viernes, 17 de diciembre de 2010

TRAMPA INFERNAL

Dos jóvenes a los que les gustan las experiencias extremas, deciden apostar un dinero que se llevará el primero que caze un oso, para ello se van al bosque. El caso es que son idiotas, porque pronto empiezan a percibir presencias, y uno de ellos aclara, que es que en ese bosque habita un tal Jesee, un gringo que está enajenado y vive en el bosque pensando que está en guerra. Y aun así se quedan allí (¡)… así que la mayoría morirán despedazados.
Una película Mexicana que anda entre el “Survival” y el “Slasher”, con un “Slasher-man”, que es lo único que merece la pena de toda la película, más que nada por su look fardón y plagiador… digamos que se me marcan un Psico-Killer con retazos de otros. Un puzzle. Así a la corpulencia de un Jason Vorhees, se la añade una mascara a lo Michael Myers, al que le ponemos una peluca rubia y rizada (en eso se parece a Bisbál) y las garras de Freddy Krueger (¡pero con sierra!) y que además utiliza una serie de armas que recuerdan a Rambo… pues fijense, a mí la mezcla me parece la hostia de atractiva.
Y los asesinatos, visualmente, también me han dejado satisfecho (¡¡¡hay un rebanamiento de garganta cuyo salpicón de sangre, llega hasta el cielo!!!). Lo malo es todo lo demás, que es en demasía aburrido y soso. Hay que aguantar los paliques de estos putos pinches pendejos (y además chingones) hasta que a Jesse, le da por hacer acto de presencia.
Si, hay algún escotazo y bañadores sugerentes, pero también hay celulitis. Y también hay estúpida historia de amor, en la que la hembra es la que piensa con la cabeza, y el macho con los músculos. Lo primero para estos machos, es hacer alarde se su bravuconería. Luego, cuando tengan la cabeza del oso en su pared, entonces si, les pueden hacer la felación.
En las tareas de dirección Pedro Galindo III, responsable de la afamada saga de SIETE EN LA MIRA entre otras tantas, y con una carrera escueta para lo que suelen ser estos artesanos Mexicanos. Se ve que en el mercado del “Home Video”, Galindo no ha estado presente.
¡Ah! Y el cartel me parece cojonudísimo…