domingo, 4 de enero de 2009

PERROS CALLEJEROS II : BUSCA Y CAPTURA

La segunda entrega de la saga comienza con el final de la primera proyectándose en una pantalla. El propio José Antonio De La Loma aparece vanagloriándose de lo bien que le ha quedado la película y pregunta al “Cornetilla”, que está ahí con él, como es que “El Torete” no ha venido a verla. Le responde que es porque anda en busca y captura. Y, así, se da paso a una persecución en la que se nos presentan los títulos de crédito.
Esta vez con mas ficción que realidad, nos hacemos la picha un lío con el tema de los motes, pues si al prota, de vez en cuando, le llaman "Torete", la mayoría de las veces responde a “El Trompeta”, aunque sea Ángel Fernández Franco -"El Torete"- 
interpretándose a sí mismo. Luego, al que en la anterior entrega llamaban “El Fitipaldi” para la ocasión da vida a “El Choto”, que en la previa hacía de “El Corneta” (o sea, que hacía el papel de Ángel Fernández Franco en la primera, ya que, se supone, este estaba actuando como “El Vaquilla”), aquí se hace llamar “El Mandarina”. También tenemos a “El Pijo”, pero no es el maromo que aparecía en la anterior, esta vez lo interpreta un actor... y por fin vemos a “El Vaquilla” encarnado por el francés Bernard Seray (!!!) que repetirá en la siguiente entrega de la saga. Un lío espantoso, carente de sentido, que a poco que te enteres un poco de que va la cosa, te vuelves a perder con otro mote.
Después de ver como los macarras hacen mil y una fechorías, al "Trompeta" y al "Pijo" se les acusa de un asesinato que no han cometido y tienen que recurrir a José Antonio De La Loma, para que les saque del lío.
La peli está entretenidilla, tiene buen ritmo y altas dosis de acción, pero si en "Perros Callejeros" se endiosaba al delincuente, en ésta ya se nos dice que son buenos chicos y los malos son los demás.
De La Loma tiene gran protagonismo en esta cinta, presentándose con todo el morro el gran justiciero, el director de cine que va a defender a un macarra acusado de asesinato, sea cierto o no. Lógicamente, el "Torete" es inocente, un tío muy majo (¡hay que joderse!), lo que no impide que, por segunda vez en una pantalla, Ángel Fernández Franco muera de forma violenta.
Quedaría otra entrega más, que esa sí tiene tela....