viernes, 30 de mayo de 2014

THE FROGGY SNUFF MOVIE ZERO

Del amplio espectro que deja el Underground por el planeta, y más del de habla hispana, la ultima película que he visto que me ha llamado la atención es este “The Froggy Snuff  Movie Zero” desde Argentina. Un verdadero ataque a los nervios y un sentido del humor con el que en algunos momentos me he sentido, incluso, identificado.
Se ve que el director del tinglado, Federico Tarantola, durante años estuvo realizando cortometrajes animados de corte experimental, con medios que cualquier usuario de windows pueda tener a su disposición, usando en montaje montones de efectos y mezclando imágenes, músicas y sonidos hasta completar unas piezas, por lo menos para el que suscribe, muy interesantes, porque ponen a prueba los sentidos. A estos cortos los iba numerando y titulando“The Froggy snuff”. Lo que me llama poderosamente la atención de estos cortos, es que, muchos de ellos, por no decir que prácticamente su totalidad, contienen las mismas imágenes grabadas (y luego animadas) del primer corto y, sin embargo, y teniendo en cuenta que son cortos a base de mezclar imágenes, anarrativos y baratos, logra no repetirse. Las piezas son de un experimentalismo que roza lo insoportable, y su estilo, aún totalmente contemporáneo y basado en la informática, los videojuegos y la cultura pop,  recuerda un poco al de un Jeff  Keen de la buena época.
Y claro, teniendo en cuenta la procedencia experimental y argentina del producto, cabía esperar un trabajo pedante, pseudo intelectual y que tirase de espaldas, como todos los cuece habas que le dan al experimental, que son unos redichos y unos posers a los que reventaría la cabeza a puñetazos sin problemas. Pero no. Se trata de cine experimental rodado por un cafre de mucho cuidado, sin una gota de pedantismo, mucho cachondeo y muy de agradecer.
Así pues, “The Froggy Snuff Movie Zero”, es un recopilatorio en forma de largometraje de todos los cortos que Fede Tarantola rodó bajo el nombre de “The Froggy Snuff” y que van conectados con un nexo de unión. En la película, figura que estamos viendo una especie de programa de televisión infantil, en el que nos van poniendo “Dibujitos animados” como dicen en la propia película y que vendrían a ser los cortos de los que he hablado antes. Y entre medias, concursos, locuras y chistes protagonizados por un maestro de ceremonias con sombrero de copa, que entre corto y corto le rellena un vaso de leche a un niño que tiene ahí flipando, al que le echa cada vez una droga distinta a la par que da paso a un tío con cresta (el propio Tarantola) que explica cosas raras de no se que hostias con la leche.
Lo bueno de todo este material que sirve como nexo de unión, es que, filmado con pura Mini-DV, está grabado en una habitación cualquiera, a la que los rótulos del programa que se supone que vemos son folios escritos con rotulador, el atrezzo que usan está comprado en un chino y no disimula su condición pobre, amateur y desenfadada. Vamos que se nota que está grabado en casa de uno, e incluso, se enorgullece de ello. Amén del surrealismo de todas estas escenas de en medio, que alcanzan cotas de locura como no he visto yo jamás en el cine hecho por aficionados.
Así pues, una bocanada de aire fresco en el panorama underground y en el panorama experimental, que he disfrutado con todos los sentidos, y que me ha dejado fascinado, maravillado, y con ganas de ver más cosas de este director, que no es más que lo que vemos, ni va da nada más que lo que es.
Una absoluta locura, que no recomiendo más que a los iniciados. Los amantes del cine experimental que se abstengan, porque este tipo no solo no busca mensajes profundos en su cine, sino que, además, se lo toma a cachondeo. Él no lo sabe, pero se ha reído, se ha cagado más bien, en todos esos artistas y directores experimentales profundos, que al final no son más que unos gilipollas.
Y los no acostumbrados más que al cine estándar, ni se les ocurra verla.