viernes, 17 de diciembre de 2010

MADRES CANIBALES

Les confesaré algo, que viene a decir dos cosas: Cuando he decidido ponerme con esta reseña, he tenido que buscar la sinopsis de esta película en Internet. Y eso que he visto la peliculucha dos veces… ¿y esto que quiere decir? Pues que, o yo no me entero de nada, o esta película está tan mal explicada, que tienes que intuir el argumento.
Bien, yo ahora les voy a hacer la sinopsis que haría, si no hubiese consultado la red de redes: Sin motivo aparente, las amas de casa, comienzan un buen día, entre mucho paliqueo previo, a comerse a sus hijos, mira tu por donde, todos ya bastante creciditos. ¿El motivo por el que se transforman en diabólicas caníbales? No nos queda claro.
Tras consultar la sinopsis en Internet, descubro que lo que les pasa a estas señoras, es que el maromo que se las tira durante la primera parte de la peli (un menda bastante garruler que se acuesta con las amas de casa) les transmite una extraña enfermedad venérea que las hace convertirse en las madres caníbales. Pues lo dicho, o tengo déficit de atención (que puede ser) o es tan rematadamente mala, que el director no ha sabido explicar algo tan sencillo como esto.
En cualquier caso da igual, porque la película, es tan SUMAMENTE HORRENDA, que no llega a ser buena ni para risas.
Eso si, la labor de maquillaje, así como sus látex varios, son simpáticos, al igual que esa madre que abre la boca mucho, que aunque se nota que es un “animatronic” muy chusquero, provoca hasta mal rollo.
Ahora, a la película en general, le tengo mucha simpatía. Por mala. Verán, es muy fácil reírse con una de aquellas de “tan malas que son buenas”, te lo pasas bien, tienen frases memorables, escenas de llevarte las manos a la cabeza… lo dicho muy fácil reírse de ellas (Como dijo un individuo en youtube, sobre esta video-reseña). Pero zamparse una peli que no estás entendiendo, resoplar de agobio, y que encima, las escenas con chicha, las únicas por las que merecería la pena aguantar, tampoco merecen el visionado, para eso hay que tener un par de huevos. Y por eso me caen bien esta (u otras) películas horrendas. Son las feas de la manada, las que no entran ni en el saco de las “malas que dan risa”, las que no conservas en tu colección, a pesar de que presumes de ser eso que llamáis “cinefago”. A esas, que tiras a la basura o borras de tu disco duro, por inaguantables, yo tampoco las aguanto, pero me caen bien. Seguro que su director, le puso todo el cariño y el esfuerzo a la hora de rodarlas… o quizás no, en cuyo caso, se merecen mas aun mi simpatía; no las quiere ni su director.
En este caso, el dire de esta, es un tal James Aviles Martin… exótico e Hispánico nombre.