jueves, 8 de mayo de 2014

TÚ Y YO

En España hubo un tiempo en el que  las películas más taquilleras, no eran las que protagonizaban los actores, si no los cantantes. Manolo Escobar, Rocío Durcal, Peret, Julio Iglesias, Raphael, Marisol… todos ellos gozaron  de una carrera fructuosa en el mundo de la música, que se vio complementada con otra carrera cinematográfica. Algunos de estos cantantes, no podían ni vocalizar y había que doblarlos, pero otros como Manolo Escobar, se prodigaron como excelentes actores de comedia con largas y exitosas filmografías a sus espaldas. “Tu y yo” vendría a ser el equivalente actual a aquel entrañable cine, quedando, no obstante, muy lejos de todo eso.
Cierto día, de estos que estás haciendo zapping en televisión, escuché decir a David Bisbal, que había hecho un cameo para una serie argentina, que él, la espinita que tenía clavada, era la de la interpretación, y que recuerda cuando era niño, como le gustaban todas esas películas para lucimiento de cantantes, y que era una pena que esa tradición, tan de aquí, se hubiera perdido. Con eso, lo que el cantante quería decir es que mataría por protagonizar una película para lucimiento propio.
Unos años después, algún gerifalte de “Universal”, su sello discográfico, ha debido escuchar sus súplicas y como estaba en cartera el nuevo disco del “triunfito”,  ejecutó un plan, supuestamente, maestro para promocionar el disco y a la vez, contentar los caprichos de su artista: Rodar una película en la que Bisbal canta mogollón de temas del disco, y donde se luce como actor. Mata varios pájaros de un tiro porque, por un lado se saca de la manga una peli, por otro, los video clips publicitarios saldrían, a su vez, de esa peli y por otro, es publicidad para el disco, por la que el público también tendrá que pagar… vamos, esto es un as en la manga, porque en caso de recuperar el presupuesto, la publicidad les sale gratis…y es de suponer que aquellos que compren el disco, irian también a ver la peli, ergo, el disco facilita la publi de la película. Todo muy bien pensado.
Eso si,  los tiempos que corren en cuanto a los gustos del gran público, han cambiado mucho, por eso, y siendo esto un experimento, solo se gastaron en la película 160.000 €, lo que es una miseria, no fuera que no recuperaran. Y siendo un mediometraje al que le faltan cinco minutos para ser un largo, en taquilla, creo que te cobran lo mismo que por una peli de tres horas… en cualquier caso eso es lo de menos. De estreno reducido (aunque estrenada en infinidad de salas) su exhibición, al menos durante un par de semanas, se reduce  a una media de pase diario. Supongo, que si el disco  culpable de todo esto ha sido un éxito de ventas, la pasta que costó hacer la peli habrá sido recuperada, seguro, aunque también es cierto, que pasadas las dos semanas iniciales, ya no permanece la película en cartelera, así que a saber. Supongo que si hubiera ido bien, bien, se habrían ampliado pases.
La película cuenta como David Bisbal se enamora de una muchacha súper guay, descarada y chachi-piruli de alocada, que un buen día aparece en su caravana cuando este está de gira. La muchacha es un poco subnormal, e insta al artista a hacer cosas raras como irse a un bar de Streap tease, mientras vemos escenificados unos cuantos temas del nuevo disco de Bisbal. Pronto descubrirá que la chica apareció en su caravana, no gratuitamente, sino por un secreto que esconde y por el que es perseguida por las autoridades (y que es una gilipollez).
Para llevar a cabo esta película promocional,  se contrató al galardonado con el Goya a mejor director relevación por “Eva” –la película en la que Lluis Homar hace de robot- Kike Maillo, un director de tercera categoría con ínfulas de innovador.
Bien, pues si algún fan de Bisbal lee esto, que le quede claro una cosa: Los artífices de la película, creen que usted es retrasado mental, creen que Bisbal es retrasado mental, y lo peor de todo es, no ya que la película les toque los huevos y sea un proyecto meramente alimenticio, si no ese espantoso tufo que la película desprende a “me importa un carajo esta mierda” y esos diálogos que intentan ser profundos, pero que claramente están escritos por alguien que si que es retrasado mental, pero de verdad. Las planas situaciones en las que meten a Bisbal y ese afán por hacerle parecer un paleto de buen corazón- todo su afán en la película es dar un conciertillo pequeño, en su pueblo con la orquesta con la que empezó, “Expresiones”, porque estas cosas a la plebe, les llegan al corazón-, así como la dejadez y desgana con la que resuelven los numeritos musicales, demuestran el nivel al que está el cine en este país. Una falta de respeto al mundo del espectáculo y también un atentado al séptimo arte. Parece que sus artífices, más que amar el cine, lo odien con toda su alma, es como si con esta película quisieran hacerlo desaparecer de la faz de la tierra. Una basura pero en el peor y más infame de los sentidos, porque si USTEDES responsables de la película, nos han metido a Bisbal hasta en la sopa, nos sabemos sus canciones a fuerza de tenerlas puestas en cualquier lugar al que vamos, queramos escucharlas o no, deberían tener un mínimo de respeto al fan que, también, ustedes han creado, y también al artista al cual explotan. Que al menos las películas de Manolo Escobar, Marisol, etc, no solo eran mas respetuosas con el espectador, si no que eran PELICULAS. Esto parece un mal corto de un aspirante a cineasta, niño de papá, que acaba su proyecto de fin de carrera, para que, cuando no termina de cuajar en el cine, por su más que palpable falta de talento, termina dirigiendo la empresa  farmacéutica de la que papá es propietario, y para la que, igual que para el cine, tampoco está preparado, pero como es el hijo del jefe... Un autentico asco.
