lunes, 10 de marzo de 2014

RETO AL DIABLO

Tras la muerte de algunos sacerdotes en una Iglesia de Nueva Orleans, en círculos religiosos se especula con que es posible que entre esas paredes habite el diablo, por lo que se le asigna a esta iglesia un nuevo sacerdote, al que han elegido porque cae de una altura de diecisiete pisos y no le pasa nada, que, escéptico perdido, investigará esas posibles “satanadas”, hasta llegar a un encuentro final con el maligno.
Thriller de corte Satánico en el que predominan un ritmo desesperanzadoramente lento, una serie de conversaciones interminables que comprenden el 85% del metraje, un erotismo forzado a más no poder y  un aburrimiento solemne.
La gracia está en que esta película es consecuencia del éxito de  “Waxwork: Museo de Cera”. Gracias a esto, sabedora la “Vestron Pictures” que, en los parámetros en los que ellos se movían, el terror era una baza Segura, y teniendo en cuenta que producían este “Reto al diablo” que en realidad se trataba de un thriller que en ningún momento quería juguetear con el terror, escrito por el prestigioso Phillip Yordan (que ya había perdido el prestigio y ya había participado, directa o indirectamente en el guión de “Noche en el tren del terror”) y dirigido por Camilo Vila, destrozaron la idea original inicial, pasándose por los cojones el material rodado, y encargando a  Bob Keen, por entonces en la nomina de “Vestron”, rodar material adscrito al terror, confeccionando un final espectacular con unos cuantos demonios de látex  y un poquito de Gore, para vender la película a su público potencial, previa negativa del director a rodar toda aquella majadería.
Imagínense la gracia que le haría a Camilo Vila, ver todos esos muñecajos enfrentándose al cura protagonista.
Y aunque, exceptuando el final, el resto del metraje no fue alterado por la “Vestron”, lo cierto es que da igual  ese final lleno de demonios y excesos; la película es una pedazo de mierda de manera original, con insertos, o como cristo la fundara, que Camilo Vila lo que quería hacer era un “El corazón del Ángel” y no le sale ni a la de tres, así que no pasa nada. Así al menos, queda un producto absurdo.
Como en principio se trataba de hacer algo respetable, el casting está lleno de nombres prestigiosos como puedan ser los de Trevor Howard, que moriría al finalizar el rodaje, Ned Beatty o Ben Cross, quizás un poco menos prestigioso que los otros.
Por su lado, Camilo Vila, pese a sus pretensiones, no ha hecho más de dos o tres películas, que además, para más inri, son igualmente unas caquitas infames.
Con todo, la película llegó a nuestros cines, con una campaña de publicidad acojonante para un producto de estas características. El horroroso póster estaba en todas las revistas, en todas las marquesinas, y en todas las putas partes.