viernes, 17 de diciembre de 2010

DOCTOR GORE

¿Ventajas de pasarse un día entero en cama afectado de tos, mocos y dolores varios?, que tienes más tiempo para leer o ver películas. Incluso aquellas que hace años guardas en tu disco duro y siempre te había dado pereza visionar. Hoy mismo he roto la maldición que me impedía sentarme frente al televisor con "Doctor Gore". Milagros del mal estar, amigos.
"Doctor Gore" es una de esas pelis de "culto" horripilantes con una curiosa historia detras. Su director, guionista, técnico de efectos especiales y actor protagonista es J.G. Patterson Jr. El Sr.Patterson tiene en su currículum haber sido el chico de los trucos y del café nada menos que para el mítico Herschell Gordon Lewis, "el padrino del gore". Un buen día a Patterson le entró el mono de hacer su propia peli y parió "The Body Shop", la historia de un científico que pierde a su mujer en un accidente. Tan enamorado está, que decide reconstruirla a base de trozos de otras hembras.
Naturalmente, teniendo en cuenta las condiciones del rodaje (presupuesto ultra-bajo), el año de filmación (1973) y el bagaje técnico de su "auteur", el resultado es lo que es, un estropicio tremebundo. El caso es que por alguna extraña razón, "The Body Shop" se perdió en el limbo de las pelis olvidadas, hasta que en los 80 alguien la localizó y decidió relanzarla en vídeo, cambiando su título por el de "Doctor Gore" y añadiendo una introducción del propio Herschell Gordon Lewis comentando las bondades de su ex-aprendiz.
Bien, ya sabéis la cantinela: El público que dícese amante del "trash" es en realidad gente que no sería capaz de soportar cine genuinamente "trash", tan genuino como este "Doctor Gore" que, evidente es, inspiró a Frank Henenlotter para rodar su "Frankenhooker" (justamente, muestra palpable de lo que no es "trash" de verdad y sí "trash" maquillado), ya no solo por las coincidencias narrativas y por la utilización de maniquíes, también por el más que conocido amor que Henenlotter procesa al cine "trash" (el de verdad, digo), exploitation y etc y, concretamente, a Herschell Gordon Lewis y su universo, a quien no solo ha dedicado un documental recientemente, también su peli de debút, "Basket Case" (ojo a los créditos finales).
Teniendo ello en cuenta, lo que "Doctor Gore" nos depara es aburrimiento extremo, ausencia total de ritmo, recreación casi pornográfica en el gore, sí (que para ser artesano, está muy bien facturado), pero también en las actividades más poco interesantes. A todo ello debemos añadir los ho/errores propios de esta clase de films (cadáveres que respiran, actores pésimos moviéndose acartonadamente y que miran a cámara, esos escalofriantes peinados setenteros, diálogos absurdos, etc...) y sus tics (la manía de incluir, para alargar metraje, números de cabaret o actuaciones. En este caso tenemos a un country-crooner que se marca unas cuantas canciones muy babosas). El soundtrack está compuesto a base de órgano y es del todo rayante.
Sin embargo, el aspecto más risible e inverosímil se lo lleva el propio J.G. Patterson Jr en su faceta actoril, un tipo bastante horrible (de feo) y de edad respetable que se liga a las mozas más jovenes y atractivas con la facilidad con la que yo me tiro un cuesco de buena mañana.
Con todo, "Doctor Gore" no deja de ser una curiosidad, eso sí, reservada a muy estudiosos del fenómeno exploitation, a individuos muy pacientes o a enfermos de gripe.