“Lilian, La virgen pervetida” se concibió como película “S”justo en el momento en el que las salas “X” se legalizaron en nuestro país, con
lo que estrenar una película erótica, y más cuando lo que se anda buscando es
la pasta, no tenía ningún sentido. Así que, deprisa y corriendo, Jess Franco
grabó un par de escenas explícitas con sus actores de confianza, José Llamas y
su compañera Lina Romay y las insertó ahí de mala manera. Esto convierte la
película en una cosa rara, porque como película porno, toda la trama y el rollo
dramático y descarnadamente cruel sobra, y como película dramática, lo que sobra es la pornografía. Personalmente, si no se hubieran
incluido esos insertos, yo creo que estaríamos ante una buena película de
Franco. Todo lo buena que pueda ser una de sus películas, claro.
La película nos presenta a una de esas actrices de las que
el tío Jess se enamoraba constantemente, la alemana Katja Bienert, menor de
edad y que iba con su madre a todos lados (por lo que si algún caradura del set
se la quería tirar, lo tenía crudo) que interpreta (es un decir) a la joven
virgen que es, más que pervertida, forzada por estos caprichosos ricachos. En
la piel de estos, Lina Romay y Emilio Linder.
Linder se enfadó muchísimo con Jess Franco, porque el firmó
un contrato para actuar en una película “S” (ya había rodado unas cuantas) en
la que hay simulación de coito, pero realmente ni se tocan, e incluyó insertos
porno justo en sus escenas con Katja Bienert, lo que propició que la gente se
creyera que el actor había realizado porno. A día de hoy, se queja de esto,
pero lo cierto es, que en “Una rajita para dos”, se ve claramente como el actor
practica sexo delante de la cámara, con lo que su rabieta se queda en tierra de
nadie. Linder hizo porno, diga lo que diga.
Por otro lado, tenemos el agitanado rostro y afilada polla
de José Llamas (no confundir con “Pancho” de “Verano Azul”, que es José Luis
Fernández… lo digo, porque hasta ahora yo creí que José Llamas era él…).
Tenemos a Antonio Mayans haciendo del
agente Mario Pereira, que se llama Mario como se podía llamar pedro, pero que
és Al Pereira. Y es que el “Universo Pereira” es muy raro. Cambia de nombre,
mote, género, como le da la gana, pero siempre nos podemos hacer una idea de
cuando Mayans está interpretando al “famoso” detective. Y el propio Jess Franco
tiene un papel de importancia, que para nada era mal actor, al contrario, tenía
una fuerte vis cómica cuando tocaba –no le juzguen por los chistes malísimos de
sus guiones, sino por su presencia cómica en pantalla- y potencial dramático
cuando se prestaba, como es el caso, dónde interpreta al amigo de Pereira que
se lamenta de que “es monstruoso que la juventud se drogue de esta manera”.
Así pues, como el producto final es claramente pornográfico,
podemos decir que se trata de su mejor película pornográfica, con una
ambientación y una atmósfera enrarecida y sórdida, haciendo un uso
indiscriminado del gran angular, sin
venir a cuento, solo por usarlo, que la convierten, también, en una de sus
mejores películas en general.