Deberían hacer un estudio sociológico para descubrir por qué el género de los cocodrilos asesinos tiene tanta aceptación. Da igual si hablamos de grandes productores o compañías modestas, aquí todo el mundo se apunta a esto de hacer películas de reptiles a los que les encanta comer carne humana. Y lo más curioso, es que yo estoy entre ese público incondicional.
A la vez que sonaba "El territorio de la bestia" (me niego a enlazarla otra vez a su reseña en este blog, ¡lo he hecho ya unas cuantas veces!), lo hacía también este "Primeval" de absurdo título Español. Decía el dire de la primera, Greg McLean, que la peli en cuestión era "Una basura". Francamente, vistas ambas, no veo que sean TAN distintas como para que el australiano crea que su aportación merece mayores elogios, ¿o es que se cree que lo suyo es un drama victoriano?. En fin.
Basada en hechos reales (y después de verla, deduces que muy libremente), el film narra las desventuras de unos periodistas (dos de ellos guapísimos, claro) que, liados con un cazador y un guía, parten para África con la idea de capturar vivo, y documentarlo, a un cocodrilo enorme que se está zampando a la población al completo. Así de trillada es esta premisa, que llegada la hora de proyección, da un pequeño giro argumental, olvida al animal, y se centra en las calamidades que causa el dictador de turno y cómo estas afectan a los protas, quienes muy ingeniosamente, se valdrán del cocodrilo asesino para solventar sus problemas. Esta idea, por chorra que suene, hace que "Primeval" se aparte un pelín de la rutina imperante en esta clase de películas. Eso si, al final pierden un poco los papeles, pero nada grave.
Por lo demás, pues lo de siempre, pero bastante bien hecho. Los efectos especiales no son perfectos, pero cumplen, hay algo de sangre y algunos sustos que funcionan de maravilla, como la secuencia de la niña que nada plácidamente en busca de su muñeca, que flota en pleno río. Mal hecho. Del reparto destaco, a gusto personal, al siempre interesante Jürgen Prochnow y a Orlando Jones, como contrapunto humorístico y no especialmente molesto. Del dire no había oído hablar en mi vida, y es que su especialidad es la caja tonta.
Puro cine de entretenimiento fast food... veo, disfruto razonablemente, lo cago... y me quedo tan ancho.