Y yo, que no soy fan de Bisbal, pero si que tenía curiosidad por ver su incursión en el cine como cantante, porque conocía las ganas de este de hacer algo de esto, desde fuera, como fan del cine, lo que veo es una absoluta estafa. Lo que está ocurriendo en este país con sus gobernantes  corruptos, aplíquenlo al cine español, y así, sin hacer excesivo ruido, tienen “Tu y yo”, una absoluta vergüenza.
Como será la cosa, cuando digo, sin despeinarme, que lo único bueno de la película, lo único digno y honesto, es el propio David Bisbal, que se esfuerza por no parecer lo que sus jefes se empeñan en hacernos ver que es, se esfuerza, sin ninguna formación con María Rota, en hacer una interpretación decente, y eso es lo que hace. La vergüenza ajena viene, en este caso, no por él, sino por todo lo demás; lo ridículo de la trama en general, del tono de la película y sobretodo, por parte de los actores profesionales de la misma.
Yo he tratado lo suficiente con actores profesionales de este país para llegar a la conclusión de que los actores jóvenes van de profundos y cultos cuando en realidad son la cosa más simple y analfabeta del mundo, su cultura cinematográfica en nula, y los esfuerzos que han empleado en que parezca lo contrario se han volcado en cosas de calado pretencioso y no popular, con lo que a que tengas, no dos, sino un dedo de frente, se les ve el plumero. Me dan asco.
Pues de eso está lleno esta película, empezando por el tal Cristian Valencia, que hace del regidor (¿???) amigo de Bisbal  y que responde al perfil antes explicado. Su interpretación es una absoluta vergüenza. No ya porque no sepa interpretar, si no por su irritante mera presencia. Los diálogos más idiotas, los que pronunciaría un mongólico, se los reservan a este actorcillo que también salía en “Atrocius”. Pero no es lo peor de la película. Ni tan siquiera lo son los cameos de  José Corbacho, tan mal actor como siempre o Santi Millan y sus peinados según imperen las modas, que ya peina canas y estira arrugas y cuyas dotes actorales son más limitadas que cuando empezaba. No. Lo peor es María Valverde, cuya aparición, cuyas frases y caritas, más allá de provocar vergüenza ajena, provocan arcadas. Porque es que a esta niña (que ya no es tan niña) alguien le ha hecho creer que es buena actriz, y está claro que no lo es. Alguien le ha dicho que la hostia, y se lo ha creído… y de ahí que de tanto repelús cuando se viste de tío, se dibuja un bigotillo o imita el acento andaluz de bisbal para seducirle. Un papel y unas situaciones, que por mucho que le pagasen, que no lo creo, si hubiera sido lista, hubiera rechazado. Tremendamente espeluznante.
En cuanto al directorcito, es posible que no sea tan malo como parece en esta película, pero es poco inteligente tomársela a cachondeo como él hace, rodar para un público retrasado(o eso cree él, firmemente), porque al fin de al cabo, “Tu y yo” es una creación suya… y a las creaciones de uno, y más cuando se es “mainstream” y se vive de ello, hay que ponerles un poco de alma o rechazarlas si no interesan. Claro, que a lo mejor si es tan mal director como demuestra y ha puesto en esta película todo su esfuerzo técnico e intelectual y lo que pasa es que no da para más, que es lo que mucho me temo….
Ya les digo, un aplauso para Bisbal, que está más que correcto, le pone ilusión y esfuerzo y es el único de los que participa en la película al que podemos llamar artista (nos guste su música -que no es el caso- o no), y un zurullo bien gordo para los millonarios que tiene detrás de su producto y para el equipo técnico y artístico que da puta pena. De verdad.
Ahora, ¿Te ríes con la película de lo mala que es? Como ya he dicho, gana por goleada la vergüenza ajena, pero si, alguna carcajada te echas.
Como dato freak comentar, que Mario Casas, uno de los peores actores de la historia, solo comparable al gran Paul Marco, pero sin llegar a ser tan patético como para que nos alegre con sus interpretaciones, es novio de María Valverde. Bien, pues la prensa rosa dice que, durante el rodaje, acudía a acompañar a su compañera para vigilarla, y que los celos hacia Bisbal le consumían… Valverde en las entrevistas se ha dedicado a desmentirlo, pero no se por qué, la cosa me cuadra. O al menos, me gusta creérmelo.
Véanla… total, ¿no es material promocional?