mayor sentido del espectáculo y, presumiblemente, más presupuesto que esta (no mucho más), además de ser la favorita de los fans porque es, de todas las versiones, la más fiel al manga original.
Yo, sin ser fan, sin haber visto ni un solo capítulo de la serie de dibujos animados, la encuentro bastante del montoncillo, salvándola solamente por mítica, porque está entretenida y porque, efectivamente, todas esas caretas, disfraces de transformes, o señores a cuatro patas disfrazados de tortuga, hacen que la vea con la sonrisilla en la boca.
Como curiosidad, decir que el actor que interpreta al Maestro Tortuga, Hyung-rae Shim, aparte de ser una especie de Millán Salcedo Sur Coreano, es también el director de películas mainstream tales como “Dragon Wars” o “The Last Godfather” junto a, y con Harvey Keitel y Jason Mewes.
Por su parte el director Ryong Wang, actor, especialista y creador de efectos especiales, no volvió a dirigir ni una sola película más. Por algo será.
Decir también, que hay una versión americana mainstream, de millones de dólares de presupuesto, que ya quisiera tener la mitad de gracejo y desparpajo que cualquiera de las versiones Chinas. Me refiero a “Dragon Ball Evolution” de James Wong. Ahora, mi pregunta es ¿Por qué no hacen un “Live Action” fiel y en condiciones en Japón, país originario de toda esta imaginería?
Como curiosidad, se le puede dar una oportunidad.