Mitiquísima comedia juvenil de los ochenta que dejó imborrable huella a los de mi quinta. Lo divertido, y muy propio de las distribuidoras hispanas en aquellos tiempos, es que en realidad no se trata para nada de un film perteneciente a la saga de "Los Albóndigas" (que, por su cuenta, tuvieron sus propias secuelas) lo que creó la, lógica, confusión entre los que por entonces teníamos granos y nos hacíamos pajas a todas horas (vale... mi número de granos ha descendido, pero sigo siendo un campeón en lo otro).
Uno de los aspectos más entrañables del film está en su reparto, especialmente el del grupo protagonista, la inevitable panda de perdedores simpáticos tan de moda entonces y que está compuesto por algunos rostros indivisibles en su género, a saber: Tim Matheson (apunto estuvo de ser "Indiana Jones"!!. Por cierto, se declara fan del cine de género y adorador del de terror!... con razón siempre me cayó bien el jodío) y Stephen Furst, que venían de la peli que lo empezó todo, "Desmadre a la americana". Dan Monahan, el "Pee Wee" de "Porky´s", y Sandy Helberg, que aunque sale en "This is Spinal Tap" y "Máxima Ansiedad" yo no lo conocía de nada, pero recuerdo que mi hermano (mediano) lo acusaba de plagiar las muecas de Jerry Lewis. También tenemos a la niña mona de rigor, Jennifer Runyon, descubrimiento que se quedó en nada (justo después hizo "Los Cazafantasmas"... al principio, con Bill Murray soltando descargas eléctricas a dos voluntarios), Jeff East como el jefe de los malos (fue "Superman" joven en la de Donner, y luego también intervino en "Pacto de sangre") y John Hillerman (el inconfundible Higgins de "Magnum").
La historia no tiene nada y está repleta de tópicos, pero el ritmo es imparable, a las bromas más chorras les siguen otras más inspiradas (la dosis de humor absurdo y "cartoonesco" es un pelín mayor de lo habitual en este tipo de productos) y al final el desbarajuste es completamente disfrutable. Por un lado tenemos al mentado grupo de golfos simpáticos, los peores estudiantes de la universidad de turno, un listillo (y su genial perro, que se reserva algunas de las mejores coñas), el gordo tragón, el cachondo y el "nerd". El rector les obliga a participar en una carrera de balsas donde se las tendrán que ver con la pandilla de rubitos, pijos y cabroncetes (quienes no paran de hacer trampas, compinchados con el organizador de la movida), los de la academia militar (buenísimo el desprecio con el que los cadetes tratan a su superior) y las chicas de turno, es decir, la protagonista femenina y sus amigas bastante calentorras (ella lo es un poco menos... ya saben...). A todo el listado de putadas mutuas, chistes razonablemente picantes (tetas las hay) y sanas gilipolleces varias, tenemos que añadir un final más o menos espectacular.
Tras las cámaras reconocemos nada menos que a Samuel Z. Arkoff en tareas de producción (quien junto a James H. Nicholson parió la "A.I.P" y con ella un montón de los clásicos de la ciencia ficción y el terror de serie B de los 50 en adelante, Corman incluído).
De chaval me compré la banda sonora en vinilo por cien pesetas y durante una temporada no paré de escuchar a algunos de los grupos más AOR del rock de la época, destacando entre ellos "Cheap Trick", autores del logrado tema central y verdadero título de la peli, "Up the creek".
Entrañable!.