Rodada en 1979 con lo que su protagonista no contaba, era
que cuatro años después, se iba a convertir en la artista pop femenina más
importante de la historia de la música, ocasión esta que su director Stephen
John Lewicki aprovechó para distribuir la cinta por todo el mundo. Y se forró
con su peliculita Underground, no sin antes, tener que pelear con Madonna, que
como ya era una estrella no quería que la película por la que había cobrado 100 dólares y una
ayudita con el alquiler de su apartamento, se distribuyese,
Cuando la diva se enteró de las intenciones del propietario
de aquella película cochambrosa que había protagonizado unos años atrás, decidió
comprarle los derechos de la misma, demostrando ser una puta tacaña al
ofrecerle a Lewicky unos míseros 5000 dólares. Lewicky los rechazó, pero no
obstante, organizó un pase privado de la película para Madonna, y que así, esta
comprobara que no era tan malo como parecía después de todo. Cuando esta vio el
grano del súper 8, el surrealismo de la trama y, en definitiva, lo desastrosa,
baja de calidad y chabacana que era, lo anti-profesional del asunto,
literalmente mandó a la mierda a Stephen Jonh Lewicki. La muy palurda, salió
horrorizada de la proyección. Y como el director no aceptó su dinero, intentó
por todos los medios que esa película no viera la luz, alegando que ella no había
consentido la utilización de su nombre y su imagen para la distribución de esa
película. Obviamente, no consiguió nada, porque ya cobró por su trabajo en el
film, bajo contrato.
Para más inri, la película en su distribución videográfica
en españa, fue víctima de la mentalidad “Exploitation” que imperaba en el vídeo
club de los años ochenta, así que, se anunció esta a bombo y platillo como la
película “porno” y prohibida de Madonna, cuya frase promocional fue “La película
de la cual Madonna no quiere ni oír hablar”. Las revistas especializadas y en
especial el “Súper Pop” se hicieron eco de la noticia con todos los honores.
Claro, la verdad era que, de porno, nada de nada. La película tiene un desnudo
de cintura para arriba de Madonna y pare usted de contar.
Curiosamente una vez puesta la película en el vídeo, vemos
una leyenda de la distribuidora, la cual, más o menos, reza que “Esta es una película
Underground rodada en súper 8, pero que gracias a los avances tecnológicos se
ha podido transferir a vídeo para disfrute de todos, y que, en doblaje, se ha
respetado la totalidad de los diálogos, suavizando aquellos más desagradables y
soeces” Mas morbo para la saca. Y ya por
parte de la película, a continuación se cita una frase pre- créditos, perteneciente
al revolucionario fotógrafo Ansel Adams que dice: “En todas las formas de arte
hay que aceptar las limitaciones del medio en la misma medida en que
disfrutamos de sus ventajas”. Maravillosa y certera frase ¿no creen?. Queda así
justificada la mala calidad general de la película, para el público menos
avanzado.
Se trata de una película de “Rape & Revenge” o “Violación
y venganza” totalmente Urbanita y en la que las cosas ocurren sin que sean
mostradas en pantalla.
Una cosa muy surrealista y extraña, en la que un individuo
es tomado por proxeneta por un putero local. Una mujer que vive en un
apartamento con sus esclavos sexuales, se enamora de este individuo y luego es
violada en unos baños públicos por el putero antes mencionado, por lo que
nuestro protagonista, junto con los esclavos sexuales y más peña que no sabemos
de dónde salen, darán caza y captura al violador, al cual asesinan mientras se
marcan un numerito musical con una canción muy pegadiza que lleva por título “Raymond
may must die tonight”.
Todo el ambiente de la película es malsano y sórdido a la
par que contemporáneo –de la época, se entiende- con todos esos cardados “nuevaoleros”
y músicas tan del rollo artie post-moderno. Pero sobretodo, se impone ese súper
ocho cerdo y utilizado con la misma destreza con la que lo podíamos utilizar
cualquiera de nosotros, esa iluminación casi inexistente, ese montaje artesano
(aunque ligeramente camuflado con la post producción en vídeo), ese look tan de
estercolero y esos diálogos improvisados, caóticos e incomprensibles, que por otro
lado, son la salsa del sarao. Por no mencionar el sombrerito de paja que me
luce el putero violador… Una autentica anti-película. Una joyita. Se pueden ir
olvidando de una ver algo estándar,
porque esto, aún teniendo el cine de géneros como referente, es una cosa con
claras pretensiones artísticas (si esas pretensiones se cumplen o no, sería
otra historia) y descaradamente amateur que, encima, no se averguenza de ellos,
sino todo lo contrario y , además, tiene
la suerte de contar con Madonna en su reparto.
Por su parte el director Stephen John Lewicki, según “imdb”
no volvió a rodar una película. Cosa poco probable al tratarse de un director
underground. Lo más seguro es que tenga cientos de ellas… o no, porque según,
también, “imdb”, este tipo era un estudiante de
Recomendable para los que ya estén familiarizados con el Under
más feroz, que, me temo, no son ninguno de los habituales.