lunes, 19 de mayo de 2014

UN CIERTO SACRIFICIO

Genuina película Underground de las de verdad, filmada en súper 8, descuidada, con tosco montaje y planos secuencia con gente improvisando –muy propio todo del Underground-  que se hizo famosa y se vendió en todo el mundo por tener la particularidad de contar con Madonna en su reparto. Claro que Madonna cuando rodó la película era una absoluta desconocida que acudió al casting de una película vanguardista. Y fue elegida…
Rodada en 1979 con lo que su protagonista no contaba, era que cuatro años después, se iba a convertir en la artista pop femenina más importante de la historia de la música, ocasión esta que su director Stephen John Lewicki aprovechó para distribuir la cinta por todo el mundo. Y se forró con su peliculita Underground, no sin antes, tener que pelear con Madonna, que como ya era una estrella no quería que la película  por la que había cobrado 100 dólares y una ayudita con el alquiler de su apartamento, se distribuyese,
Cuando la diva se enteró de las intenciones del propietario de aquella película cochambrosa que había protagonizado unos años atrás, decidió comprarle los derechos de la misma, demostrando ser una puta tacaña al ofrecerle a Lewicky unos míseros 5000 dólares. Lewicky los rechazó, pero no obstante, organizó un pase privado de la película para Madonna, y que así, esta comprobara que no era tan malo como parecía después de todo. Cuando esta vio el grano del súper 8, el surrealismo de la trama y, en definitiva, lo desastrosa, baja de calidad y chabacana que era, lo anti-profesional del asunto, literalmente mandó a la mierda a Stephen Jonh Lewicki. La muy palurda, salió horrorizada de la proyección. Y como el director no aceptó su dinero, intentó por todos los medios que esa película no viera la luz, alegando que ella no había consentido la utilización de su nombre y su imagen para la distribución de esa película. Obviamente, no consiguió nada, porque ya cobró por su trabajo en el film, bajo contrato.
Para más inri, la película en su distribución videográfica en españa, fue víctima de la mentalidad “Exploitation” que imperaba en el vídeo club de los años ochenta, así que, se anunció esta a bombo y platillo como la película “porno” y prohibida de Madonna, cuya frase promocional fue “La película de la cual Madonna no quiere ni oír hablar”. Las revistas especializadas y en especial el “Súper Pop” se hicieron eco de la noticia con todos los honores. Claro, la verdad era que, de porno, nada de nada. La película tiene un desnudo de cintura para arriba de Madonna y pare usted de contar.
Curiosamente una vez puesta la película en el vídeo, vemos una leyenda de la distribuidora, la cual, más o menos, reza que “Esta es una película  Underground rodada en súper 8,  pero que gracias a los avances tecnológicos se ha podido transferir a vídeo para disfrute de todos, y que, en doblaje, se ha respetado la totalidad de los diálogos, suavizando aquellos más desagradables y soeces” Mas morbo para la saca. Y  ya por parte de la película, a continuación se cita una frase pre- créditos, perteneciente al revolucionario fotógrafo Ansel Adams que dice: “En todas las formas de arte hay que aceptar las limitaciones del medio en la misma medida en que disfrutamos de sus ventajas”. Maravillosa y certera frase ¿no creen?. Queda así justificada la mala calidad general de la película, para el público menos avanzado.
Se trata de una película de “Rape & Revenge” o “Violación y venganza” totalmente Urbanita y en la que las cosas ocurren sin que sean mostradas en pantalla.
Una cosa muy surrealista y extraña, en la que un individuo es tomado por proxeneta por un putero local. Una mujer que vive en un apartamento con sus esclavos sexuales, se enamora de este individuo y luego es violada en unos baños públicos por el putero antes mencionado, por lo que nuestro protagonista, junto con los esclavos sexuales y más peña que no sabemos de dónde salen, darán caza y captura al violador, al cual asesinan mientras se marcan un numerito musical con una canción muy pegadiza que lleva por título “Raymond may must die tonight”.
Todo el ambiente de la película es malsano y sórdido a la par que contemporáneo –de la época, se entiende- con todos esos cardados “nuevaoleros” y músicas tan del rollo artie post-moderno. Pero sobretodo, se impone ese súper ocho cerdo y utilizado con la misma destreza con la que lo podíamos utilizar cualquiera de nosotros, esa iluminación casi inexistente, ese montaje artesano (aunque ligeramente camuflado con la post producción en vídeo), ese look tan de estercolero y esos diálogos improvisados, caóticos e incomprensibles, que por otro lado, son la salsa del sarao. Por no mencionar el sombrerito de paja que me luce el putero violador… Una autentica anti-película. Una joyita. Se pueden ir olvidando de una ver  algo estándar, porque esto, aún teniendo el cine de géneros como referente, es una cosa con claras pretensiones artísticas (si esas pretensiones se cumplen o no, sería otra historia) y descaradamente amateur que, encima, no se averguenza de ellos, sino todo lo contrario y , además,  tiene la suerte de contar con Madonna en su reparto.
Por su parte el director Stephen John Lewicki, según “imdb” no volvió a rodar una película. Cosa poco probable al tratarse de un director underground. Lo más seguro es que tenga cientos de ellas… o no, porque según, también, “imdb”, este tipo era un estudiante de
Recomendable para los que ya estén familiarizados con el Under más feroz, que, me temo, no son ninguno de los habituales.